Albine Snake [NorEmma AU]

Capítulo Veintitrés

     —¿Qué estás diciendo?...

     —¡Eso! ¡Quiero ser tu novio! —la chica abrió abruptamente sus ojos. —¡Quiero ser tuyo desde hace mucho tiempo porque estoy muy enamorado de ti! Y quiero que tengamos nuestra granja cuando nos casemos...

     —Norman, yo... ¿Estás hablando en serio?

     —¡Por supuesto que sí! Léa me ayudaba para decirte todo esto, porque ella sabe que soy patético cuando se trata de mis sentimientos... —tomó sus manos, acariciándolas con una peligrosa suavidad. —¡Le pedí ayuda cuando nos conocimos bien! Ella aceptó, y no sabes cuán feliz me hizo, porque al fin estaríamos juntos... O eso creo.

     —Yo también solo te amo a ti... —había una gran mezcla de sentimientos en su estómago, tantos gritos en su garganta y muchas cosas que decir en sus labios. Estaba impactada, había sido sincera por primera vez. —Y también estoy perdidamente enamorada de ti...

     —¡Entonces acepta! —sonrió ampliamente con un brillo que Emma jamás había visto. —¡P-puedo ser el mejor novio del mundo solo por ti!

     Claro que deseaba aceptar, quería aceptar como loca. En su corazón no había espacio para alguien más que Norman. Había caído en eso que su padre siempre la había advertido, eso que según Yuugo era tan peligroso para ella. Pero qué le iba a hacer, ella no podía controlar cosas tan potente como lo era el amor.

     Suspiró y tapó su rostro.

     —Es que... Y-yo nunca tuve pareja, Norman, esto es totalmente nuevo para mí. No quiero hacer algo tonto y arruinarlo...

     En cambio, escuchó la risa ligera de él.

     —¡Para nada! Si haces algo tonto, yo también lo haré, ¡porque estamos enamorados y seremos una pareja! —Emma lo miró a los ojos, sintiendo como sus mejillas se calentaban ante el "somos" —Nunca tuve algo serio, y de verdad me encantaría que fueses tú la primera persona a la que yo pudiera llamar con orgullo "mi novia".

     —Sí, a mí también... —rio ella levemente.

     —Prometo ser el mejor novio, para que veas que esto no fue una equivocación, para que veas que jamás fuiste un especie de juego para mí. Emma, estoy loco por ti... —y tomando la manos de la pelirroja, las llevó hasta su rostro y las dejó ahí. Cuánto amaba lo cálidas que eran las palmas de Emma.

     —Me encantaría poder estar a tu lado, tanto como se pueda. Sin tener esos estúpidos problemas, sin tener esas tontas peleas...

     —¿Eso es un sí? —y las manos de Emma, que acariciaban sus mejillas, las tomó entre las suyas y las entrelazaron.

     —Claro que sí...

     Se sentía como un peso menos, algo que estaba roto desde hace tiempo se arreglaba. Y era satisfactorio.