Corea, 1967
Fiesta tras fiesta, siempre lo mismo, un festejo hacia Taehyung por retratarlo como era costumbre. Podría decir que estaba acostumbrado a ello, sin embargo, no era de su total agrado, aunque por los halagos haría lo que fuera, incluso estar en una fiesta en la que se sentía totalmente fuera de lugar.
Con pesar, bebió los últimos rastros de licor en su copa y se acercó al pintor con gracia y elegancia, llamando la atención de todos los presentes.- Querido Taehyung, deseo retirarme en este momento, por favor.
- Puedes hacerlo, Jimin, no debes pedirme permiso. Recuerda estar en mi estudio mañana para el terminar el último retrato, tengo fe que será el mejor de todos.
El muchacho simplemente asintió y con la precaución de no llamar demasiado la atención, se marchó del recinto.
Una vez en su casa, se despojó de aquel traje incómodo que llevaba fastidiándole toda la noche, se dio una ducha y se miró al espejo. Observó sus ojos azules, sus ligeros rizos rubios, la forma delicada de su nariz y cómo era decorada por pecas, y por último observó sus labios regordetes.
Sabía que la gente que lo admiraba y halagaba lo hacía de verdad, era consciente de su propia belleza, aunque a menudo se sentía vacío. Todos notaban su perfecto rostro, la forma en la que cada traje se ajustaba a su cuerpo haciendo obvia la curvatura de su cintura, la elegancia que portaba al hablar y caminar... pero en realidad nadie lo conocía, nadie excepto Taehyung, y se sentía solo.
Largó un denso suspiro, se dio un último repaso en el espejo y finalmente abandonó el baño para dormir plácidamente lo que restaba de la noche.
Los constantes toques en su puerta hicieron que despertara, se levantó de la cama y enfiló hacia la puerta de su habitación para abrirla de golpe.
- Buenos días, joven Park. Lamento molestarlo tan temprano, el señor Kim ha venido a dejarle una carta esta mañana, mencionó que era urgente -. Dicho aquello, su mozo, el señor Kim Namjoon, le entregó la dichosa carta y se retiró.
Jimin abrió la carta, preguntándose qué podría ser tan urgente para que lo despertaran tan temprano.
Querido Jimin.
El día de hoy me gustaría presentarte a alguien importante, es por ello que te envío esta carta. En lugar de vernos en mi estudio, nos veremos para el almuerzo en aquella cafetería donde nos conocimos.
Kim Taehyung.Ciertamente le desconcertaba un poco a quién quería presentarle el señor Kim, consideraba que conocía a todas las personas cercanas a este y le causaba curiosidad conocer a alguien nuevo del círculo del pintor.
No perdió más tiempo y se arregló, como de costumbre, elegantemente y para impresionar al invitado del señor Kim; además, tenía entendido que después de ello irían al estudio de Taehyung para que por fin pudiera terminar el último retrato del rubio.
A pocos pasos de la cafetería pudo observar perfectamente el cabello negro de Taehyung, y, evidentemente, que venía acompañado de alguien más, pues pudo verlo conversando animadamente con aquella persona que Jimin aún no lograba ver.
Se acercó más hasta estar de frente a Taehyung y saludarlo con una ligera reverencia.
- Oh, joven Park, llegó. Buenos días.
- Buenos días, señor Kim.
- Por favor, toma asiento con nosotros, Jimin -. Le indicó el pintor.
Sólo hasta ese momento, Jimin se tomó el tiempo de examinar a la persona que
acompañaba al señor Kim, estuvo a punto de preguntar, pero se detuvo porque sabía que sería un tanto descortés de su parte, además de que el pintor se adelantó a ello.- Permítanme presentarlos. Jimin, este es el señor Jeon Jungkook, un viejo amigo y también es pintor. Jungkook, este es Park Jimin, mi modelo para los retratos en los que estoy trabajando.
Ambos estrecharon sus manos, observándose mutuamente y sintiendo una ligera corriente recorrer sus cuerpos. Cada uno creyó que fue producto de su imaginación y que el otro no lo había sentido, pasándolo por alto.
- Un gusto... -. Dijeron al unísono, sorprendidos.
Rápidamente apartaron la mirada, un tanto incómodos. Taehyung observó todo en silencio, y sintió el ambiente tenso después de ello, así que decidió intervenir.
- Bien, Jimin -. El mencionado se giró a verlo, dándole su total atención.- Estaba conversando con Jungkook sobre el retrato que nos falta terminar hoy, ¿qué te parece si nos acompaña hoy? Ya sabes, podría aportar algunos consejos para que la pintura sea mejor.
- Suena bien, señor Kim -. Musitó por lo bajo.
- No mentías sobre la belleza de este chico, Taehyung -. Mencionó Jungkook, atrayendo nuevamente la atención del rubio.- No puedo imaginar cuán maravillosos deben ser tus pinturas si este joven es tu modelo.
Sorpresivamente, el rubor subió por las mejillas de Jimin. Estaba acostumbrado a que lo halagaran, pero esta vez se sentía diferente. Lo sentía real.
- Agradezco mucho sus halagos, señor Jeon. Espero que no se aburra viéndome posar por horas, Taehyung no habla para nada cuando trabaja y se vuelve aburrido.
Una ligera risa brotó del señor Jeon, risa que nadie esperaba y sorprendió totalmente. Jimin lo observó más a detalle: su pelo negro cayendo descuidadamente a los lados de su rostro, sus ojos castaños que brillaban todo el tiempo, sus dientes de conejo que dejó en evidencia después de esa risa. Se notaba que definitivamente era más alto que él, y en músculo también era más grande.
Lejos de eso, tenía curiosidad del porqué se había reído y, más importante, del porqué el señor Kim quería presentárselo con tanta urgencia.
- No entiendo el chiste, señor Jeon -. Mencionó el joven Park con ligera molestia.
- Me disculpo. Me parece gracioso porque es cierto, Taehyung suele ser aburrido cuando trabaja; en cambio yo... dudo que se aburra conmigo si trabajásemos juntos, joven Park -. Seguido de eso, una pequeña sonrisa lasciva apareció en su rostro, con un tinte de superioridad.
- Disculpe, pero...
- ¿Les parece bien si almorzamos? -. Interrumpió Taehyung, sabiendo que si no intervenía, probablemente Jimin iniciaría una discusión.
El resto del almuerzo se dio sin complicación alguna, el señor Kim hizo todo lo posible por que la velada fuese de lo más tranquila. Conocía tanto a Jimin como a Jungkook a la perfección, por esa razón sabía que habría ciertas diferencias entre ellos, sin embargo aún no le diría a ninguno cuál fue la verdadera razón de que se conocieran.
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El Retrato de tus ojos (Jikook)
Ficción GeneralPark Jimin es un bailarín inseguro, aislado de la mayoría del pueblo, hasta que le presentan al pintor Jeon Jungkook, quien influencía su vida de una forma que le hace sentir libre. - Parece que siempre consigue lo que quiere, joven Park -. Lo enfre...