Noche de chicos 😎

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Cada fin de semana, los Goldies (y Kanon) se reunían en la Casa de Libra para tener su "Noche de chicos".

En la entrada del templo se encontraba Aioria sosteniendo una lista mientras los demás entraban con cajas.

—Y por último... ¿bebidas? —dijo cuando apareció el gemelo menor.

—Mejor de lo que te puedas imaginar, Wyvern me debía una —respondió con una sonrisa diabólica que el Santo de Leo imitó. Ambos rieron con malicia.

...

La orden Dorada completa (y Kanon XD) estaba sentada en el suelo sobre almohadas y rodeando una mesa. Jugaban un juego de cartas. El Uno, para ser específicos. Y tal parecía que la situación se tornaba cada vez más acalorada.

—¡¡No puedes responder un +4 con un +2!! —Le gritó un iracundo Dohko a Milo.

—¡¿POR QUÉ NO?! —Rebatió el escorpión igual de furico.

—¡¡+4 con +4 y +2 con +2!!

—¡NUNCA ACORDAMOS ESO!

El resto de los Caballeros observaba la agresiva interacción con indiferencia.

—Alde, ¿me pasas las palomitas? —pidió Mü.

—Claro.

—¡¡MI casa!! —Dohko se auto-señaló con el dedo indice—¡¡MIS reglas!! —Golpeó la mesa con el mismo dedo—¡Fin de la discusión! —Volvió a sentarse, dando por terminada la pelea.

El Santo de Escorpio hizo lo mismo a regañadientes. Pero para su suerte, él resultó ganador. Y por supuesto se lo enrrostró al de Libra.

—¡EN TU CARA VIEJO CULE-AY! —Esquivó apenitas una botella vacía que le arrojó Dohko.

...

Era la hora de jugar dígalo con mímica. Shaka se ofreció a anotar los puntos y controlar el tiempo en vez de participar. Se divieron por un lado desde Aries a Libra y por el otro (en el que estaba Kanon) de Escorpio a Piscis.

Era el turno de Saga.

—Y... Ya —anunció Shaka activando el cronómetro.

El peliazul puso sus manos con las palmas unidas detrás de su cabeza y empezó a caminar onduleando.

—¡OH! —exclamó Aldebarán—El gallo ese, ¿Cómo se llamaba? —Chasqueó los dedos intentando recordar.

—¡El gallo Claudio! —saltó DM eufórico.

Saga los miró oscuramente y negó. Hizo la mímica de nadar y después abrió y cerró los brazos imitando una mordedura.

—¡Lanza la bola hijo! —gritó Aiora.

—Quedan quince segundos —advirtió el hindú.

El geminiano se frotó la cara con las manos irritado y empezó a tornarse rojo.

Nuevamente hizo el gesto con las palmas unidas perdiendo la paciencia.

—Eso es un pájaro —dijo DM.

—Parece un chimpancé. —Rió Dohko.

| Saint Seiya: Life's Cliches |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora