El bosque sombrío

Capítulo 1 : El génesis de la magia

Comenzaré por contar toda mi historia, desde el principio, para que así puedan entender el porqué de mi decisión. Mi nombre es Aura Stone, actualmente tengo 17 años, mi cabello es castaño y largo, hasta más arriba de la cintura, un poco ondulado, soy de contextura delgada y alta. Padezco heterocromía central, lo que significa que, en la parte central de mi ojo, alrededor de la pupila, el color es café, mientras que, en los bordes del ojo, es verde.

En tanto a la personalidad, soy volátil, efusiva y afectuosa. Cualidades que seguro notarás en lo largo de mi historia.

Comencé en este mundo muy joven, a la edad de 11 años, me llegó una noticia impactante. Soy una hechicera, procedente de un linaje cósmico de hechiceras sublimes, las más poderosas.

Seguro no entenderás a que me refiero, es por esto que te contaré una historia de disputas y engaños que terminaron por formar al mundo mágico y a las hechiceras sublimes:

Al principio de los tiempos cuando la gente creía en la magia, hechiceros y mundanos compartían conocimientos y habilidades, convivían en armonía y juntos cuidaban de un precioso bosque que se extendía entre el límite del mundo mágico, y el mundo material. Este bosque contenía un inmenso poder, estaba lleno de árboles de varios colores y formas, que contenían distintos tipos de magia en su interior, las personas podían pedir ayuda a este bosque, en momentos de necesidad, y si la intención de la persona que la solicitaba era pura, el bosque le concedía su petición usando los poderes de los árboles.  

Sin embargo, el ser humano es egoísta y avaricioso, y empezó a sentir celos de los hechiceros que nacían con una magia propia e inherente. Líderes humanos cegados por el enojo y la envidia, guiaron a las masas a sentir miedo hacia los hechiceros, y cuando el conflicto se salió de control, vino la guerra.

Los mundanos encontraron la forma de apoderarse a la fuerza de la magia del bosque, y la usaron para acabar con los hechiceros, quienes, a pesar de su poder, eran pocos comparados con la cantidad de mundanos que peleaban. Los humanos sin magia ganaron y encerraron a los hechiceros en jaulas especiales que no les permitían ejercer su poder.

No obstante, los mundanos no sabían que era la magia de los hechiceros lo que mantenía vivo al bosque, y con ellos encerrados, el bosque comenzó a morir. Las hojas secas, los arboles decaídos, las plantas ya no brillaban, ya no había magia.

Los humanos desesperados por conservar su fuente de poder, llegaron a límites inimaginables, torturaban, masacraban y sacrificaban a hechiceros en el bosque; para que su sangre llena de poder, reviviera al bosque, y así fue. Solo que el bosque lleno de lozanía y energía que conocían no regresó, en cambio, la magia que en él se despertaba, era cada vez más oscura, se alimentaba del llanto, la envidia, la desesperación, el miedo y la sangre.

La arboleda adoptó una forma siniestra, el ambiente dentro del bosque era lúgubre y gélido, su magia se volvió en extremo poderosa, tanto que ya ningún humano podía acercarse, e incluso para los hechiceros se volvía un desafío, aquel que entraba en ese bosque, nunca más aparecía. Varios decían que el bosque los volvía locos, otros decían que tanta magia los consumía y morían, no sé sabe que teoría era acertada, lo que sí se sabe, es que el bosque era peligroso y malvado. 

Los hechiceros, aprovechando el pánico en que los mundanos se encontraban, planearon un contrataque, y con la poca magia que conservaban, unieron sus fuerzas y los derrotaron. Pero no acabó la guerra ahí, puesto que varios hechiceros empezaron a enfrentarse entre sí.

Un grupo de hechiceros planeaban recuperar el bosque, y volver a lo que era antes, con actos de bondad y magia pura. Sin embargo, había otro grupo de hechiceros que no estaban de acuerdo, que creían que el bosque debía seguir así, que tanto poder no se debía desperdiciar, y que ellos también deberían aprender a usar ese tipo de magia oscura, tan poderosa.

Ahí se creó la separación de los hechiceros, por un lado, los de magia pura, y por el otro, a los que después se los conocería como: los oscuros.

Los hechiceros de magia pura temían por las consecuencias de este tipo de magia oscura en el mundo, así que unieron sus poderes en uno solo, formando una gran bola de energía mágica que sería lanzada hacia al bosque con el fin de destruirlo. No fue fácil, la energía de magia pura luchaba contra la energía oscura del bosque, chocaban, se mezclaban y se revolvían, mientras que los hechiceros puros peleaban contra los oscuros mediante hechizos, puños y gritos. Fue una guerra extenuante, hasta que la bola mágica con ambas energías sucumbió, fusionando su poder en uno solo. La nebulosa de magia desprendía una energía tan poderosa y brillante que era difícil verla sin lastimarse los ojos, se notaba que estaba a punto de explotar y un estallido así podría consumir todo.

Fue entonces cuando nació la primera hechicera sublime, una chica que con coraje se lanzó hacia la bola de magia, absorbiéndola con su cuerpo. La energía contenida era demasiada para soportar, y después de unos meses, su cuerpo pereció; pero antes, protegió a la naturaleza y los humanos de este conflictivo poder: Con su magia desterró a "los oscuros" enviándolos dentro del sombrío, nunca se volvió a saber de ellos. Luego intentó destruir el bosque, mas su magia que era tanta que solo logró esconderlo en de todo ser humano y mágico. Con esto, no cualquiera podría encontrarlo. Para asegurar su magia, lanzó un conjuro que disponía lo siguiente:

"La magia que en mi habita no perecerá, ni se liberará ante los hechiceros tras mi muerte, sino que se hundirá bajo la tierra, esperando para liberarse ante la siguiente hechicera digna de la responsabilidad, y será entregada ante a ella en dosis digeribles para su cuerpo, hasta que se acostumbre a la carga del poder y pueda manejarlo según su conveniencia; y una vez que esta pereciere se volverá al mismo ciclo". 

Desde ahí, cada 103 tres años nace una hechicera digna de tal poder.