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—¿No crees que es excesivo?— preguntó Jimin a su mejor amigo, encogiéndose ante las miradas curiosas de la gente que iba y venía en la estación del tren.

—¿De qué hablas? No somos los únicos con cartel— respondió Taehyung con simpleza.

—Sí, Tae, pero ellos no tienen un mega cartel de varilla con luces de colores que dice "Bienvenido a casa, infiel".

—Cierto, pero es divertido.

Después de eso y de soltar unas risitas, entre la multitud de gente salió un chico pelinegro de tez pálida, batallando en cargar con sus tres maletas al mismo tiempo, su guitarra y su chaqueta. El pobre iba tan atareado entre tanta gente, que llevaba sus lentes considerablemente deslizados sobre el puente de su nariz redondita, y siendo un miope que le hace competencia a los topos, eso era bastante malo para él.

—¿Es él?— preguntó Jimin al de piel canela, mordiéndose su gordito labio inferior y sintiendo ganas inmensas de ayudar a aquel chico. No podía evitarlo, así era su personalidad.

—Síp.

El pálido pareció poder identificarlos por el llamativo cartel que llevaban y rápidamente sonrió a lo grande, mostrando su bonita sonrisa de encías rosadas.

—¡Primito Tae!— gritó animado, dejando desflorar por completo su acento natal sin pensárselo mucho, no prestando atención a la gente a su alrededor que le había mirado con muecas feas ante ese detalle. Y apresuró el paso para aproximarse al par de mejores amigos.

Cuando estuvo frente a ellos, soltó todo su equipaje, dejó con cuidado su guitarra enfundada en el suelo, y se abrazó cariñoso contra el cuerpo de su primo meses menor.

Solo que ese no era su primo.—Uh... yo no soy Taehyungie— señaló el de labios pomposos con una sonrisa divertida, animándose a corresponder el abrazo con la misma calidez para dar un agigantado paso a la que sería su relación con el primo de su mejor amigo.

—Oh, lo siento,— soltó una risita y se separó del cuerpo de Park.—es que mis lentes están abajo y tengo las manos ocupadas— se explicó, achicando los ojos para poder verle el rostro medianamente bien, antes de que el rubio le acomodara los anteojos con un movimiento sutil y amable.—Gracias— murmuró con algo de timidez y un pequeño sonrojo casi imperceptible. El amigo de su primo le parecía alguien muy bonito. Luego, miró a su pariente, ya bien seguro de que era él, y se abrazó a él sin siquiera leer lo que decía el cartel de varilla que este cargaba.

La gente se les quedaba mirando raro, pensando en que ese chico de lentes estaba siendo recibido muy cariñosamente a pesar de que el cartel anunciaba que había sido infiel.

—Wah, tanto tiempo sin verte, antes usabas corte de coco y los shorts debajo de las nalgas como un vago— habló el foráneo con una sonrisa iluminada, feliz de volver a abrazar a su familiar después de tantos años, quien simplemente rio nervioso y se apresuró a contradecir con que eso nunca había sucedido, avergonzado de su pasado obscuro. Luego se dirigió al rubio más bajo, dio una venia y le extendió su diestra.—Un gusto, soy Min Yoongi, aprendiz a hechicero complementario— se presentó y sacudió amigablemente la mano del menor cuando este correspondió el apretón, cosa que hizo a Jimin sonreír encantado.

Taehyung le había dicho que su primo solía ser muy tímido con gente nueva y una persona muy tranquila y pacífica, pero en esos momentos le veía estar muy animado, siendo todo sonrisitas bonitas.

—Park Jimin, aprendiz a hechicero de flora y fauna... no hay muchos aprendices de tu clase, hyung— señaló lo último en forma de halago, haciendo al recién llegado sonreír con penita.

🔹 Hechizo 🔹YM • OS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora