CAPÍTULO - X

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- ¿NOS ENCONTRAMOS EN LA PRÓXIMA FRONTERA?

- Ellie, hace un tiempo nos comportábamos como una manada de ovejas dispersas. ¿Recuerdas? – Le pregunta Lili con mucho entusiasmo en la mirada. – Vaya, no teníamos objetivos; andábamos totalmente dispersos, sin rumbo y sin dirección.

- Vaya, mi Lili. Nos estábamos conduciendo a un camino que desconocíamos. – Le contestó. – Y tú, ¡Lili, has cambiado tanto! Estoy totalmente sorprendida por la manera en la que Dios ha trabajado en ti.

- Somos dos, cariño. – Le dijo sincera. – La verdad es que lo hubiéramos intentado tantas veces. Hemos tenido que arrastrarnos, hemos llorado, nos hemos culpabilizado, hemos tropezado y hemos caído, pero, vaya, ¡hemos llegado hasta aquí! – Le dijo feliz.

- ¡Waoo! Imagino todo el trabajo que el fiel Pastor ha tenido con nosotras. ¡Ovejas rebeldes! – Exclamó graciosa.

- ¿Cómo olvidar las veces en las que Darielis nos reprochaba para que entráramos a las reuniones de zoom, para que llegáramos temprano a los cultos y nos pusiéramos en la cosa? – Cuestionó Lili recordando esos momentos.

- Jajaja, es imposible olvidarlos. – Dijo mientras reía. – E incluso, una vez dijo que nos dejaría de hablar si no nos poníamos las pilas... Aveces exagera. – Amabas rieron. – ¿Recuerdas los consejos que el tío Jeffry solía darnos? – Le preguntó.

- Jajaja, sí. Su frase solía ser «Tienen que madurar.» – Decía Lili, poniendo la voz grabe. – Y sinceramente, aún no hemos madurado, ya que no somos ninguna fruta. ¡Pero al menos, ya no somos ovejas rebeldes! – Dijo con una sonrisa. - Jajaja. Ayyy, el tío Yeffry... – Dijo Lili pensativa.

- Vaya, Lili. ¿Dónde dejamos a Emmanuel? ¡Pues a él se le ocurrió la magnífica idea de crear un Ministerio! Ministerio Mensajeros Celestiales...

- ¡Por supuesto! Ayy, cariño. Gracias a Emmanuel y a su idea de crear ese Ministerio recibimos tal impulso para levantarnos. – Decía Lili, recordando lo feliz que se puso al saber que iban a crear un Ministerio.

*Flashbuack*

A inicios del Coronavirus:

Las chicas están sumamente felices, están haciendo arreglos para ir a llevar unas ropas y comidas, que habían recolectado para llevar a la asociación, con el objetivo de ayudar a un país que recientemente había sufrido un terrible caos de huracán.

- ¡Me hace tan feliz poder hacer esto! La verdad, me encararía poder hacer más. – Decía Darielis entusiasmada.

- Siempre he soñado con formar parte de un Ministerio, y poder ayudar a las personas, a través de los desenvolvimientos que Dios nos ha dado. Sería algo maravilloso. ¿No es así, Darie?

- Tienes toda la razón. Escuché que Emmanuel está planeando formar un Ministerio. ¿Lo sabías?

- ¡¿Qué?! ¡¿En serioooo?! Un ¿Ministerio, Ministerio?

- Sí, Lili Annie. Un Ministerio. La gran apertura será el sábado 19 de Agosto, para toda persona que desee entregar su don al servicio de Dios.

- ¡Wowww! ¡Me encantaría ser parte! Y la verdad, sé que esto será un impulso para animarnos.

- La verdad que sí, y te digo, hace tiempo Emmanuel está por ello.

*Fin Flashbuack*

- Increíble, manita. ¿Quién diría, de un grupo de ovejas dispersas, a convertirnos en un Ministerio? ¡Tremendo! – Decía Ellie.

- Estoy contigo, jajaja.

- Pero, ¿dónde dejamos a tía Luz? – Cuestionó Ellie.

- Ayy, la tía Luz, siempre animando a los demás. – Habló Lili. – Recuerdo que gracias a ella di mi primera prédica. – Se quedó pensativa. – ¡Y vaya! Desde que empecé a luchar por mi consagración, solíamos llamarnos todas las noches para orar. Siempre fue tan comprensiva conmigo... Que el Señor la siga bendiciendo. – Finalizó.

- ¿Y el tío Saul? ¡Este sí que no puede quedarse! – Exclamó. – Fue tan simpático y tolerable con nosotros, la verdad... Extraño su presencia en el grupo. – Dijo con una mirada triste.

Lili la observó y trató de animarla.

- ¡Cariño! ¡No podemos dejar de lado al anciano! Salustiano... Nos ha apoyado tanto desde el momento en el que Unánimes nació.

- Maravillosa persona... Este anciano tiene su recompensa en el cielo. – Dijo con sinceridad.

- ¿Nos estamos olvidando de alguien? – Cuestionó Lili con el ceño fruncido.

- ¡Indiana y sus sermones! – Esta vez exclamó Ellie.

- Jajaja, gracias a ella hemos avanzado bastante por este sendero. Ha sido un importante instrumento utilizado por Dios, durante todo este trayecto tan... Genial. - Ayyy, manita. Estoy feliz de que a pesar de todo, hayamos llegado hasta aquí.

- ¡Wow! Hemos vivido tantas aventuras... ¡Deberíamos escribir un libro! – Dijo entusiasmada.

- Jajaja. ¡Paso a paso, sin fronteras! Vivo transitando sin retroceder. – Lili empezó a cantar. – No importando, las barre... – Ellie la interrumpió.

- ¡Lili, tenemos el nombre!

- ¡¿Qué?! – Luego reaccionó de inmediato. – Espera... ¡¿Sin fronteras?!

Ellie asintió con una sonrisa.

- ¿Nos encontramos en la próxima frontera?

- ¡Negativo! Nosotros Emprendemos viajes por senderos SIN FRONTERAS.

FIN.

SIN FRONTERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora