Capítulo 9

261 39 28
                                    

                        

Camino presurosa hacia el despacho del príncipe Eric. Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, estoy en problemas, soy conciente de eso. Solo quisiera saber que rayos sucedió con esa nota. Llego frente a la puerta y los guardias se hacen a un lado, es obvio que me está esperando. Desde afuera se pueden oir los gritos del príncipe.

—¡¡Estoy arto de que sean tan incompetentes!! ¡¿Es qué acaso tendré que encargarme personalmente?!

«Cielos en verdad su humor hoy es un asco».

Respiro profundo, tomo valor y me adentro. En la habitación se encuentra un guardia encogido en su lugar aguantando la reprimenda, Eric lo mira con fuego en sus ojos, parece querer estrangularlo con la mirada. Pobre está recibiendo toda la ira del príncipe, que posiblemente ocasioné yo al ausentarme anoche. Eric desvía su mirada hacia mí, y mi cuerpo se tensa, sus fríos ojos me intimidan, está muy molesto.

—Espero que arreglen el desastre que han causado por su inectitud —le advierte al guardia. Este traga en seco—. Retírate —le ordena.

El soldado hace una reverencia y sale casi corriendo del lugar. Eric me mira por unos largos segundos y termina dándome la espalda mientras observaba a través de la ventana que da al jardín.

—Creo que estás confundiendo las cosas, Elena —por fin habla—. Antes que todo, soy tu príncipe y futuro rey.

—Señor yo...

—Aún no te he pedido que hables —Me interrumpe—. Por mucho que me gustes no voy a permitir que desafíes mi autoridad. Victoria lo intentó y ya viste como acabó.

—Nunca fue esa mi intención.

—Pues no lo parece. ¿Debo recordarte que tenemos un trato? He perdonado la vida de tus hermanos, no me hagas arrepentirme de mi decisión. —Me tenso—. Esperaba que fueras una mujer que cumple sus promesas.

—Y lo soy, todo tiene una explicación...

De pronto la puerta es abierta dándole paso al príncipe Sebastián.

—Hola, muy buenos días —Saluda animado. Eric rueda los ojos—. Se que me extrañaste hermano, no hace falta que lo digas. Tengo buenos informes acerca de la expedición.

Después de informar a su hermano Sebastián gira a verme.

—Elena, siempre es un gusto verte. —Se acerca y deja un beso en mi mejilla.

Eric se nota muy incómodo. 

—Puedes retirarte, te mandaré‚ a buscar después. —Asiento y me dispongo a salir de allí.

—Elena —Me llama Sebastián—. Me gustaría que nos encontráramos más tarde; te traje un presente y me gustaría entregártelo personalmente.

—¿Un presente? —pregunto—. No era necesario.

—Quiero hacerlo, en cuanto termine aquí, te busco.

—De acuerdo.

Cuando voy saliendo escucho una parte de la conversación entre ellos.

—Lo haces a propósito, ¿verdad?  —Es la voz de Eric.

—Te advertí que no me detendría con ella.

Suspiro. Es agotador ser parte de su competencia.

Decido ir a ver a mis hermanos. Cuando voy llegando noto que no están solos, Luisa y Rosa también están con ellos.

—Hola —Los saludo al llegar.

—Peque, ven aquí. —Mi hermano Samuel me abraza con cariño—. ¿Ya no quieres a tu hermano? ¿Por qué no habías venido a verme?

El Reino de los ElfosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora