Por mil noches

Tercer Día

Ese fue sin dudas nuestro mejor año juntos, ya que Win pasaba más tiempo en mi casa que en la suya desde la última vez que su padre lo golpeó y eso nos gustaba a los dos, aunque las veces que salíamos con amigos a Tay y a Off les preocupaba que yo no pueda detenerlo cuando bebía, los tranquilizaba diciendoles que era solo un día, pero era cierto, al otro día el volvía a ser el mismo Win de siempre.

Asi el año pasó rápido, logramos graduarnos, y aunque no queríamos estudiar lo mismo, entramos a la misma universidad, entonces también decidimos vivir juntos.
Un mes antes, mientras nos mudabamos al departamento Win aún no estaba seguro de si podría pagar la universidad, eso le preocupaba, pero ese mismo día recibió unos papeles de su madre.

—¿Qué dice eso Win?

—Creo que son títulos de propiedad —respondió confundido—. Creo que son de la casa de mi abuelo, el papá de mi mamá.

—¿Y por qué te mando eso tu mamá? —pregunté igual de confundido.

—La carta dice que... —dijo dudando—, que venda la casa para pagar la universidad Bright.

—¿Es enserio?

—Si, pero, ¿cómo podría hacer eso?

—Si tu mamá te mando esto es porque quiere ayudarte Win, hazlo, esto es para la universidad.

—¿Y cómo lo hago?

—¿Que tal si les pido a mis padres ayuda?

—Es una buena idea —sonrió—. Ellos sabrán que hacer.

—Así es.

Después de ello empezamos la universidad muy bien, yo tenía a Tay y Off conmigo en la misma facultad y Win hizo sus propios amigos también, para el eso nunca fue difícil.
Hasta ese momento todo iba bien, pero unos meses después todo se fue complicando, Win empezaba a salir seguido con sus amigos y volvía borracho, muchas veces faltaba a clases por ello, un día decidí hablarlo con el, pero cuando llegue al departamento lo encontre sentando en el sillón mirando por la ventana.

—Win tenemos que hablar —dije mientras dejaba mis cosas.

—¿Qué sucede? —preguntó indiferente.

—Tienes que dejar de beber, hoy volviste a faltar a clases por ello —respondí acercándome, me senté frente a el y pude notar que estuvo llorando.

—Se divorciaron Bright y ni siquiera me lo dijeron —mencionó entre sollozos.

—¿Qué?

—Mi madre espero a que venga a la universidad y se divorció de mi padre.

—¡Lo... lo siento! —exclame tomando su mano—. De verdad lo siento Win.

—¿Por qué? —preguntó, y sonrió con amargura—. Recuerdas que una vez te dije que solo se casaron por mi, era de esperarse que se separen una vez que yo ya no esté en la casa.

—Pero Win...

—Ya olvídalo, no importa —afirmó levantándose—. Tengo que irme.

—¿Dónde?

—Voy a cenar con mis amigos.

—Por favor no bebas tanto Win — le pedi preocupado—. Prometeme que no beberas demasiado.

El solo asintió, tomo su chaqueta y salió por la puerta, yo no sabía que hacer, otra vez no pude decirle que no, no pude detenerlo, no pude hacerlo.