Era el momento de reconstruir nuestras vidas, aunque lo parezca mi historia no solo trata de dolor... Para aquello, teníamos que dejar atrás a Pablo, mi padre, para siempre. Aunque mi padre ocupaba en lugar en mi corazón que nunca volvió a ser llenado, mi vida no acababa aquí. La despedida fue preciosa, acudieron todos sus seres queridos y aunque siempre me arrepentiré de no haber dado un discurso, no habría sido capaz.
Ver como su cuerpo en el ataúd descendía hasta se cubierto por tierra provocó en mi un montón de emociones indescriptibles, pero aún, cuando recuerdo ese instante esas sensaciones regresan a mi cuerpo.
Después del entierro cogimos el coche para ir al supermercado. Esa semana sin salir de casa nos había dejado sin provisiones y aunque no es lo que mas te apetezca hacer, tras el entierro de tu padre, que murió camino del supermercado, era totalmente necesario.
Cuando llegamos allí recuerdo vagamente que mi madre escogió todos los productos de marca blanca, los mas baratos. Entonces no lo sabía pero ya que mi padre no estaba tampoco estaban sus ingresos. Mi madre no tenía un mal trabajo pero era difícil mantenernos en el nivel de gastos que teníamos por costumbre.
Aquella semana tras el entierro, conseguí pensar en mi padre sin lágrimas en los ojos, volví a salir con Ana, y el sentimiento de culpa por no haber ido al campo con mi padre desapareció. Decidí regresar a clases la semana siguiente tras una tarde en la que me junte con Ana y con otras dos buenas amigas.
- Lucía te echamos de menos en clase- susurro Ana.
- Si es verdad, nadie mejor para buscar motes que tú- comentó Julia.
- ¿Sabes que la empanada quedó en ridículo al tropezar el otro día en clase? Cuando pasó pensé en ti porque tu siempre te ríes con estas cosas.- dijo Bárbara, recordando viejos tiempos.
- Si, se disfruta mas de todas la clases contigo a mi lado- Afirmó Ana intentando animarme a volver a la escuela-
Esa frase fue la que me animó a volver. Pensé en aquellos tiempos que aunque la vida fuera monótoma, al menos podía reír sin parar ante una torpeza de alguna persona, esos tiempos en los que con mis amigas, soltábamos una risa ante un comentario absurdo, todo lo que había pasado durante mis años en aquel colegio desde que tenía los 3 años. Luego pensé que no me quedaba tiempo en ese instituto así que decidí volver y intentar disfrutar los últimos momentos allí.
Entré a la clase y se hizo un silencio en mi honor, pero al rato las conversaciones y las risas volvieron a llenar la clase. Aunque pensaba que la felicidad del resto de mis compañeros me haría sentir peor, en realidad me ayudó. Ver que mi camino seguía, que podía seguir bromeando con mis amigos que no todo estaba perdido.
Aquel día no hable mucho con mis compañeros, solo escuche sus bromas y ocurrencias, pero días después habían vuelto mis ganas de hablar y divertirme. Aunque no lo admitiría nunca, el volver a ver a los profesores también fue de mi agrado. Aquel día me di una vuelta por el colegio con compañeras de toda la vida. Paseé por los patios, por los pasillos y aunque me hubiese quejado tanto sobre las instalaciones, recorrerlas era especial. Allí pasé mi infancia y mi adolescencia. Nunca pensé que todo cambiaría tanto.
Todo volvía a ser de un color un poco menos oscuro, pero aquello no duraría mucho. Siempre pensé que a pesar de tener que cambiar de instituto, mis amigos no se alejarían, al fin y al cabo seguirían en la misma ciudad y podríamos seguir viendo. Todo cambió en el momento en el que mi madre dijo que nos mudaríamos.
Si, ¡Que nos mudaríamos, joder!
Me dio la noticia el penúltimo día de clases. Tras volver del instituto ella me estaba esperando, me despedí de Ana y me acerqué. Mi madre me dijo que teníamos que hablar. Me asusté. Quizás fueran las notas, quizás había descubierto alguna de mi actividad en internet que no le había hecho gracia.-Lucía... ya se que desde que tu padre se fue todo es mas difícil...También lo es para mí- comenzó a hablar mi madre con una cara de tristeza.
-No puedo manteneros con una buena calidad de vida a ti y a Claudia... No tan buena como con tu padre.- Yo no sabía que responder así que simplemente asentí.
- Me han ofrecido otro trabajo... Uno mejor pagado.
Mi madre no tenía un mal trabajo, tenía un puesto en la administración de una gran empresa. Iba a responderle, pero antes de que yo hablase mi madre me interrumpió.-Pero al tener mas sueldo tengo mas trabajo, y tendrás que cuidar mejor a tu hermana y ocuparte de la casa...
-Claro mamá, lo entiendo, ¿y de que vas a trabajar?- respondí curiosa
-Me han ascendido, voy a ser jefa de inspección de la empresa en Madrid- Por favor por favor dime que no tenemos que mudarnos pensé.
- ¿Madrid? esa no es mi ciudad... mi antigua y llena de historia, pequeña pero bonita ciudad. Aquí esta mi vida, mis amigos, mi hogar...
- Ya lo se... Pero puede ser un buen nuevo comienzo... Madrid es una ciudad muy grande y tu siempre te quejas de lo pequeña que es nuestra ciudad.
- ¿De verdad tenemos que mudarnos? No, búscate otro trabajo aquí, no soportaría dejar a mis amigas.- Entonces estaba realmente enfadada, mas tarde entendí que era lo mejor para mí y toda mi familia y aunque me doliera el dinero extra nos ayudaría a mi hermana y a mí a recibir una buena educación y poder vivir dignamente.
- Si,hija nos mudaremos. No tenemos otra opción, además de que yo no puedo soportar seguir en esta casa sin tu padre. Simplemente todo me recuerda a él, y no quiero vivir así.- dijo entre sollozosTras aquella discusión vi los ojos devastados de mi madre, y aunque debería haberla consolado, y le debería haber dicho que todo estaba bien, la ira me cegaba y me encerré en mi habitación.
Encendí el móvil y puse música a tope. No paraba de preguntarme que había hecho para que ahora todo hubiese cambiado.
Mañana era el último día de curso.
Mañana vería por última vez a personas que me habían acompañado durante años.
Mañana me despediría de mi pequeña y antigua, preciosa ciudad.
Lo que más me dolía era que a pesar de haber envidiado a mis amigas por ser mas sociables y guapas que yo, todo eso es superficial y no define a una persona. En realidad ellas también tenían sus problemas sus dudas.Y ya no las volvería a ver. A pesar de todo mi clase era un grupo, un equipo en el que todos nos llevábamos bien. Aunque parezca que no el roce a diario con todas aquellas personas me habían hecho ser quien era.
Y por último estaba Ana mi amiga desde los tres años. Con ella no tenía pensado mantener la distancia no podía perderla. Me dolía que no la fuese a ver todos los días. Me dolía. Haría todo lo posible porque ella no desapareciera de mi vida.
Intenté sin éxito pensar en positivo. Al fin y al cabo Madrid era una gran ciudad e iba a tener que cambiar de instituto igual. De hecho tenía pensado venir a Madrid a estudiar. Pero era todo tan repentino. Pero era todo tan surrealista. Pero la distancia... la distancia que habría entre mi pequeña ciudad y Madrid me dolía en el fondo del corazón.
Hola! espero que les vaya gustando la historia aunque sigue siendo bastante triste...
Una pregunta ¿creen que los capítulos están bien de duración?
Dejen sus comentarios :)
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Todo cambió
Teen FictionNunca pensó que su vida sería suficientemente interesante para escribir un libro. Pensaba que era aburrida. Deseaba que su vida diera un giro inesperado. Pero cuando pasó, todo cambió. #99 en instituto el 14 de septiembre d 2021 TODOS LOS DERECHOS...