Entintados.

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  ⚠🔞Advertencia: Historia con contenido sexual explicito. 🔞⚠

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Era lunes por la mañana, demasiado temprano para que hubiese café preparado y a la vez hacia demasiado frio como para aguantar sentir la ausencia de aquella bebida caliente, la calle afuera se veía desolada y los vidrios algo empañados por el calor que comenzaba hacer dentro de la tienda, los clientes no llegaran hasta pasada la una de la tarde y tenía toda la mañana para dibujar sobre sus esténcils.

Gojo había decidido empezar con su tienda de tatuajes hace casi tres años, desde que había decidido ganarse la vida como artista del dibujo, encontró el apoyo por parte de su mini familia que constaba de sus dos mejores amigos quienes tomaron como una oportunidad de trabajar en conjunto cuando la idea surgió. El de cabello blanco era un buen jefe y aun mejor artista; solo tenía un pequeño gran problema, casi no había clienta que se escapara a sus encantos, conocido era por ser un gran amante, lo malo era que casi toda la ciudad había pasado por su cama.

Claro estaba que aquello solo sucedía una vez, tenía aquella política que nadie podía disfrutar de aquel cuerpo de adonis más de una vez y jamás las besaba en la boca si aún creía que había algo puro en él, sería la fe que tenía en compartir sus labios con quien realmente lo mereciera.

-Buenos días mí no tan amado jefe- llego un pelinegro de cabello largo a la tienda dejando su bolso guardado en un casillero- ¿Qué tan mal amaneciste hoy?- pregunto con una sonrisa burlona- Resaca ¿Tal vez?- el pelinegro de ojos pequeños lo saludo con su agradable tono burlesco preparado solo para el peliblanco el cual lo soportaba por el mero hecho de ser amigos desde el jardín de infantes – Que milagro, hiciste café- comento finalmente apoyándose la cadera en una de las camillas destinadas para tatuar.

-Ni modo que me muriera de frio esperando que la bola de vagos que tengo por empleados se digne en llegar- miro el reloj de la pared y luego al pelinegro- Mas aun con el problema que me considera el que Shoko se vaya a Inglaterra, ¿Dónde encontrare a otra artista así de buena?- le ofreció una taza de café a Geto mientras se quitaba ese enorme abrigo- Esta tienda es de calidad.

-Escucharte reclamar tan temprano por la mañana me da nauseas- hizo una mueca recibiendo el café de manos del peliblanco- Dentro de media hora tengo un cliente así que no me desconcentres ya que la solución está en tus manos- le comento lo que parecían haber discutido muchas veces- Shoko dijo que su mejor amiga era incluso mejor artista que ella y tú no quieres escuchar razones.

-Es una artista sin tatuajes- le repitió lo que parecía un problema obvio- ¿Cómo puedo confiar en que puede comprender a sus clientes si nunca ha pasado por el dolor de la aguja y la tinta?- Geto rodo los ojos una vez más – No hagas eso- le reclamo Gojo- Sabes que lo que más me preocupa es que los clientes se sientan a gusto.

-Tan a gusto que te follas a todas las mujeres que entrar por esa puerta y agradezco que no seas gay porque de seguro te hubieras intentado encamar conmigo – bromeo pero Gojo negó muy reacio a pensar siquiera en meterse con un hombre, para él la única perfección que existía era el cuerpo femenino- Mira quien viene llegando, nuestro alegre Nanami.

- ¿Qué hacían?- pregunto quitándose el abrigo y arremangándose la camisa negra que traía- ¿Por qué tienes cara de tragedia? - le pregunto al peliblanco.

- Lo que pasa es que este bruto no quiere siquiera hacerle una entrevista de trabajo a la amiga de Shoko porque es "Una artista sin tatuajes"- explico Geto- Como si aquello influyera en lo que los clientes quieren, la chica solo debe saber dibujar y plasmarlo de buena manera en la piel, nosotros tampoco tenemos grandes tatuajes- aclaro apuntándose a sí mismo y al rubio.

Entre Vendas y Listones. (Serie de One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora