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menor: Hawks
mayor: Dabi.
Aclaro esto por las dudas__________________________________________
Música alta, humo por aquí, humo por allá. Un ambiente bastante cómodo y divertido para los adultos que se encontraban en la pequeña habitación, disfrutando de lo que ellos llamaban "polvos mágicos" y grandes cantidades de cerveza.
─ Vamos, Dabs, no puedes estar hablando en serio.─ Dijo el chico alado entre risas mientras se tiraba hacia atrás, queriendo relajar un poco la intesidad con la que se reía.
─ Claro que hablo en serio, Pajarito. No estaba en todos mis sentidos como para darme cuenta que besaba a una vieja de más de sesenta años.─ Respondió con una mueca de asco al recordar ese momento, pensando que mierda se había metido en el cuerpo como para ser tan estúpido y cometer aquel acto tan horrible a su gusto. ─ Carajo, que asqueroso.─
El rubio no hizo más que reírse con fuerza, haciendo que de sus ojos cayeran lágrimas de completa diversión.
─ Oh dios, apuesto a que la vieja disfrutó besar a un parchecitos.─ Cállate, imbécil.─ Tomó una bolsa pequeña que contenía una especie de polvo blanco y echó poca cantidad sobre la mesa que se hallaba al frente suyo para luego crear finas líneas con la tarjeta de identificación del rubio. ─ Ven.─
─ Con permiso, parches.─ Empujó ligeramente al pelinegro y se abalanzó contra la mesa, inhalando rápidamente una de las cinco líneas que había.─ Mierda.─ Cerró sus ojos y extendió su cabeza hacia atrás, sintiendo como aquel polvo recorría su organismo entero.
─ Vaya, ¿y esa desesperación? ─ Cuestionó el más alto en un tono burlón, mirando con atención los movimientos del menor. ─ Mira al héroe número dos, inhalando cocaína como si fuera el último día en el mundo.─
─ Déjame, no todos los días se da la oportunidad de drogarse junto a un sexy pirómano.─ Dijo sin darse cuenta del todo de sus palabras, sonriendo de manera ladina y llevando sus ojos entrecerrados hacia el azabache.
─ Con qué sexy, eh...
─ Vamos, ¿sólo te centras en esa maldita palabra?
─ Oye, tranquilo, chiquito.
─ Chiquito tu pene, idiota.
─ Puede ser de todo menos chiquito, Hawks.
─ Muestra para confirmar.
Sin decir otra palabra más, el pelinegro se paró y caminó en dirección al rubio, sentándose sobre sus rodillas a un lado del menor para después bajar la bragueta de su pantalón y deslizarlo junto a su ropa interior hacia abajo, liberando su miembro. Luego tomó los mechones dorados del más bajo y tiró de ellos con algo de fuerza para hacer que la cabeza contraria quedara frente a su falo.
─ ¿Ves, pajarito? Nada de chico.
─ Mierda, Dabs, ¿a dónde tan grande? ─ Miró con atención aquella extensión y de pronto sintió como el ambiente se calentaba más de lo normal.
─ Con esto hago maravillas... ─ En un susurro provocativo pronunció esas palabras, adentrándose a un nuevo ambiente que de a poco comenzaría a ser puro placer y éxtasis completo.
─ Yo también puedo hacer maravillas.
─ Déjame ver.
Con una última mirada dada por el rubio, le indicó al mayor con su cabeza que se sentara en el sofá que había en la habitación, orden que el pelinegro acató sin preámbulos. Una vez que se acomodó en el asiento, el menor gateó hasta quedar entre las piernas contrarias y sin más dilación, tomó el miembro ajeno entre sus manos e inició una especie de vaivén de arriba hacia abajo con una de ellas, detendiéndose en la punta para estimular el glande con su dedo pulgar con movimientos circulares. Acercó su rostro para luego lamer lentamente toda la extensión del falo, manteniendo su mirada en la contraria.
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Drugs | Dabihawks
Short Story"Demasiado fuera de si mismos como para pensar en futuras consecuencias." - one shot. - boy x boy. - posible escena +18 (imágen de portada editada por mi)