Dejaron atrás el santuario y con gran velocidad avanzaron hacia el castillo de Syrah. Todos aligeraron un poco el paso de lo sorprendidos y preocupados al observar las enormes llamas y el humo negro que provenían del castillo.
-¡No! -exclamó Sam con cólera y espoleó al caballo para llegar rápidamente al reino..
El cielo se tiñó de rojo y el aire era cada vez más denso por lo que se dificultaba la respiración. Mientras, dentro del castillo, la gente huía y gritaba sin tener claro lo que debía hacer ni a qué lugar dirigirse. Los guardias estaban siendo masacrados por las sombras, acorralados a lo alto de las torres. Todos imploraban clemencia, pero al parecer, los Iskalec no conocían el significado de aquella palabra.
Cuando los miembros del santuario llegaron al puente que conectaba el camino con la puerta del castillo ubicado sobre un pequeño lago, se encontraron con una gran cantidad de cuerpos sin vida, algunos con flechas que atravesaban alguna extremidad, la cabeza o su torso, otros, con claros rastros de cortes por espadas.
-¡Malditos! -gritó Sam con rabia y desenvaino la espada.
-No Sam, iremos juntos -dijo Gessa.
-Ok, esto es lo que haremos -comentó Osvál -. Hanna, sube a esa torre de vigilancia y danos cobertura, acompáñala Dane. Sam y Gessa dediquense a encontrar al rey. Kara, ve con Chiqui a buscar heridos y a tratar de ayudarlos a recuperarse. Vito, acompáñame, buscaremos el orbe.
Todos se separaron en los dúos ya mencionados y mientras Hanna subía con el bardo, los demás montaron los caballos y se adentraban al castillo.
-¿Cómo logró NImag aliarse con los Iskalec? -preguntó Dane observando los escombros.
-Dudo que lo hayan hecho por voluntad propia -contestó Hanna preparando una flecha y observando el panorama.
-¿Los Iskalec pueden poseer cuerpos?
-Es posible, ¿Por qué la pregunta?
-Por eso -el bardo señaló cuerpos sin vida que comenzaban a levantarse, algunos, eran los que los recibieron a la entrada del reino. El aspecto de estos era aterrador, tenían los ojos completamente negros, su piel era extremadamente pálida y ceniza, la cual daba la a apariencia de colgarse de la estructura original de cuando se encontraban vivos.
-¡Carajo! -exclamó la chica -Hay que intentar cortarles el cuello o atravesar su cabeza.
El bardo pasó saliva y preguntó -¿No me ayudarás? -Mirando con miedo el escenario que se le presentaba.
-Estoy viendo que Sam tiene problemas -Hanna tensó el arco, apuntó al cielo y soltó la flecha.
Los cadáveres comenzaban a subir las escaleras de la torre donde se encontraban y Dane desenvainó la espada.
-Recuerda cubrirte antes de atacar -le recordó la chica mientras entrecerró un ojo y lanzó otra flecha.
-Gracias -contestó arrastrando las palabras.
Los cadáveres por fin llegaron a la cima de la torre y el bardo se abalanzó sobre el primero lanzando golpes hacia la cabeza. Mientras Dane peleaba con cuerpos poseídos, Hanna lanzó otra ayuda a la posición de su hermana.
Sam atravesó el abdomen de un bélico de Nimag mientras Gessa se cubría con su lanza. Sam le ayudó a protegerse la espalda y matar a otro guardia y su furia se acrecentó.
-¡Malditos sureños! No podían resistirse a atacar este gran reino.
-Concéntrate Sam, ¿Dónde estará el rey? -preguntó Gessa.
-Debe estar en la sala del trono o en el escondite a la que ésta te dirige..
La pareja avanzó enfrentándose a los soldados de Nimag, de momento no había señales de los Iskalec. Gessa lanzó su arma atravesando a un guerrero y su pareja no se quedó atrás, con gran habilidad desarmó a un guardia y le cortó la garganta a uno diferente. Cuando se estaba bufando del cadáver uno aprovechó su distracción para atacarlo por la espalda.
-¡Sam cuidado! -exclamó Gessa, pero antes de que él reaccionara una flecha se clavó en el ojo del guardia nimagdiano. Las fuerzas del reino del norte estaban intentando entrar a la sala del trono. De pronto la voz de un hombre resonó desde el interior de la sala.
-¡HOMBRES DE SYRAH! ¡JURARON DAR SU VIDA POR LA DE ESTE REINO! ¡SI ESTE ES EL FIN, QUE SEA UNO LLENO DE GLORIA Y VALENTÍA!
-¡El rey Cavill! -exclamó Sam.
Las puertas de la sala del trono se abrieron y el sonido de un cuerno ensordeció el ambiente. Guerreros valientes salieron acompañados por su rey. Actuaban como una fuerza implacable y los soldados de Nimag comenzaban a retroceder, la pareja se unió al rey y sus tropas y juntos repelieron a las fuerzas enemigas
-¡Saquemos a esta escoria de mi reino! ¡A los jardines! -ordenó el rey y todos marcharon con firmeza hacia el lugar nombrado.
-¡Chiqui! ¡Aquí hay otro! -llamó Kara mientras examinaba a un guardia herido.
-¡Ya voy! -contestó Dara mientras daba de beber una sustancia azul a un guardia.
-Muchas gracias mi señora -dijo el guardia entre quejidos.
-¿Cómo te llamas? -preguntó Dara.
-Guille, mi señora.
-Tus heridas no eran tan graves, bebe esto y podrás volver a la batalla.
-No señora, por favor. No quiero convertirme en un títere como mis hermanos caídos.
-¿De qué hablas? -preguntó Dara confundida.
-La dama los controla, nadie puede acercarse a ella.
-¡Iskalec! -exclamó Kara descolgándose sus hachas.
Las sombras entraron por la boca de los cadáveres y heridos, creando una escena desagradable de ver; los cuerpos se convulsionaban y se comenzaron a levantar.
Kara peleaba con varios sin problema mientras Dara sacaba la daga de su funda.
Osvál y Vito habían llegado a los jardines donde se concentraba la última tropa para defender al castillo. Los guardias de Syrah estaban al borde de la derrota y los muchachos lo sabían.
-No lo lograran, son demasiados -dijo Vito.
-No veo el orbe -comentó Osvál, quien buscaba en el campo de batalla.
-Chicos, que alegría me da verlos -dijo una voz en el aire, de pronto un joven de complexión delgada, gran estatura, piel pálida y cabello castaño claro apareció frente a ellos.
-¡Alec! -saludó Vito.
-¡Que gusto verte! -dijo Osvál -, ¿Sabes dónde está el orbe?
-Lo tiene una tal dama, lidera todo el ejército de Nimag, también a los Iskalec -contestó Alec.
-¿Dónde está? -preguntó Osvál.
-Se encuentra por la muralla norte -señalando hacia esa dirección.
-Es verdad -dijo Vito -, pero Osvál, ella es...
Osvál se quedó completamente pálido y solo pudo pronunciar una sola palabra.
-Mamá...
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El Bardo
FantasyDane es un bardo que siempre busca inspiración para sus canciones, va de pueblo en pueblo junto a su fiel caballo, Topacio. Tras una serie de sucesos es rescatado por una chica bastante peculiar. Ella lo llevará a un mundo desconocido para cualquier...