Capítulo 17.

1K 154 195
                                    

En la pequeña y vieja televisión encima de la barra de la cocina se podía ver cómo anunciaban el pronóstico del tiempo. La señora Kim le recordó a Seung Min que debía abrigarse bien para evitar enfermarse, alcanzando a ver que éste asentía para dar a entender que sí estaba escuchándola.

El timbre que anunciaba la hora del almuerzo se escuchó por toda la escuela y Seung Min se acercó al asiento de Hyun Jin sin entender por qué se sentía tan tímido de un momento a otro, pero ya se negaba a retroceder o cambiar de idea. Colocó una mano encima del hombro del mayor suavemente para conseguir su atención. Al ver cómo el castaño le sonreía, olvidó por completo las palabras que había practicado en secreto frente a un espejo y sólo pudo pensar en lo bien que le hacía ver a Hyun Jin con esa expresión en su rostro.

—¿Estás bien, Seung Min?

—¡S-sí! —Logró reaccionar—. Sólo quería saber si podemos hablar... en un sitio más privado...

Aquella petición le pareció un poco extraña, pero aceptó con gusto y se dejó guiar hacia uno de los enormes patios que tenía el instituto. Se escondieron detrás de un árbol con el tronco grueso y se sentaron ahí a pesar del frío que se sentía en el exterior.

—¿Qué querías decirme? —Preguntó Hyun Jin—. Espero que no sea algo malo. No estás enojado conmigo, ¿o sí? —La sola idea que se había formado en su cabeza lo hizo fruncir el ceño levemente.

—¡Claro que no! —Aseguró el pelinegro—. Yo... quería darte algo... —Murmuró.

La mirada de Seung Min se dirigió hacia la muñeca del mayor y un suspiro se escapó de sus labios. Por supuesto que Hyun Jin estaría usando algún accesorio bonito y elegante, como aquel brazalete con su nombre, mismo que a simple vista se notaba que estaba hecho de oro.

—¿Qué sucede? Ahora sí estoy preocupándome —la voz de Hyun Jin lo devolvió a la realidad.

—E-esto es muy tonto... Ni siquiera sé por qué lo hice... —Empezaba a arrepentirse, pero ya era demasiado tarde para huir—. Y-yo...

—¿Por qué estás tan nervioso, Seung Min? Si alguien te está molestando, sólo tienes que decirme quién es —dijo un tanto serio—. Puedo ponerlo en su lugar.

—No es eso... —Suspiró—. Es sólo que el collar que me regalaste en verdad me gusta mucho y pensé que... sería genial poder darte algo también... —Empezó a explicar—. Pero sin importar a cuántas tiendas entrara a buscar algo, los accesorios así seguían estando fuera de mi alcance. Entonces, mi mamá me dio la idea de hacer algo para ti, pero...

—¡¿Hiciste algo para mí?! —Los ojos de Hyun Jin se iluminaron en ese mismo segundo—. ¡Déjame ver! —Pidió.

No sabía si estaba temblando por culpa del frío o de los nervios que sentía. Seung Min metió su mano al bolsillo del delgado suéter que usaba debajo de su chaqueta más gruesa y de ahí sacó una bolsita de tela café, misma que después le entregó a Hyun Jin.

El castaño empezó a abrirla de inmediato, sin poder ocultar la emoción que le daba recibir un regalo.

—¿Tú hiciste esto? Es...

—Es horrible, lo sé —lo interrumpió, mirando hacia el suelo a causa de la vergüenza que sentía—. ¡Lo siento! Me habría gustado poder darte algo más que un simple brazalete hecho a mano, tú mereces obsequios mucho mejores que ese, pero...

—Oye —fue el turno del más alto para interrumpir—. ¿Qué tal se me ve?

—¿Eh?

Seung Min alzó la mirada. Hyun Jin ya se había amarrado en su muñeca el brazalete de hilos azules con perlitas de fantasía blancas y un dije de carita feliz, se lo había puesto un poco más arriba del accesorio que tenía su nombre grabado.

Lo suficientemente bueno [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora