Exiliada, no tiene recuerdos y el corazón arde en amor a él, si a él. No importa cuánto huya, soy suya como el mío.
Le di mi corazón y él el suyo, le di mis lágrimas y el medio su sonrisa, le di muerte y el me dio vida, le di amor y él odio, le di m...
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Me despierto, estoy en el suelo, me duele la cabeza. Me dirijo al baño y me lavo la cara, salgo y agarro el teléfono que está en mi mesita de noche.
Son las 12 de la noche.
"Necesito respuestas y ya. Y él único que me las puede dar es ese demonio" Dice mi subconsciente
No sé por qué siento que lo conozco, siento que tengo que salir corriendo y al mismo tiempo tengo que quedarme.
-Eudolf- lo llamó desde la puerta.
-Eudolf- lo vuelvo a llamar.
Comienza a llover.
-Eudolf- digo y cae un rayo, saltó del susto.
Escucho que rasguñan la puerta principal .
-White- digo abriendo la puerta.
La lobita me rodea y me olfatea, yo me pongo de cuclillas y le acarició el pelaje blanco, para al frente mío y comienza a ladrar.
-Eudolf- digo volteandome.
El perro no para de ladrar.
Sus ojos ya no eran color avellana ahora eran rojos como la sangre los cuales se centraban en el animal, en en sus labios se dibujó una sonrisa sádica, una sonrisa tenebrosa.
El animal chillan de dolor, camina hacia atrás asustado.
-Eudolf, ya basta- no apartaba la mirada del animal,el cual le está costando respirar- ¡Eudolf, ya basta!- lo empujó.
Sus ojos se centraron en mi. Siento como si me empujaran contra la pared, estoy a centímetros del suelo, siento como una mano en mi garganta, que va apretando más y más dejándome poco a poco sin oxígeno, muevo los pies tratando de tocar el sue lo pero no lo logró.
-No te vuelvas a entrometer- dijo con frialdad. Ya no era lluvia ahora era una tormenta.
La mano se retiró y caí al suelo, pero impacte con un ladrillo y quede noqueada.
El infierno- El encuentro.
Nos encontramos como en una Iglesia, es negra, al rededor de ella hay solo cadáveres y árboles secos.
