Los días son grises, la lluvia dentro de mi no se calma y de ahí empiezan a surgir las lágrimas. Son de tristeza, de dolor, de cansancio.

No poder hacer lo que quiero ya que nada me produce esa felicidad que eh estado buscando.
Los días grises no se detienen, no se esfuman, no se van.

Mi familia trata de guiar mi vida con la medicina que me tiene encadenado, hace un tiempo que dejé de tomarlas y no me eh sentido tan mal.
Un día estoy bien, la tormenta se despeja pero otras veces, la tormenta se convierte en un huracán incontrolable.

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