Can't take my eyes off you

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— ¿Me permite esta pieza? — preguntó una voz grave y ligeramente ronca a su lado, demasiado seductora como para ignorarla por lo que alzó ligeramente el rostro hasta encontrarse con un atractivo rubio de brillantes ojos azules, tan azules como un cielo despejado a media mañana, que con aquel traje de dos piezas color azul, una fina camisa blanca, zapatos a juego y una sonrisa de perlas blancas se le figuraba como un modelo de comercial.

«Demasiado atractivo», pensó.

— Aprecio su invitación — contestó cortés — pero no acostumbro a bailar con extraños — concluyó, esperando que con aquella respuesta el rubio se retirara y le dejara continuar disfrutando de la bebida que sostenía entre sus manos.

— Eso puede arreglarse fácil, — le dijo aun con la sonrisa en los labios, la cual adquirió cierto toque de coquetería — me presento, Steve Rogers, un placer conocerle — le dijo galante al tiempo que tomaba su mano, depositando un suave beso sobre el dorso como todo un caballero mientras el hombre de cabellos oscuros tan solo le veía con una ceja alzada, extrañado y sorprendido por el atrevimiento.

— Señor Rogers,— retiró suavemente su mano —  voy a pedirle que se abstenga de tomarse tantas libertades, por favor, pues le informo que tengo pareja y no quisiera que malinterpretara una situación como esta — dijo con cierta molestia asomándose en su voz.

— No hay nada que malinterpretar,  — se inclinó ligeramente, quedando demasiado cerca de su rostro, a tan escasos centímetros que podría jurar que al menor movimiento sus labios se rozarían — tan solo le he visto demasiado solitario y no he podido apartar mis ojos de usted así que he decidido venir y rescatarle del hastío de la soledad para llevarle con el resto que ya se encuentra disfrutando del ambiente en la pista — declaró como si nada —, sin ninguna doble intención, se lo aseguro.

— Agradezco sus...buenas intenciones, señor Rogers — entonó con sarcasmo — pero no las necesito pues le reiteró que me encuentro acompañado — esperando que después de aquello el rubio se retirara, sin embargo no lo hizo.

— ¿Me permitiría hacerle un comentario? — preguntó más realmente no esperó la respuesta antes de continuar — No le conozco pero me parece que su pareja no debe ser alguien muy inteligente, — recibiendo un gesto ofendido de parte del hombre de oscura cabellera — pues le ha dejado solo por ya un largo rato aun a sabiendas lo que estos eventos propician, o ¿es acaso que su pareja desconoce que las bodas son un lugar perfecto para encontrar a alguien especial? — quizás no se había movido pero a Stephen se le figuró como si el rubio estaba aun mas cerca de su rostro — Solo piénselo un momento, la atmósfera envuelta en romanticismo y festividad son el escenario perfecto para propiciar un nuevo amor.

— Permítame diferir de su idea, señor, — le contestó, serio mas sin hacer amago de aumentar la distancia que les separaba — además, déjeme informarle que mi pareja es alguien muy inteligente, de hecho es un estratega militar altamente condecorado que por si fuera poco también es sumamente apuesto, todo adonis encarnado, por lo que aunque me halagan sus intenciones disfrazas me veré en la necesidad de pedirle que se retire.

El rubio ensanchó la sonrisa y se dispuso a acercar mas esta vez hacia un costado de su rostro para susurrarle algo al oído, sin embargo antes de que pudiera hacer cualquier movimiento se vieron interrumpidos por la voz fastidiada de un recién llegado.

— Stephen, ¿no podrían al menos esperar a su luna de miel para lo que sea que estén haciendo? — les dijo apenas verles demasiado cerca, provocando que el rubio se sonrojara a más no poder al haber sido descubiertos durante su pequeña representación .

— Seis meses , Wong, estuve convenciéndolo durante seis jodidos meses para que de buenas a primeras vengas a arruinarme el juego — le dijo con notorio fastidio asomándose por su voz pues hasta hacia solo unos segundos su fantasía iba de maravilla.

— Tal vez debieron elegir un lugar diferente, no su propia boda para "jugar" — haciendo énfasis en la ultima palabra con un gesto de sus manos  — . Ahora levántense y caminen que todos los invitados les están esperando para su primer baile como esposos.

Steve sonrió, aun un tanto avergonzado por la interrupción, y extendió su mano hacia su pareja quien la tomó, correspondiendo a su sonrisa con una igual; con sus miradas perdiéndose por un ínfimo instante en la contraria mientras en silencio se prometían que aquel juego aun no terminaba, que de hecho tendrían todo una vida para jugarlo, para cumplir esa fantasía y las que le siguieran pues aun les quedaba un futuro por delante.

Can't take my eyes of you (MagicShield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora