Bienvenidos al Mundo del ISO (International Security Organization)
Una joven mujer se adentra al Mundo del ISO pasando por diferentes situaciones tras conocer a dos hombres.
Hombres cuya inteligencia y preparación sobrepasaba a cualquier ser humano...
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Narrador Omnisciente (Papel Demiurgo)
Bajo el silencio de una celda oscura, con los peldaños dañados y testigos de agonizante pasajes bajo un régimen judicial único en el mundo ¿Cuál era otro secreto tan oculto que el ISO resguardaba bajo su mandato mundial y el ejemplar porte a la sociedad indefensa?
Un requerimiento oscuro y sangriento, una justicia devastadora y ruidosa, una agonía interminable y exigente del final.
Su enorme y trabajado cuerpo caminaba entre los pasillos del helado y centrado frío ártico donde se hallaba el Container Ice, una camiseta simple del ISO detuvo a los agentes a ofrecerle un abrigo o algo que pudiera tapar su desnuda piel, pero sus únicas palabras entre su humeante aliento fueron que él ya no sentía nada.
"No siento frío, calor o dolor físico, lo único que siento no sería capaz de entenderlo nadie"
No se detuvo hasta llegar a su objetivo y entrar en ella con un aura intimidante incluso para el mismísimo infierno.
Daven Choules con el mismo estado portando una camiseta y un pantalón, se levantó temblando tras varios días de agobio frío, sin embargo, al no querer mostrar su debilidad, se empoderó frente a su enemigo. Quien desde la sombra no hizo más que detallarlo con planes fijados desde hace tiempo.
Planes macabros.
— El que no soportes la temperatura solo me demuestra lo inferior que eres a mí — Habló cruzándose de brazos sin mostrar su rostro bañado de la sombra.
— Yo soy superior a ti en muchos sentidos — respondió con tranquilidad sosteniendo el borde de la silla — ¿Quién eres tú ahora, Cass? ¿Un sociópata que viene a vengar la muerte de la mujer que amó? Mátame y nada cambiará lo que viene. Mi pérdida no afecta los planes de mi padre.
— ¿Quién soy yo, Choules? Yo para ti soy el mismísimo «Diablo o algo mucho peor que eso» — salió de las sombras — Matarte nunca fue una opción, eso sería demasiado fácil y deshonrado hasta para mis descendientes — su voz nunca dejó de ser macabra al igual que su mirada oscurecida, tranquila e inquietante a la vez — A mí no me importa tu padre, no en estos momentos, porque por quien vine eres tú.
— Esa es la gran diferencia que hay entre tú y yo Cass — se sentó en la silla de la mesa relajando su cuerpo a pesar de sentir mucho frío — subestimas... Nada va a cambiar que la haya hecho mía, que haya disfrutado de su cuerpo y me haya corrido en ella dándole un hijo, al cual amó y yo también lo hice. Nada va a cambiar que ya no esté.
— Si va a cambiar... va a cambiar tu forma de ver la vida, va a cambiar el hecho de haber despertado algo infernal, porque te lo prometí Choules, te lo dije y no te importó abusar de ella, golpearla, torturarla y sacármela para siempre. Después de todo no soy el único que subestima y no hablo por mí, sino por ella también.
