Hace poco habían empezado las clases por Meet. Mi liceo vale pico así que se demoraron 2 semanas en empezar el año. La cuarentena nunca me había afectado, no soy de los que les gusta salir a la calle, soy más bien tímido, solitario, pero hace unos días me había empezado a sentir mal, casi enfermo. Sentía un constante murmullo en mi cabeza, como un persona barriendo dentro de mis pensamientos, el polvo que se levantaba al barrer invadía todo el interior de mi organismo, ensuciándome, quitándome el hambre, la alegría, la sed, las ganas de pajearme. Me sentía muerto. Fallecido. Un cadáver andante en busca de un evento en su vida lo suficientemente importante como para hacerlo sentir al menos un esbozo de emoción, un poco de sentimiento, que lo hiciera sentir aunque sea ligeramente vivo.
Regresaba a mi casa después de haber ido a comprar pan, mi mascarilla estaba húmeda, estornudé en ella tres veces en el camino y después la lamí para limpiarla. COVID. Me había contagiado. No lo podía creer. Mis síntomas fueron leves, perdí el gusto y tuve fiebre ligera por unos días. Mi abuela, en cambio, murió, por mi culpa. No como que me importara en todo caso, seguía sin sentir ninguna clase de emoción, todo me era indiferente. En el funeral de mi abuela, mientras veía a mi streamer favorito a todo volumen, recordé que tenía clases. Rápidamente, mientras enterraban el difunto cadáver de mi abuela en el patio de mi casa, me conecté a la clase. Tomando un sorbo de mi taza favorita, en la que se lee la consigna "Make America Great Again" me puse a revisar qué otros alumnos estaban conectados a la reunión. La clase aún no había empezado, casi nadie se había conectado, había una tal Noelia, un tal Bastián, y... ella. Ella. Ella, la razón por la cual estoy escribiendo esto en primer lugar, la de mi existir y mi alegría. Nunca habría imaginado que, esa clase, sería el punto de inflexión en mi vida, ya no tendría que levantarme cada mañana sintiéndome muerto por dentro, un ente sin corazón que vive contando los días que faltan para el de su muerte. Nunca más le pegaría a mi hermana chica ni mataría al perro del vecino porque un japonés me mató en el LOL. No, ese nombre, Ahelyn Torres, me cambiaría para siempre.
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Amor en Google Meet - Bastián Gómez x Ahelyn Torres Fanfic Oficial
RomanceAmor en Google Meet - Bastián Gómez x Ahelyn Torres Fanfic Oficial