𝐦𝐨𝐫𝐞 𝐭𝐡𝐚𝐧 𝐲𝐨𝐮 𝐤𝐧𝐨𝐰 |𝐨𝐬. 𝐥𝐬.

I

Cuando la amarga esencia familiar del tabaco se filtra por sus fosas nasales dentro de la reducida habitación, Harry casi pierde el equilibrio sobre las puntas de los pies cubiertas por las desgastadas zapatillas azuladas. Él realmente sabe que detesta aquel desagradable aroma de los cigarrillos baratos de la licorería de la esquina, y sobre todo cuando se encuentra en plena sesión de práctica de baile donde bien conocía era su especie de hora segura de todos los días. No obstante, intenta ignorar por completo la indiscreta distracción a sus espaldas para concentrar su mente en el pequeño agujero raído de la pared y así evitar el vértigo que le causaban las vueltas de 360 grados.

Afortunadamente, afuera, los ruidos citadinos no eran esa gran irritación que últimamente le conllevaban jaquecas mañaneras, porque: a) Recién estaba atardeciendo, y b) hacía poco tiempo que se habían mudado a aquel complejo de apartamentos en las inmediaciones de la gran ciudad, donde apenas se sentía una forma real de vida. Sin embargo, no se quejaba por ello, pues de alguna extraña manera le gustaba su nuevo lugar a pesar de que este era considerablemente más pequeño, monótono y desgastado en comparación a el anterior, pero la privacidad que tanto deseaban estaba presente, sin disposición a cambiarlo por nada.

Apenas y tenían alguno que otro vecino, de los cuales sólo ubicaba propiamente a dos de ellos. Una abuelita cascarrabias que vivía con su nieto de apenas diez años, y un profesor de mediana edad que estaba a punto de retirarse gracias a su alcoholismo. No le desagradaban, de hecho, agradecía que ciertamente fueran silenciosos y no se quejaran continuamente por sus borracheras con la música a volumen medio o sus ensayos a media noche sin descanso. Aunque, todavía le seguía pareciendo raro no tener más compañía familiar a sus alrededores además de Louis.

A veces, solo a veces, extrañaba su vida anterior.

Harry termina la última parte de la coreografía con el grand jeté en un suave aterrizaje sobre el frío suelo, y sus brazos alzados sobre sus hombros. Da una larga inspiración cuando intenta recuperar el ritmo normal de su respiración luego del esfuerzo, mientras que un ligero rayo de sol que se filtra por la ventana le pega directamente en la mejilla, y a pesar de que no puede verse a sí mismo en un reflejo, le gusta la calidez que experimenta sobre su piel, así que no puede evitar que una pequeña sonrisa de satisfacción se forme en su rostro.

La imagen de su novio sentado sobre el sofá en la esquina del salón, con su propio cigarrillo entre sus labios y sus cejas levemente fruncidas, le causa un pequeño puchero porque en realidad no está prestando atención hacia su cuerpo y sus delicados movimientos de baile que tanto le gustaban. Sino que, en cambio, tiene su vista fija en su portátil sobre su regazo con una expresión de concentración o incluso molestia.

Harry se acerca hasta su lugar después de limpiar rápidamente el sudor sobre su piel con una aterciopelada toalla. Louis aún no lo mira cuando se posa justo en frente de su figura, y eso le deja una expresión igual de confundida, así que decide hablar.