Bésame...

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Jimin estaba en el asiento de copiloto, al lado de Jin. Detrás, Jungkook miraba por la ventana trasera como si fuera un completo extraño para los de delante. Jin intentaba hacer algún chiste malo para apaciguar el ambiente, pero Jimin no tenía ni ganas, ni fuerzas para escucharlos, así que le paró con un leve toquecito en el muslo. El rubio se sentía confundido, el dolor de cabeza tampoco ayudaba. Solo quería llegar y acostarse hasta el día siguiente. Hace unas horas no estaba en sus planes actuar, pero ahora tenía que mentalizarse.

Al llegar a los dormitorios comunes Tae recibió a Jimin con un fuerte abrazo, pero este le apartó.

-Tae, estoy muy cansado. Me voy a dormir.

Tae se quedó con los brazos abiertos mirando como su amigo pasaba de largo. Jungkook también bajó del coche. La mirada del mediano ardía en furia hacia el maknae. Este lo notó, así que bajó aún más su rostro y siguió de largo. Jin cogió los hombros por detrás de Tae para intentar tranquilizarlo.

-Tae... Te dije que esperaras dentro.

Tae se giró hacia su hyung, tenía los ojos vidriosos.

-No me gusta verlo así.

Jin no pudo resistirse y lo abrazó. Odiaba que sus pequeños hermanos lo pasaran mal. Él había peleado muchas veces con ellos, pero no era lo mismo. Sabía que horas más tarde lo arreglarían. El problema venía cuando no estaba en su mano resolverlo. RM y él hacían lo que podían para que todos convivieran en armonía, pero nunca contaron con una pareja amorosa entre ellos. Tae levantó la mirada hacia Jin, se quedaron paralizados por un instante ¿qué les pasaba últimamente?

-Hyung... ¿Puedo dormir contigo hoy? Suga, Hobi y RM no están esta noche.

Jin tragó saliva. Estaba nervioso por ese inocente comentario, así que simplemente asintió.

___

Jimin estaba tumbado dándole la espalda a la puerta. No sabía que esa noche tenía que dormir solo. Hobi se había ido con la rap line fuera de Seúl y dormirían en un hotel. Cogió la sábana, tapándose entero y acurrucándose en posición fetal. En un momento como aquel echaba de menos el calor de Jungkook. Aún no hacía mucho frío, pero ya se empezaba a notar la diferencia con respecto a semanas pasadas. El rubio comenzó a recordar los brazos del maknae rodeándole. Ya habían pasado unas horas desde que eso ocurrió de verdad, pero la sensación seguía ahí, como si fuera un momento fantasma. Fueron tantas las noches en las que habían compartido colchón, que aún se le hacía extraño no seguir haciéndolo. Sin embargo, era cuestión de acostumbrarse.

Jimin atrapó un cojín, abrazándolo como si fuera JK, el que hasta hace unos días había sido su dulce amante. Se preguntaba si había hecho bien en dejarle. Nada de aquello hubiera pasado. Sin embargo, puede que el destino hubiera sido mucho peor. Muy en su interior prefería estar pasando por todo ese dolor a que lo sufriera su pequeño maknae. Aunque le hubiera tratado de esa manera seguía amándole. Dudaba que eso desapareciera. Añoraba su tacto, su ardiente cuerpo, su mano curiosa bajo sus pantalones. Todo eso que se esfumó después de sus palabras. El rubio estaba tan absorto en sus pensamientos que no notó que alguien abrió la puerta y se acercó a su cama. El colchón se movió dando paso a un Jungkook ansioso de Jimin. Lo abrazó por detrás, como siempre.

-¿Puedo dormir contigo? -susurró el chico. Las lágrimas silenciosas del mayor salieron de sus ojos-. Como amigos... -siguió hablando el joven de forma entrecortada.

Jimin asintió como pudo. Cogió los brazos del moreno y se entrelazó entre ellos, cerrando los ojos. Al otro lado del colchón, Jungkook acercó su nariz al pelo rubio de Jimin. Adoraba el olor de sus cabellos y su champú de vainilla. Ambos podían sentir los latidos del otro. Jungkook con sus manos, las cuales tocaban el pecho de Jimin. Y el rubio con su espalda pegada al pecho del menor. Así pasaron unos minutos, hasta que Jimin se atrevió a hablar.

Expediente Manila (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora