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Cuando Dai se acerca al sillón, las manos diminutas de Kakashi se extienden a él y su cuerpo casi da una vuelta cuando se gira sobre los brazos de Sakumo.

— ¡Ah, cuánta fuerza! ¡Parece que te estás haciendo más grande rápidamente! — el bigote de Dai se mueve sobre sus labios en una sacudida suave y Kakashi parece sonreír un poco, tratando de alcanzar el rostro de Dai con sus dedos.

Sakumo suspira cuando Dai desabrocha el portabebés de su espalda y sostiene a Gai en el aire unos momentos antes de recargarlo al lado de ambos, en el centro, sobre la pierna de Sakumo para el rápido intercambio de hijos que se estaba volviendo más fácil cada día.

Han pasado tres semanas completas desde la primera vez y en ese tiempo Dai había aparecido todos los días con Gai a cuestas y un montón de entusiasmo juvenil para compartir con su compañero shinobi.

Sakumo aprendía rápidamente, aunque todavía parecía demasiado temeroso de cuidar a Kakashi o a Gai y moverse con ellos en confianza. Sin embargo, al menos había logrado que comprara los productos correctos y adaptara un horario para comidas y cambios, lo que Dai llamaba una "extraordinaria guía para la brillante primera etapa de un hermoso sol" lo que Sakumo había resumido a "rutina" cuando colgó el pequeño tablero en la pared del fondo.

— ¡Mira que emocionado estás! ¡Qué movimiento tan increíble! — Dai dice alegremente cuando Kakashi vuelve a agitarse un poco, tratando de sacudirse los brazos de Sakumo cuando Dai se inclina sobre él para recogerlo.

El peso todavía es un poco bajo, pero Dai puede calcular que al menos ya debería estar dentro del rango normal. Kakashi estaba haciéndose mucho más esponjoso y Dai sabía lo increíblemente rápidos que crecían los bebés en ese tiempo, ¡casi había sido ayer cuando Gai cabía en su mano y ahora era al menos el doble de grande!

Dai se traga las lágrimas de emoción y entusiasmo, regalándole una sonrisa amable a Kakashi antes de mirar a Sakumo, que seguía sentado en la misma posición, visiblemente incómodo con Gai.

— ¿Por qué no tratas de sostenerlo un poco? — su voz es alegre y animada. Su pregunta siendo más una invitación que una obligación de cualquier tipo — Gai está tranquilo ahora, quizá podrías tratar de jugar con él.

Kakashi es muy joven para jugar activamente todavía, pero Gai estaba luciendo un poco ansioso, tratando de alcanzarse el pie para morderlo en caso de que babear todo su puño no fuera suficiente, ¡lo que Dai esperaba que no lo fuera! ¡Su pequeño brote tenía tanta curiosidad por cada cosa que resultaba estimulante y motivador!

— Yo... — Sakumo hace ese gesto apagado y mira a Gai con su rostro vacío.

Dai no puede decir mucho, pero en tres semanas juntos Sakumo no había sido el único en aprender y estaba seguro de que ese rostro serio no era más que una máscara evasiva cuando no estaba seguro de qué sentir.

Había sido un poco vulnerable la primera vez porque estaba cansado, sin embargo, su máscara de fortaleza era tan endeble que no podía engañar a Dai. ¡Él era un maestro de los sentimientos!

— No pasa nada, Sakumo, ¡Gai no está hecho de cristal! Puedes sostenerlo incluso estando sentado.

Evita levantar el pulgar para no desequilibrar a Kakashi, pero se asegura de guiñarle un ojo y darle una sonrisa también a Gai, que finalmente había atrapado su pie y probaba sus diminutos dedos juntos.

— No creo que haga falta, Gai está tranquilo — Sakumo le da una palmada increíblemente suave a Gai, que ni siquiera parece notar el toque y sigue babeando su pie.

— ¡Eso es mejor, así podrían familiarizarse juntos!

Sakumo solo da otro gesto incómodo y sostiene a Gai con una mano para que no caiga. Nuevamente, es solo el miedo lo que parece picar en su rostro cuando niega.

Como (no) fracasar siendo padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora