CAPÍTULO 10

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CAPÍTULO 10: 

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CAPÍTULO 10: 

"NO PUEDO..."


Dicho y hecho. A las 7 p.m. Mark ya estaba en la puerta de entrada esperando a Gun, quien no tardó en aparecer frente a él.
-Eres muy puntual-. Dijo Gun.
-Te lo dije. No quiero desperdiciar ningún segundo contigo-.
Gun recordó las palabras dichas por Mark esa tarde y le respondió con seriedad.
-Ya no digas esas cosas. Soy el novio de tu hermano y quiero que respetes eso-.
"Maldito idiota, mi hermano ni siquiera está respetando tus sentimientos" dijo Mark para sus adentros luego de aquella pequeña llamada de atención por parte de Gun.
Realmente se había sentido mal por aquella inocencia y respeto que demostraba el chico mayor hacia su novio, quien le estaba jugando de manera deshonesta.
-No le estoy faltando el respeto a nadie. Además, ya nos besamos una vez-.
-Shhh, no lo digas aquí. Muchas personas conocen a P'Mix. Mejor vamos-.
-¿Por qué te pones tan nervioso? ¿Será que yo te pongo así?-.
Dijo Mark acercando su rostro al del chico mayor. Estaba tan cerca que comenzó sentir su aliento en su rostro. Podía escuchar su respiración un poco acelerada. Pero la sorpresa se la llevó él mismo cuando se dio cuenta que el nerviosismo lo estaba poseyendo poco a poco, y sus ojos no podían dejar de ver los labios del mayor, entregándole el deseo de volver a sentirlos en su boca nuevamente.
Inmediatamente alejó su rostro del mayor.
-Tienes razón, mejor vamos-.
Se dirigieron a la misma cafetería donde se reunieron la primera vez. Escogieron un lugar lejano y discreto para que pudieran conversar más a gusto.
La mesera llegó al lugar con su cuaderno de notas.
-Bienvenidos, ¿puedo tomar su orden?-.
Gun estaba a punto de hablar, pero inmediatamente fue interrumpido por Mark.
-Sí, para él un jugo de naranja, sin azúcar y una pizca de sal. Y un pastel de frutillas. Y para mí un cappuccino con un pastel de frutillas también-.
La información dada a la trabajadora, sorprendió al chico mayor, ya que no contaba conque Mark recordaría sus gustos.
Después de todo, sólo salieron una vez.
-Muy bien. Enseguida vuelvo con la orden-.
La mesera dio media vuelta y se marchó.
-¿Cómo sabías que pediría eso?-. Preguntó Gun.
-Fue lo que pediste la vez pasada, así que supuse que pedirías lo mismo-.
-¿Cómo es que aún tienes presente ese detalle?-.
-Porque en mi cabeza guardo muy bien las cosas importantes-. Le respondió Mark con una sonrisa coqueta.
-Gracias-. Habló Gun con su rostro serio y mirada penetrante.
-¿Por qué?-.
-Por recordarlo. Normalmente, P'Mix no tiene esos detalles conmigo. Siempre olvida lo que me gusta o no-.
-Sí, claro. Puedo entenderlo. Aunque no te sientas mal por ello, mi hermano se destaca por ser una persona un poco distraída y olvidadiza. Digamos que no es su especialidad retener información. Hay veces que se olvida hasta la fecha de mi cumpleaños-.
-¿Es así?-.
-Sí, así que no te preocupes por esos detalles-.
Gun dio un suspiro de alivio.
-Vaya, creí que tal vez sería así sólo conmigo. Pensé que no era importante para él-.
Mark cambió su rostro a uno más serio. Lo miró fijamente a los ojos y habló.
-A él le importas mucho. Tanto así que le preocupa mucho que sufras. Ten eso siempre presente-.
-¿Cómo puedes saber eso?-.
Al parecer, Mark no se dio cuenta que estaba hablando cosas que tal vez no debía, y que estaba sintiendo algo diferente de lo tenía en mente.
-Bueno, es mi hermano, y lo conozco bien. Ha sido así conmigo, con amigos y las personas a su alrededor. Cuando le importa realmente alguien, intenta protegerlo lo mejor que sea posible-. Respondió Mark.
-Ya veo. Y hablando de preocupaciones, ¿cómo están tus heridas?-.
-Bien, ya no me duele nada-.
Gun había recordado los golpes que recibió Mark gracias a los pequeños moretones que se dejaba ver en la comisura de sus labios. Pero también recordó que ese día se besaron de forma muy apasionada.
Ambos se quedaron en silencio mientras comían de su pedido.
-Oh, por cierto. Casi lo olvido-, Gun sacó su billetera del bolsillo para tomarlos 10.000 baht que debía, -aquí tienes tu primer pago. Como acordamos-.
-Te dije que ya no era necesario-.
Gun, sin escuchar las palabras de Mark, dejó el dinero sobre la mesa.
-Lo tomas o lo dejas, porque yo no lo guardaré. Si se queda aquí y alguien lo lleva, perderás tú, ya que es tu dinero-.
Rendido ante las palabras del chico mayor, Mark acepta el dinero y lo guarda.
-Bien, ya está. ¿Satisfecho?-.
-Sí, ahora sí. Me haces sentir mucho mejor-.
Ambos rieron y compartieron una hora más, hasta que decidieron irse del lugar.
Se subieron al automóvil y Mark lo puso en marcha para ir a dejar a Gun a su departamento.
-Oye, aún es temprano. Y sólo tengo un vaso de jugo y un trozo de pastel en el estómago, ¿Qué tal si vamos a comer algo?-.Dijo Gun.
-Vaya, no creí que tuvieras un gran apetito, pero acepto. A decir verdad, también quedé con ganas de comer algún plato de...-.
-¡Pad Thai!-. Dijo Gun inmediatamente.
-Sí, suena bien-.
-Pues vamos-.
Mark buscó un pequeño estacionamiento al lado de un pequeño restaurante de lujo donde podían encontrar aquel plato. Se sentaron a pedir su comida.
La medianoche llegó muy rápido y ambos chicos ya debían retirarse.
-¿Tienes clases mañana?-. Preguntó Mark.
-Sí, claro. A las nueve comienza mi primera clase. Luego debo ir a trabajar-.
-¡Vaya! ¿Y dónde trabajas?-.
-En una heladería cerca de mi facultad junto con mi mejor amigo-.
-Oh, ya veo. Pero, ¿por qué trabajas? No veo que tengas problemas de dinero-.
-Pues ya estoy en mi ultimo año de universidad y necesito juntar mi propio dinero para costearme los gastos de graduación. Además, a mí me gusta trabajar y ganar mi propio dinero. ¿Y tú no trabajas?-.
Mark miró con risa a Gun y respondió:
-No. La verdad es que prefiero mantener mi atención completamente en mis estudios. Soy muy bueno en eso-.
-Pero tú sales casi todas las noches, ¿cómo lidias con eso?-.
-No, sólo salgo todos los fines de semana-.
-¿Ah, sí? Ahora es lunes a medianoche y estás conmigo-. Respondió Gun soltando una risa.
-Es que tú eres una excepción-.
Mark miró fijamente a Gun como si se estuviera perdiendo en aquellos ojos de color oscuro, pero fue interrumpido cuando el mayor esquivó la mirada y habló.
-Será mejor que nos vayamos. Ya es tarde-.
-De acuerdo. Pagaré la comida y nos vamos-.
Llamaron a la encargada del lugar para pagar la cuenta, luego se levantaron de la mesa y se fueron.
De camino hacia el condominio de Gun, ninguno de los chicos abrió la boca. Sólo se podían escuchar algunos pequeños suspiros por parte de ambos.
-Bien, ya llegamos-.
Gun se bajó del automóvil apresuradamente y Mark se bajó también para acompañarlo hacia la puerta.
-No es necesario que te bajes. Puedes irte-. Dijo Gun.
-Me sentiría mejor si te dejo en la puerta. Tendría la seguridad de que llegaste bien-.
Algún impulso hizo que Gun retrocediera unos pasos con dirección hacia la carretera. De pronto un sonido de una bocina comenzó a sonar.
-¡Cuidado!-. Gritó Mark, tirando hacia su cuerpo a Gun evitando que fuese atropellado.
-¡Ay!-. Gun exclamó por un dolor fuerte que sintió en su pierna por la caída.
Mark se levantó inmediatamente para revisar que el otro chico no haya sufrido alguna lesión grave.
-¿Estás bien? ¿No te hiciste daño?-.
-Creo que tengo un rasguño en la rodilla-.
En efecto, al ver el pantalón, tenía una rotura exponiendo una herida que sangraba.
-Déjame llevarte a tu habitación-. Dijo Mark ayudando a Gun a levantarse.
-No te preocupes, estoy bien. Puedo irme solo-.
-Olvídalo, no voy a exponerme a que mi hermano me mate por no haber cuidado bien a su novio-.
Sin resistirse, Gun dejó que Mark lo ayudara a llegar a su habitación. Despacio por la escalera de entrada hasta llegar al ascensor llegaron sin problemas. Gun de vez en cuando se quejaba por el dolor en la zona afectada y Mark intentaba no apresurarlo demasiado para que no le doliera tanto.
-Al fin llegamos-. Dijo Mark.
Gun abrió la puerta y ambos entraron.
-Apresúrate, dime dónde está el botiquín para limpiarte y colocarte un vendaje-.
-Está en el baño, la 2da puerta a la izquierda-.
Mark siguió las indicaciones y fue a buscar el botiquín con los utensilios de primeros auxilios.
Al regresar, Gun ya estaba sentado en la cama, con unos pantalones cortos del pijama y mirándose la herida y quejándose por el dolor.
-No vayas a tocarla. Se puede infectar-. Regañó Mark.
Mark tomó un poco de toallas húmedas y comenzó a limpiar la zona, luego procedió a desinfectar con un poco de alcohol.
-¡Auch! ¡Arde!-. Se quejó Gun.
-Lo sé, sólo aguanta-.
Al terminar, tomó un poco de banda esterilizada y la colocó sobre la herida.
-Ya está listo-.
-Gracias-.
-No me lo agradezcas. Tú también hiciste lo mismo por mí el viernes pasado-.
-Es cierto. Creo que es el destino-.
-Sí, destino quiso que estuviéramos los dos aquí ahora mismo-.
Mark lo miró fijamente a los ojos y Gun no pudo escapar de aquellos ojos negros que lo hipnotizaba. Era como si le hubiera lanzado un hechizo que impedía que se moviera.
Los deseos de volver a probar esos labios se apoderaron del chico mayor, quien inmediatamente se lanzó hacia Mark y le dio un tierno beso.
Mark se sorprendió, pero poco a poco comenzó a dejarse llevar, acostando suavemente a Gun quedando encima de él.
Lentamente comenzaron a escucharse pequeños gemidos que aumentaban gracias a las caricias de Mark que le daba a Gun por debajo de la ropa.
-No puedo... Realmente no puedo, quiero...-. Dijo Gun.
-Dime que lo quieres... Dime que quieres que te haga el amor-. Respondió Mark.
-No... No puedo, no puedo seguir con esto-.
Gun apartó a Mark terminando con toda acción.
-Mark, no puedo hacerlo... Realmente no puedo-. Dijo Gun inmediatamente después de que volvieron a hacer contacto visual.
-Lo siento, no quise apresurarte. Será mejor que me vaya, ya es tarde y mañana tengo clases-.
-Sí, será mejor que sea así. Nos vemos el próximo mes, cuando te de el dinero-.
-Bien, ya me voy. Adiós-.
-Adiós-.
Mark se retiró de la habitación y se quedó un momento en la puerta pensando.
"Mierda. Maldita sea mi suerte, estuve a punto de hacerte mío"
Cuando escuchó la puerta cerrarse, Gun se recostó en la cama y dejó caer una gota de lágrima que se escapó de sus ojos.
Muchos pensamientos rondaron por su cabeza. Estaba muy confundido con lo que estaba pasando y no sabía qué era lo que tenía que hacer.
"No sé si pueda seguir con esto. Las fuerzas se me están acabando y lo que me está pasando ya se está haciendo más fuerte que yo. Tal vez será mejor que pare por un momento. Pero si lo hago, estaría siendo sumamente débil como todos me han mirado.
¿Qué mierda tengo que hacer?"
Muchos pensamientos invadieron su mente, hasta que finalmente se quedó dormido. Pero había llegado a una conclusión.
No podía dejar que nadie lo lastimara y eso sólo dependía de él que no suceda.
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