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Química era una materia aburrida a su parecer, tantos descubrimientos y cosas que aprender interesantes, pero no para él. A sus ojos era más interesante el precioso y característico rostro del chico, quién ahora respondía absolutamente todas las preguntas hechas por la esbelta profesora de apretadas camisas y finos pero resaltantes ojos criticones.

—¿Qué miras Seok-

—¡Maldito, te he dicho que no me sorprendas así!- se sobresaltó literalmente gritando y dando un salto bajo en el lugar, luego de que su amigo haya aparecido por detrás suyo espantandolo mientras veía "con disimulo" y ojos soñadores a su tutor.

—¿Señor Kim por qué grita en mi clase?

Oh oh.

Maldito Chan.

—Huh... por nada.

La mujer suspiró. Sintió la mirada de todos en la clase pero claro que no les extrañaba, era normal, era cosa de todos los días que los comportamientos de Seok fueran así, haciendo líos en clase.

—Salga de mi clase.

—Bien. De todos modos lo iba a hacer pero su invitación es más cordial.

Ésta vez todos rieron y la mujer los fulminó con la mirada para que se callasen, logrando su objetivo al instante al todos mirar la vena hinchada en su frente y sus manos apretando el portafolio con hojas contra su pecho con fuerza.

—¡Maldito nerd, mira todo esto! ¡Es por tu culpa!

—Lo-lo siento puedo arreglarlo.– Kim había desparramado una de las sustancias líquidas en la mesa que ocupaban y justo las hojas de la chica que era su compañera, estaban allí encima, por lo que les llegó el líquido verde azulado claramente manchandolas. Chilló y estaba hecha una furia, quizás podía entenderse con la profesora.

—Otro señor Kim– suspiró–, vaya a buscar algo para limpiar al menos.– demandó nuevamente la medio joven mujer de cabello lacio, cínica y precoz. Namjoon asintió y apenado salió del salón mientras todos murmuraban, llendo detrás de Jin quién no se percató de éste sino hasta que ambos tocaron al mismo tiempo intencionalmente el picaporte de la oficina del director.

Se miraron, sus manos se estaban tocando y sentían tantas corrientes y revoltijos en sus estómagos que podían sentir explotar.

Aquél toque sutil y momento mágico para ambos fue interrumpido al la puerta abrirse por un regordete señor, quién había notado el movimiento en el picaporte y se paró curioso para ver qué había detrás.

Observó a los chicos, éstos habían apartado sus manos y ahora estaban distanciados y avergonzados en sus lugares parados, Jin rascaba su nuca mirando al piso y Namjoon tiraba de la parte baja última de su suéter para abajo con sus manos sudadas. Estaban avergonzados y tímidos y el hombre los miraba con una mueca de confusión, después sonrió.

—¿Qué ocurre jóvenes Kim?

Seokjin se percató ahí tontamente de que tenían el mismo apellido y pensó que cuando se casen no podrá presumir que tenía el apellido de su esposo porque, eran el mismo.

—De usted lo imagino Seokjin, me contará luego. Señor Namjoon...

El menor levantó la mirada, de reojo notó la pena mirada del otro y se avergonzó más.—Yo... derramé algo en la clase de... de química.

—Oh ya veo, puedes buscar en el armario del conserje lo que necesites para limpiar tranquilamente, pero no voy a ponerte algo por eso.– sonrió ligero, el chico asintió de labios apretados mirando la pared del frente notandose poco y mucho que no quería mirar a ninguno a la cara, era una persona tímida y poco social y que le dé pena además estar con el chico del que creía gustar era todavía más vergonzo y temeroso para él. Pero en ese estado daba mucha ternura.– Seokjin.

¿beauty? © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora