I like your boyfriend [Jaesahi]

2: La triste historia Asahi

Siquiera sabía que día era, pero no tenía contemplado despertar y ver una cama a un lado de la suya. Frunció el ceño y entrecerró bien los ojos observando fijamente el mueble que, sin saber cómo, había aparecido en su habitación.

Confundido se restregó los ojos, abriendo su boca soltando una pequeña exclamación que mostraba lo extrañado que se hallaba mirando la cama que ahora reconocía como la de su hermana.

Fueron minutos en los que se mantuvo en silencio con la atención en la misma dirección, así hasta que la puerta se abrió y Jiwoo entró con una maleta a su lado. Ambos se miraron; Jiwoo sonreía y Asahi la cuestionaba con sus cejas alzadas.

La muchacha con flequillo soltó la maleta y carraspeó después de cerrar la puerta.

—Estoy mudándome contigo—dijo moviendo sus manos en un movimiento de jazz—. Ahora somos compañeros de habitación, ¿qué te parece, amiga?

Asahi miró la maleta, luego la cama de su hermana, pensando de verdad cómo demonios la trajo sin que él se diera cuenta de ello.

—¿Qué pasó con Sojung? —preguntó el castaño sentándose sobre la cama, rascándose la nuca y notando que habían más cosas de Jiwoo en su habitación.

—Digamos que ella quiere su espacio como mujer adulta, así que me mude aquí durante la madrugada—explicó volviendo a agarrar su maleta y caminar al clóset de Asahi, lo abrió para sacar la ropa que había dentro, haciendo espacio para la suya.

El desorden repentino provocó que Asahi se levantara de golpe y se dirigiera hacia ella con molestia.

—No, no, no. ¿Qué estás haciendo? —detuvo Asahi recogiendo parte de sus playeras en el suelo—. Puedes quedarte aquí si quieres, ya da igual, tu cama ya está aquí y no quiero preguntar cómo fue que la trajiste.

—Yo no la traje, fue Sojung—contó abriendo la maleta cuando la dejó recostada en el piso, comenzó a guardar la ropa dentro el clóset—. Se emocionó cuando le dije que iba a mudarme contigo, así que ella misma movió sus piernas de mosquito para traer mi cama hasta aquí.

—Me sorprende—murmuró bostezando, negó cansado—. Bien, supongo que ahora te quedarás conmigo hasta que vuelvas a tu habitación.

Jiwoo hizo un sonidito de negación.

—Dudo que me deje volver, puede que le haya dicho que tú eras mi hermano favorito—murmuró mientras seguía guardando ropa—. Aunque tampoco miento en ello, hay conexión entre nosotros, estuvimos en el vientre al mismo tiempo.

—Quizás por eso no me molesta tanto que repentinamente estés mudándote conmigo—dijo Asahi—. Espero tu estadía aquí sea agradable.

Jiwoo asintió.

—Lo será—aseguró viendo hacia arriba—. Sojung se duerme tan temprano, tú y yo somos madrugadores, cenamos a las tres de la mañana.

—Deberíamos cambiar ese mal hábito. —Asahi dejó la ropa que anteriormente su hermana había tirado al suelo, dentro del clóset.

—Sabes que no pasará, ya puse mi computadora a un lado de la tuya. —Jiwoo hizo un baile de cejas.

—Suena tentador—masculló Asahi, chasqueó sus dedos—. Bien, podemos jugar hoy.

Jiwoo rio mientras seguía guardando sus cosas, así hasta que el sentimiento chismoso en su pecho apareció. Se mordió el labio para ver ligeramente hacia atrás; Asahi se hallaba arreglando su cama con tranquilidad.

Silbó en modo de disimulo.

—Y... —comenzó agarrando una falda para limpiarle el polvo inexistente que tenía, abultó sus labios, intentando verse desinteresada—. ¿Cómo van las cosas con MinJoon?