22📿

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A pesar de que había una diferencia abismal de ver el cielo nocturno desde los campos a verlo en el patio de una casa, desde su lugar, Yoongi no podía despegar su vista del oscuro manto sobre su cabeza. Todo le parecía irreal y relajante.

—¿En qué piensas? —preguntó Jimin llegando hasta él.

El patio trasero era igual de grande que el jardín delantero, sólo que había más flores, un árbol de sauce y debajo de este un estanque donde Jimin criaba a unas carpas. También había una mesa a juego con dos sillas donde Jimin pensó, sería buena idea cenar.

Después de su encuentro con la doncella, Yoongi quedó eufórico, y Jimin se preguntó si esa reacción sería la misma para los que pasaban años de sus vidas intentando obtener pruebas de que lo sobrenatural existía en verdad.

—¿Siendo honesto? En nada en realidad. Es la primera vez en mucho tiempo que tengo la mente completamente apagada. Es como estar en paz. —respondió Yoongi sin quitar sus ojos del cielo—. ¿Te preocupa que salga corriendo en cualquier momento?

Jimin dejó la olla de ramen sobre la mesa y se encogió de hombros.

—Esa sería una reacción más natural y para la cual estoy más preparado, pero después de lo que pasó con el señor Im, ya no sé que esperar de ti compañero.

Yoongi lo miró, pero Jimin no se percató de ese detalle porque estaba lo suficientemente entretenido viendo la mesa para asegurarse de que no faltase nada. Él tenía razón, desde ese caso, Yoongi se había mostrado más receptivo a cualquier cosa espiritual que dijese, incluso si eso sonaba como algo salido de alguna película de terror. Por otra parte, nada le garantizaba a Jimin que Yoongi no sintiese que de pronto todo fuese demasiado, y se marchase.

Tales pensamientos de Jimin no le fueron ajenos a Yoongi, por lo que, con firmeza, él aseguró que no iba a irse a ningún lado, y fue ese tono seguro el que hizo que Jimin por fin lo viera a la cara.

—No es eso lo que me preocupa precisamente. —respondió relamiéndose sus labios.

No, lo que realmente le preocupaba era que Yoongi no estuviese lo suficientemente preparado como para obtener la carga que él mismo tenía con respecto al tema paranormal. Jimin no quería esa vida para Yoongi.

—¿Tú lo has pensado alguna vez? En estar con alguien —dijo de pronto Yoongi.

—¿Qué?

—Tú me habías preguntado si yo podría seguir adelante después de lo de Jeong. Ahora soy yo quien necesita tener su curiosidad saciada y me refiero a algo más además de tus sucias fantasías con el capitán. —Agregó en tono bromista.

Jimin parpadeó algo desorientado por el repentino cambio de tema. Preguntándose también cuánto le tomaría a Yoongi olvidar el tema de su jefe.

—Sí, bueno, creo que para mí eso de las relaciones está algo fuera de mis ligas —Jimin masajeó su cuello—. En esta vida como en cualquiera, hay personas que están destinadas a estar con otras personas, pero también hay otros como yo, que estamos destinados a estar solos por lo que nos quede de ella. Suena como algo bastante deprimente ¿cierto?

—Sólo un poco. Pero estoy seguro que lograrás encontrar a alguien que esté dispuesto a todo por ti. Incluso dejar que una doncella se le pegue congelando la mitad de tu cuerpo.

Lo dijo en tono de broma, por supuesto, pero de verdad se le estaba acalambrando su lado derecho por el excesivo frío que provenía de la jovencita que se había rehusado a soltarlo desde que llegó.

—¿Qué? ¿Sigues viéndola? —Jimin se tiró hacia atrás viendo como la modesta jovencita frotaba su mejilla contra el brazo de su compañero.

—No, pero no es difícil saber que está aquí.

📿D A R K N E S S 📿 Vol.I ||YM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora