Bebe #1

777 46 13
                                    

Siempre quise escribir algo de estos locos hermanos y unas imágenes me dio una idea, así que aquí esta ^_^

Espero que les guste~

Wakko no pudo evitar mirar con el ceño fruncido el pequeño bulto en vuelto en una manta rosa que su hermano Yakko tenía entre sus brazos. Era de la misma especia que ellos (desconocida y rara), con un chupete en la boca y un adorno de flor amarilla en sus orejas. Era una bebe, su supuesta hermana menor.

-Es fea- hablo después de unos segundos de silencio, levantando la vista para mirar al mayor. -¿Podemos devolverla? ¿O cambiarla por comida?- sonrió con emoción ante lo último, esa idea le gustó.

-Nop, no se puede hermanito- Yakko no pudo evitar reír ante aquello, divertido. Se enderezó, acomodando a la bebe inquieta entre sus brazos. -Me temo que no se cambia a la familia- camino hacia donde estaba la cocina, era hora de comer. El menor hizo una puchero, molesto. El prefería la comida.

... ... ... ...

Dot le agradaba cada día menos. Era algo llorona y siempre llamaba la atención de todos los que la vieran, en especial de su hermano mayor. Ella en serio no le agrada y por eso mismo, no le gustó en lo más mínimo lo que su hermano le pidió ese día.

-No- se cruzo de brazos, molesto.

-Vamos Wakko, debes cuidarla- Yakko lo miro con una pequeña sonrisa, casi disculpándose pero sin sentirlo realmente. Su hermano menor debía aprender a querer a su hermanito, ya sea por cuenta propia o con un pequeño empujón de su parte. -Debo hacer unas cosas y...-

-Llévala contigo- interrumpió.

-No, la vas a cuidar y punto- hablo con seriedad, viendo como el menor hacia un puchero pero ya no se negaba. Sonrió, besando la frente de Wakko y luego la de Dot antes de irse, alejándose rápidamente antes de que su hermano empezará a negarse otra vez. Wakko miró de reojo a Dot, quien estaba sentada cómodamente sobre una manta en el suelo y rodeada de almohadas, con algunos muñecos entre sus brazos.

-Te odio- murmuró cuando ella lo miró. La pequeña lo miró, sonrió y devolvió su atención al osos de peluche que tenía entre sus pequeñas manos. Él suspiro y se dispuso a ver televisión hasta que el mayor volviera, ignorando a la menor. Todo estuvo bien, hasta que sintió un toque en el pie. Bajo la vista y la vio. Ella se le acercó, gateando, arrastrando su oso con ella. Doy estaba llorando, sosteniendo el oso con una mano y el brazo del muñeco roto en la otro. -Se rompió- eso era obvio. Dot asintió y, al ver que el otro no se movía, sollozo. Múltiples lágrimas salían de sus ojos y corrían por sus mejillas ahora rojas por el llanto, el cual resonaba por la torre de agua que ellos llamabas hogar. -¡N-No llores!- entró en pánico, su corazón estrujándose un poco al verla llorar de esa manera. Se dio cuenta que no le gustaba verla así. Se levantó y corrió a buscar la pequeña caja que su hermano utilizaba para guardar aguja e hilo, volviendo rápidamente. Se sentí, agarro el peluche de su hermana y empezó a coser con torpeza, era desaliñado y algo torcido pero debía servir por el momentos. -Aquí- se lo extendió cuando terminó, logrando que Dot dejara de llorar del todo. Ella sonrió enormemente como agradecimiento, estirando los brazos hacia él. Wakko la miró con curiosidad pero, decidiendo que no quería que empezará a llorar otra vez, se acercó. Dot rodeo el cuello ajeno con sus pequeño brazos, él sorprendido al recibir un repentino abrazo. Ella lo soltó al poco tiempo, agarrando su oso y abrazándolo con fuerza, sonriendo enormemente en todo momento. Wakko se le quedó mirando por unos segundos. Ella aún lo le agradaba pero...quizás, no era tan mala.

AnimaniacsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora