Capítulo XI: Falsas amistades.
Una tarde de abril en algún lugar del mundo.
Daniella.
Amigas.
No me considero una persona con muchas amigas, principalmente porque hay veces en las que me incomodo con gente que no conozco.
Marina siempre ha sido mi mejor amiga desde que somos unas nenas, nos conocimos en jardín de niños y ella me defendía cada vez que alguien intentaba sobrepasarse conmigo.
Leila y Charlotte llegaron después, aunque jamás hemos sido muy unidas. Solo somos compañeras de colegio que aveces salen juntas —como el día de la fiesta. —pero nunca nos sentimos cómodas entre nosotras.
Creo que la amistad más rápida que he conseguido es Azazel, y— sinceramente. —él hizo todo el trabajo.
Si él no me hubiera hablado —o tal vez, solo tal vez, perseguido, aún no lo tengo claro. —mientras caminaba a mi casa yo nunca hubiera vuelto a dirigirle la palabra.
Él se convertiría en un recuerdo extraño en mi vida.
Pero no fue así, no estoy segura si hubiera preferido que eso no pasara. Hay días en los que me pongo a pensar en todas las decisiones que he tomado, y si fueron las correctas.
Como el día en el que una señora en el centro comercial me preguntó si me maltrataban porque Polaris le dijo que mis papás peleaban por quién gritaba más fuerte.
Yo salí corriendo de allí cargando a mi hermana.
No soy valiente y nunca he intentado lo contrario. Mamá dice que hay personas que se la pasan peor que nosotros y que si Jorge no estuviera con nosotras, probablemente ella no tendría con que mantenernos.
Le creo, siempre lo hago.
Somos tus padres y lo hacemos por tu bien.
—¿Le has hecho algo?
—¿A Leila? No, ni siquiera hemos hablado en los últimos días.
Marina chasquea su lengua, le da un sorbo a su botellón de agua y continua con la mirada fija en la mesa en el otro extremo del salón, donde está Leila aniquilándome con la mirada.
Mr. Spencer sigue hablando sobre el presente simple y presente continuo en inglés mientras garabatea en la pizarra.
—Has recuerdo, nena, lleva toda la mañana así. —me toma de las manos, yo frunzo el ceño. —¿No te habrás cogido a su hermano, no?
—¡No! ¡Claro que no!
—Misses Blanc and García, ¿Tienen algo que compartir con la clase?
Mi corazón late rápido. Todos nos están mirando y no me gusta esa sensación.
—Nada, teacher, solo de lo bien que le queda esos jeans.
Marina le guiña un ojo al profesor descaradamente, él se sonroja y se da la vuelta para continuar con su clase. Las risas de los demás van cesando.
—¿Mataste a su mascota?
—No, Mar, no mate a su mascota. Ni siquiera sabía que tenía una mascota.
—Bueno entonces tal vez nos lo estamos imaginando y solo tiene una especie de tic en el ojo.
—Charlotte se lo dijo.
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Cuando lo conocí ©
Genç KurguA Daniella le gusta escribir. A Azazel le gusta fumar. Daniella estudiará medicina. Azazel estudiará administración. Daniella es tímida. Azazel solo quiere besarla. ¿Qué tienen en común? Ambos tienen un pasado que olvidar y un futuro que afron...