El fin del año escolar se acercaba y con eso se venía su trabajo final. Lo que deseaba que no ocurriera, la pesadilla de Erika y el sueño de su madre. Lo único que mantenía firme a Erika ante dichoso evento era imaginar las miradas de orgullo por parte de su madre y su padre dándole una sonrisa de apoyo moral. No podía usar vestidos de su madre o de Elena, no tenía el cuerpo para hacerlo. Podría usar uno de su tía Jenna pero ella se fue de la ciudad por un trabajo y los visitaba los fines de semana, todos estuvieron contentos con eso pues ella estaría a salvo y los hermanos Gilbert estarían bajo el cuidado de los Salvatore.
Aparentemente Jenna aparecería en el evento, envió dinero para que Erika pudiera conseguir un vestido. No dio resultado, detestó cada uno de los vestidos que le escogían, todo era demasiado elegante, revelador, de viejita o tenían un color espantoso. Erika odiaba los vestidos, pero salió muy gustosa para escoger alguno de su agrado.
Ella tenía en claro el vestido que quería usar, lo había dibujado, pero la hoja donde lo dibujo parecía haberse perdido. Quería un vestido rojo, como la sangre, como la caperuza roja. Largo pero sin llegar a deslizarse por el suelo, no tenía adornos, no resaltaba. Era de un estilo simple pero con un color llamativo.
Se adentró en la habitación de la mansión Salvatore donde se hospedaban ahora, las personas del pueblo pensaban que estaban acogidos por alguien que cuida estudiantes. Jeremy y ella a veces buscaban entre los rincones de la mansión buscando algo interesante. Al mirar su cama se quedó piedra al ver extendido el vestido que imagino, el vestido de su dibujo. El dibujo estaba al lado.
—Es un vestido bastante feo— mencionó con una sonrisa Damon recostado en el umbral de la puerta.
Erika negó con la cabeza y después sonrió, lo abrazó con mucha alegría. La fragancia del chico era como de fantasía, jamás quería dejar de abrazarlo.
—Me diste lastima en tu cumpleaños, te dieron unas tristes flores que te dieron alergia y a tu hermano también y si bien fue un espectáculo divertido fue patético—dijo Damon mientras miraba a Erika con una sonrisa cariñosa.
—Robaste mi dibujo—reclamó Erika enseñándole el dibujo.
—Es que me sentí ofendido al ver que no me dibujaste a mí—indicó al separarse de ella.
Erika lo admiró un instante y buscó bajo su cama, debajo de la ropa de sus cajones, debajo del colchón, entre su ropa en el ropero y en su mochila mientras el oji-azul la juzgaba. Colocó todos los papeles en la cama, Damon se acercó y observó las distintas piezas de arte.
Había de todo en esos dibujos, la mayoría eran objetos con algún tipo de cosa sobrenatural. Desde un árbol que tenía calaveras creciendo hasta un ser oscuro que había destrozado una habitación. Ninguno tenía color, solo unos pocos. Erika cuando terminó de separar los que buscaba lo hizo sentarse en la cama.
— Nunca me ha gustado dibujar personas, difíciles, aburridas y feas...—argumentó la chica organizando los dibujos—Por lo que casi no dibujo humanos y cuando lo intento...bueno—anunció mostrándole las hojas.
Damon los observó, no eran un retrato, eran partes de él. Tenía varios intentos de la cara del hombre y terminaban en una mancha, los mejores eran cuando separa cosas características de su persona. Sus ojos, su sonrisa, su rostro de perfil, sus manos, la parte del cuello de su camisa, el de espaldas, los brazos cruzados. Todos ellos tenían color. La pequeña Gilbert tenía talento, en cada uno de sus dibujos la presencia del Salvatore era clara, cada uno de los dibujos lo representaba. Era increible como podia transmitirle tanto, era unico y ella lo había hecho para él. Damon se quedó admirando el primer dibujo que Erika hizo de él. Los ojos azules.
—Son terribles—dijo Erika riéndose.
—Son preciosos—dijo Damon asombrado.
Erika dejo de reírse. Damon no salía del estado de admiración, poco a poco descendió hasta la culpa. Al menos para Damon esto era el colmo, ser dibujado era la contemplación absoluta. Erika lo amaba y él la amaba ella. Ella no solo dibujaba su cuerpo, dibujaba su ser. Estaba trazando sus sentimientos, era como leer su personalidad. Era el mejor halago.
Su rayito de sol, su caperucita roja, su pequeña Gilbert, desde que llegó lo miraba como nadie lo había visto antes. Ella miraba su corazón. Y él siempre cuidaba el de ella, a pesar de todo.
Y era injusto, era injusto que una basura como él se mereciera todo lo que ella estaba dispuesta a darle. El dejo los dibujos en la cama y se alejó de ella, con una mirada triste, afligida.
Ella lo tomó del brazo, Erika ya no quería guardar lo que sentía.
—Damon yo te...—empezó a decir Erika acerándose a él, dispuesta a confesarse.
—Me acosté con tu hermana—gritó él mirándola destrozado.
Erika no soltó las palabras que iba a soltar, bajo la mirada horrorizada, como si le hubieran disparado. Su respiración se entrecortó, al alzar la mirada sus ojos eran negros. Damon no le importaba, merecía cualquier castigo. Erika lo tomó del cuello y lo estrelló contra la pared. Estaba asfixiándolo con una fuerza sobrehumana.
—Tú...te recuerdo—habló con una voz distorsionada, más grave, más aterradora—Que distracción, me repugna—decía la voz—Debí matarte.
Eso no era Erika, era otra cosa. Los dientes se volvieron afilados, como de una piraña y una lengua como de una serpiente surgió de su boca. Un aura oscura envolvió a la chica y Damon estaba al borde del desmayo. Fue Bonnie quien apareció frente a la puerta guíada por un mal presentimiento y asustada soltó un hechizo contra Erika que la mando a volar contra pared, destruyendo un cuadro que ahí colgaba.
Damon tenia rajaduras en su cuello, si no fuera vampiro, estaría muerto. Erika estaba desplomada después del golpe. Damon intento acercarse. Bonnie colocó una mano en su pecho para retenerlo.
—No, ella es un demonio. Es demasiado inestable—murmuró la morena sin dejar de ver a la chica horrorizada.
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Ok, en el capítulo pasado le cayeron a Elena con todo. Mis respetos.
Espero que les este gustando, gracias por su apoyo. :D
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La Pequeña Gilbert [ Damon Salvatore Y Tu ]
FanficJeremy tiene una hermana gemela, ella es la pequeña Gilbert, ella es Erika Gilbert. Erika nunca ha sido una chica racional o radiante como su hermana mayor, después de la muerte de sus padres pierde el control. Ella está apunto de adentrarse a un m...