Capítulo 11: Los Encontrados

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El joven maestro estaba exasperado por lo que había pasado, su cuerpo había sido tomado por un vampiro y uno importante al parecer. Estaba en un cuerpo que no le pertenecía, encerrado en una celda, lo único que Alaric Saltzman sabía que su cuerpo había sido adueñado por Niklaus Mikaelson.

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— ¿Maestro Saltzman?—llamó Erika entrando a su salón de Historia, donde no había nadie, suspiro.

Elena estaba lidiando con ser vampiro mientras Erika trataba de evitar a todo el que supiera de su problema. No quería que la investigaran como un experimento. Por eso usaba la excusa de tener que entregar los trabajos de sus avances en los proyectos de los fundadores, por cómo iba solo faltaba que participara en el evento de la Srta. Mystic Falls. El maestro había tenido razón con su Erika, ella en verdad pudo notar la belleza de la enriquecedora de Mystic Falls. Incluso había realizado unos dibujos a base de historias y cosas que había aprendido.

Erika revisó su celular para ver si tenía algo nuevo algo acerca de Damon, había desaparecido ya hace unos cuantos días desde la pelea. Él era el único que estaba con ella en esta situación incluso su hermano se dedicaba más a Elena, que no están mal, a su hermana se le hacía difícil lo de la sangre humana. Ella quería que alguien la fuera a buscar para abrazarla por horas y horas, como lo había hecho Damon el día que abrieron la tumba.

Su celular empezó a vibrar en su mano con un número desconocido en él, tragó saliva al pensar que sería aquel vampiro.

— ¿Quién diablos eres?—exigió grosera con su mano temblando la castaña.

—Soy quien te quería ver nadando con los peces—respondió la voz idéntica de su hermana pero más serena, divertida.

—Katherine...—susurró con rencorosa la chica.

—Que inteligente niña, para ser tan torpe—habló con gracia Katherine.

—Púdrete perra—insultó la menor.

—Cuanta agresividad, yo que te tenía un regalo—habló irritada dando taconazos con una risa malévola—Dile hola—ordenó la Petrova.

—No...no...la escuches Eri...ka—dijo la debilitada y adolorida voz de Damon Salvatore.

Erika tardó un poco en asimilar lo que Katherine pretendía, suspiro antes de hablar y se tomó la cabeza. Tomó su mochila y se dirigió a la salida de la escuela.

— ¿Dónde te veo? —

—Donde debiste morir—aclaró sin más antes de colgarle la llamada.

Llamó a Jeremy para despedirse, al oír su voz se sintió tan culpable. Le salieron unas lágrimas colgando sin responder nada.

Dejo todas sus cosas para salir de la escuela, cuando se fue el particular maestro Saltzman entró al aula y tiro el escritorio contra la pared al notar que había tardado demasiado en llegar a la escuela. Ella había escapado haciendo su cambio de cuerpo en vano, pero ya se había hartado de juegos, Niklaus Mikaelson ya no estaba dispuesto a perder más días.

Erika caminó como solía hacerlo para escaparse a beber en el bosque. Siempre atravesaba el puente, donde sus padres murieron, donde Elena murió, donde debía morir ella. Dio una mirada al cartel que decía "Peligro" rodeado de cintas amarillas. Las voces se hicieron presentes haciéndola voltear frenéticamente encontrándose con la viva imagen de su hermana, Katherine.

— ¿Las escuchas?—interrogó de brazos cruzados, acercándose a la adolescente.

— ¿El qué? ¿Las estupideces del mundo? Pues si—bromeaba Erika caminando hacia la mujer.

La Pequeña Gilbert [ Damon Salvatore Y Tu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora