Mi madre se levanta acariciando mi mejilla y entra en casa dejando las tijeras de podar en uno de los escalones. Miro a mi padre entrecerrando los ojos y me levanto cuando siento sobre la piel pálida de mi cara la primera gota de agua. Corro hacia mi mochila cogiéndola con una mano de uno de los arneses y entro en casa junto con mi padre.
Subo directamente a mi habitación, pasando los escalones de dos en dos, con el flequillo tapándome gran parte de los ojos por encima de las gafas. Cierro despacio la puerta y tiro la mochila de nuevo, esta vez contra la cama. Me quito las deportivas y me siento en la cama con la espalda apoyada contra la fría pared azul y las piernas extendidas, cojo el libro de la mesita de noche y lo abro por la página que tiene la esquinita doblada. Tardo apenas unos minutos en sumergirme en la lectura, mis ojos recorren cada palabra de cada frase de cada página. No soy consciente de que el tiempo pasa mientras leo, llaman a la puerta y aparto por primera vez la vista del libro para posarla en la puerta de mi habitación.
-Adelante- Digo con la voz ronca y me aclaro la garganta.
La puerta se abre y mi hermano asoma la cabeza por ella. Sonrío y me quito las gafas pellizcándome a la vez el puente de la nariz.
-Hola Louis.
-Hola Dani.- Responde sonriendo y entra en la habitación.
Se sienta en el borde de la cama, tiene los ojos un poco rojos y el pelo castaño alborotado, seguramente había estado durmiendo. Alarga un brazo y me mete un mechón de pelo detrás de la oreja, le miro y él me devuelve la mirada ladeando la cabeza.
-Tenemos que ir a cenar...-Murmura y se rasca la nuca levantándose de la cama.
Asiento sin decir nada, miro el reloj que marca las ocho y media de la noche, he pasado mucho tiempo leyendo y hasta que mi hermano no pronuncia el verbo: "cenar" no me doy cuenta de que tengo hambre y las tripes me rugen en el estómago. Tuerzo los labios y bajo al piso inferior detrás de mi hermano. Huele a pollo y a patatas fritas. Cierro los ojos olfateando y me paso la lengua por los labios. Entro a la cocina junto a Louis y miro a mi madre, me devuelve la mirada y sonrío de manera tierna, mi padre sirve el pollo y las patas en los cinco platos. Siento algo presionarme la pierna derecha asique bajo la mirada y miro a mi hermana pequeña sonriendo.
-Meggie...suelta la pierna de tu hermana-dice mi madre sonriendo de lado.
Meggie ríe y se suelta para correr a sentarse a su sitio. La mesa es rectangular, de cristal y metal; el metal es de color negro, prácticamente recién pintado, y el cristal es muy grueso, refleja la superficie del techo blanco de la cocina.
Meggie se sienta en la cabecera, presidiendo la mesa, Louis y yo nos sentamos el uno al lado del otro en uno de los laterales de la mesa, y mis padres en el otro lateral. Miro mi plato, está bien cargado de comida, el de Louis menos, no le gusta comer. Cojo el tenedor y pincho patatas. Solo se escucha el silencio, y el sonido de los cubiertos de metal chocar contra la porcelana blanca de los platos. Mis padres intercambias miradas furtivas, queriéndose decir algo que delante de mis hermanos y yo no pueden.