Amelia, quédate conmigo [2]

Capítulo 1

París, Francia 🇨🇵

—Este es el apartamento —nos dijo Olivia mientras abría la puerta.

Ambas nos quedamos sorprendidas, personalmente pienso que este apartamento es mucho más moderno que el de Wisconsin.

—Creo que va ser difícil aprender a vivir aquí —le dije a Olivia, ella se rio.

—No te creas es más moderno el mío, además este apartamento me lo dio la agencia, aquí vivo solo durante este año —me dijo mientras sonreía —como solo hay una habitación les organice el estudio igual cada una tendrá su cama además tienen un baño.

—No te preocupes con tal de vivir en el mismo lugar que tu, duermo hasta en el baño —le dijo Samanta a Olivia, ella se rio bastante fuerte.

—Muchas gracias por ese cumplido Samanta —le dijo Olivia —bueno vengan les muestro su «habitación» —nosotras la seguimos —bueno aquí es —ella abrió una puerta.

—Si esto es un estudio no me quiero imaginar cómo es tu habitación —le dije.

—Es cierto, igual todo en el apartamento es muy amplio —nos dijo —bueno las dejo para que se instalen —ella salió.

—Amelia sigo pensando que cinco maletas son muchas para tres meses —me dijo riéndose.

—Puede que, si sea exagerado, pero igual no quise que se me quedara nada —le dije.

—Yo solo traje dos maletas y eso que creo que fueron muchas o ¿es qué acaso te quieres quedar a vivir aquí?

—Qué más quisiera yo, pero la verdad no, solo que todo lo que tengo aquí lo necesito.

—Amelia ¿no se te quedó algo en Wisconsin?

Asentí.

—¿Qué se te quedó?

—Mi corazón y mis ganas de vivir —solté una lágrima, ella llegó a abrazarme.

—Tranquila Mia aquí estoy contigo.

—Lo sé y te lo agradezco, eres mi mejor amiga, gracias por estar para mí cuando más dura y difícil tengo mi vida, además tú también estás dolida.

—No te niego que con David ni se porque se acabaron las cosas, pero algo si se es que siempre me tendrás a tu lado.

—Gracias Sammy, te quiero mucho —la abracé más fuerte.

—Yo también te quiero y solo porque te quiero te ayudaré con las maletas —me dijo divierta y yo sonreí.

—No es necesario, ven yo...

—Amelia, te llama Emma —me grito Olivia.

—Ve y yo organizo la ropa —me dijo, yo salí.

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