¿Alemania x Perú? (parte 2)

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Porque una inesperada cantidad de lectores lo pidió ✨

Les traigo ...

-redobles de tambores-

Una continuación de esta historia ÙwÚ

Pov. Narradora

Cuidar de la wawa no fue nada fácil para Perú. Tuvo que pasar por muchas dificultades: rumores, críticas e insultos hacia su persona. Pero podía rescatar cosas buenas de todo esto, por ejemplo, ver quiénes eran realmente sus amigos. Para él, eso fue una luz de esperanza ante la oscuridad. Perú pensó que iba a afrontar su embarazo solo, que se iba a tener que arreglárselas por sí mismo. Pues no. Tenía la fortuna de tener verdaderas amistades. México, Argentina, Venezuela, Bolivia y, quien menos esperaba, Brasil fueron los que lo apoyaron y estaban para él en todo momento. Gracias a ellos, su vida no era tan tormentosa como se lo imaginó. Claro que tuvo días malos pero estos eran opacados por momentos felices junto a sus amigos y el fruto que llevaba en su vientre.

Con respecto al padre ... Bueno, él era asunto a parte y Perú realmente no quería pensar sobre eso; si lo hacía, solo se deprimiría. Al principio tuvo mucho miedo de encontrársele por casualidad. No sabía si era buena suerte, pero, luego de aquel día, no lo volvió a ver ni en las reuniones de la ONU. Era mejor así, era lo que pensaba el bicolor. 

De esta forma fueron pasando los días, semanas y meses. Cada vez se acercaba más el día del parto y decir que Perú estaba nervioso era poco. Él estaba que moría de los nervios, estaba asustado. Escuchar de una señora, una madre de familia, que el parto era muy doloroso, no lo ayudó en nada. ¿Realmente era así? ... Un día por curiosidad lo buscó por internet y ... ¡Vaya! Quién diría que el parto era el segundo en las cosas más dolorosas que alguien puede experimentar jaja ja ...

- Nono -sacudió su cabeza- no puede ser tan malo -se dijo nervioso- Pero ... eso es con las mujeres ... yo soy doncel ... entonces ... mi bebé saldría ...

Ya se imaginan la cara de espacto que tuvo y sus feromonas descontroladas tampoco ayudóban, estaba cagado del miedo. Para cuando México y Venezuela entraron a la casa del peruano, vieron que este estaba sentado abrazando un cojín en el sofá.

- ¿Qué pasó, marica? -se acercó el venezolano con clara preocupación.

- No es nada, estoy bien -respondió el peruano con ojos llorosos. 

- Cómo que nada -el mexicano se sentó al lado del menor- dinos, ¿qué traes?

- No .. bueno, es que ... -el bicolor movía sus manos sin saber cómo expresarse.

- Tranquilo, estamos para ti en todo -dijo Venezuela, el cual se había sentado al otro lado de Perú.

- Es que el bebé ... yo ... -suspiró y posó su mano en su, ahora, abultado vientre- Tengo miedo de lo que pasará ...

Sus amigos se vieron entre ellos y asistieron con una sonrisa. Ambos abrazaron al peruano por los hombros mientras le daban palabras de aliento, diciéndole que todo estaría bien y que no debería de preocuparse porque ellos estaban para él, en las buenas y en las malas. Perú lloró, pero ya no de preocupación ni miedo, sino de felicidad. De verdad amaba a sus amigos.

Todos x Perú (historias cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora