- cuatro -

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決定
× 𝖉𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎ó𝖓 ×



La primavera apenas hace unos días había empezado, pero el día parecía pertenecer al otoño.

El viento amenazaba el día templado, y el cabello de la castaña que recién había bajado del auto donde la habían llevado hacia la sede de la Escuela de Hechiceros era llevado de un lado a otro por causa de las grandes ráfagas de viento, como si de un baile se tratara.

Molesta por despeinarse el pelo, se lo ató en un rodete. Se había vestido bastante arreglada para su gusto, para quizá dar una mejor impresión a los directivos de la escuela. Aunque claro, sus curitas rodeando su nariz, que por suerte ya se encontraba mejor y no estaba inflamada, la hacían ver un poco mal, a su parecer.

A pesar de tal desafortunado clima, debía admitir que el lugar en el que se encontraba era completamente precioso. A pesar de encontrarse en el área metropolitana de Tokio, parecía estar alejado de la ciudad. Se sorprendió por el gran tamaño de la institución y la naturaleza que rodeaba la gran arquitectura japonesa tradicional.

Llevaba una polera con cuello de tortuga color beige, y un vestido arriba, pegado al cuerpo, marrón. Se había esforzado en ponerse pendientes lindos, pues no acostumbraba a usarlos y los agujeros estaban medio cerrados por su inutilidad. Solía usar una mochila negra para todos lados, pero por hoy había hecho una excepción, y reemplazó su desgastada mochila por un pequeño bolso que combinaba con aquel vestido de tirantes, colgando a su lado.

— Oi, ¡___________! —saludó Gojo, desde lo lejos, con una sonrisa. Vestía con aquel particular traje y venda en los ojos, que más de una vez llamaba la atención de la gente.

— Hola. —hizo una leve reverencia mientras se acercaba al mismo.

El albino se acercó de la misma forma, con las manos en los bolsillos, hasta quedar frente a frente, y habló:— Te ves muy bien hoy. Te quedan lindas las poleras.

___________ agradeció por dentro que al menos alguien haya notado su esfuerzo en ponerse un conjunto femenino y delicado. Sonrió ante sus palabras. A pesar de no conocerlo tanto, parecía ser una de esas personas con las que todos se llevan bien, por la buena energía que emanan.

— Muchas gracias. —se quedaron en silencio por un par de segundos. Satoru parecía esperar algo, y la castaña le devolvió el cumplido, por mero respeto. Le hubiera dado un elogio sincero, pero nunca había logrado ver su cara completa— Tú... también te ves bien.

— ¡Eso era lo que quería escuchar! —cantó sus palabras euforicamente; amaba que alimentaran su ego. Apoyó una mano en el hombro de la femenina, y comenzaron a caminar, siendo guiados por el más alto. La diferencia entre alturas era enorme, a pesar de que _________ no fuera específicamente de baja estatura— Vas a ser una buena alumna.

 [PAUSADA] 𝑨𝒕𝒂𝒅𝒂 𝒂 𝒕𝒊 ➳ 𝖗𝖞𝖔𝖒𝖊𝖓 𝖘𝖚𝖐𝖚𝖓𝖆 ;; 両面宿儺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora