Capítulo 37: Solos

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𝑪𝒐𝒎𝒆𝒏𝒄𝒆𝒎𝒐𝒔...

El demonio verde llegó al palacio de su señor, afortunadamente no se encontró con la madre de éste, la gran Inukimi. Jaken fue a los jardines tal y como le indicó Sesshomaru para encontrarse con Asagiri. Pero por más que buscaba no encontraba a dicho sirviente. Intentó preguntar a algunas mucamas pero estas lo ignoraron.

Jaken: Que tremenda falta de respeto le hacen al gran Jaken de no responder mis preguntas y ese tal Asagiri nomas no aparece. - Se quejaba en voz alta.

En eso un joven delgado y pequeño se acercó temeroso a Jaken.

Asagiri: Este... Disculpe ¿Usted es Jaken? La mano derecha de nuestro Señor Sesshomaru... - Pregunta inseguro.

Como no suelen hablarle con tanto respeto eso hizó que a Jaken se le subiera el autoestima y aclaro su garganta para sonar más importante.

Jaken: ¡Ejem! Claro, ese soy yo... Y tú debes ser Asagiri. - Infló el pecho y se puso derecho.

Asagiri: Si... Supongo que vino para lo del jardín.

Jaken: ¡Así es! El amo Sesshomaru confía mucho en mi y por eso me ha enviado. - Se miraba bastante animado.

El pequeño inuyoukai hizó una reverencia para mostrar sus respetos a Jaken.

Asagiri: Estaré bajo su cuidado, Señor Jaken. - Era muy respetuoso y educado.

A Jaken le pareció curiosa la apariencia del joven. Para ser un inuyoukai era demasiado pequeño de complexión y no parecía tener experiencia en combate. Quizá era por eso que su amo lo envió. En vista de la buena disposición de Asagiri, el Kappa estaba muy contento de llevarlo al páramo.

...

Mientras tanto en la aldea, Rin y Sesshomaru iban en camino a la cabaña de la anciana Kaede pero en el trayecto un diluvio repentino comenzó caer emepapando rápidamente a Rin. Debido a eso ella intentó apresurar el paso para llegar corriendo a toda prisa, pero por ir tan apresurada estuvo apunto de tropezar. Como era de esperarse Sesshomaru con toda calma la cargo en brazos antes de que eso pasara y además cubrió a Rin con su Mokomoko.

Rin: Señor Sesshomaru, usted no está empapado... - Le parecía extraño que las gotas de agua no mojaran su ropa.

Sesshomaru: Recuerda que mi ropa está hecha con youki... La lluvia no puede mojarla. – Unas gotas caían por su cabello plateado el cual si se estaba mojado.

Ver el rostro ligeramente empadado de Seshomaru era una imagen bastante atractiva que Rin no pudo evitar sonrojarse.

Rin: Yo puedo seguir por mi cuenta... No necesita cargarme. – Dijo con su voz temblorosa.

Sesshomaru: Si te suelto, vas a ensuciarte, además ya estamos cerca. - Siguió caminando con ella en brazos.

La joven lo miraba de reojo cubriendo parte de su rostro con el Mokomoko. Verlo tan de cerca era encantador.

Sesshomaru: Ya llegamos, Rin. - Con cuidado entró con ella a la cabaña moviendo la cortina de bambú y la puso en el suelo.

Rin: Gracias, Señor Sesshomaru. - Le sonrió inocente pero un pequeño estornudo se escapo de ella porque su Kimono estaba empapado.

Sesshomaru: Será mejor que quites esa ropa, Rin. - Lo decía para que se cambiara de ropa pero Rin malentendió por un instante.

Rin: Si... Solo podría voltearse un poco, por favor. - Sus mejillas estaban sonrojadas de sobremanera y sus orejas coloradas.

El poder de la confianza: Sesshomaru y Rin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora