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Capítulo 8:

Prim corrió como nunca lo había hecho antes, con tal rapidez, agilidad y sigilo como un ardilla del bosque, como una gacela de la Savanna. Ella estaba sorprendida de su dotada habilidad para correr normalmente no era así, normalmente corría como un pequeño patito decía su madre. Debía haberlo heredado de su madre porque su padre podría estar dotado de una gran fuerza o podía manejar espadas y cuchillos con gran habilidad pero lo suyo no era ser rápido y sigiloso.

Después de estar corriendo durante varias horas paró en un pequeño claro donde había árbols grandes y huecos y también un estanque de agua cristalina. El cielo empezó a oscurecer pero no porque el anochecer se acercara si no porque había nubes que taponaban el cielo que hacía más o menos cuatro horas era azul y con un gran sol brillante. Humedeció sus pequeñas manos en el agua del pequeño estanque y se las pasó por la cara para refrescarse. Cuando vio ese estanque de agua cristalina y refrescante se le pasó por su cabeza quitarse la ropa y lanzarse de cabeza pero luego recordó que estaba en la televisión nacional y al final se mojó la cara las manos se quitó las botas y metió sus entumecidos y agotados pies para relajarlos pero entonces empezó a llover. Se pusó las botas y decidió coger un poco de agua para beber, cogió la cantimplora que había en la mochila azul y cuando iba a coger agua lo olió esa agua no era potable tenía demasiado mal olor paraser bevible, si la bebía moriría en el acto. Así que descartó la idea de coger agua del estanque y se decidió por escalar el árbol más grande de todos mientras escalaba empezó a llover con más fuerza. Y después de que casi cayera una gran cantidad de veces se decidió por descansar en una gran y robusta rama que la cual además tenía un pequeño hueco en el cual se metió.

Dejó a cantimplora fuera tal vez con un poco de suerte se llenaría con suficiente agua para poder beber un par de tragos. Y abrió la mochila y observó lo que había en el interior. Había: una pequeña manta y un poco de comida y un cuchillo no muy grande pero así se podría defender y ya está. Después de comer un poco decidió comprovar si había la suficiente agua para tomar un trago y al coger la botella lo oyó un cañonazo, hacía bastante horas que no oía ninguno. Justamente desde que huyó de la Cornucopia, des de el baño de sangre. En total habían sonado ocho cañonazos, uno por cada víctima. Y entonces los vió. Allí estaban Elijah y la joven de ojos ámbar la cual evitó que aquella niña la matará sin tener ningún uno frente al otro. Prim se metió enseguida dentro del hueco del árbol para evitar ser vista y contuvo la respiración durante varios minutos y evitó soltar un grito de miedo que se escucharía en el Distrito 13. En todo el bosque no se oía ni un solo ruido parecía que el viento, la lluvia, los animales, todo había decidido guardar silencia para escuchar lo que decían esos dos.

Con Elijah y la chica de ojos ámbar (Que ahora sabremos su nombre):

Elijah sonrió de manera arrogante y dijo:

- Vaya, vaya... No deberías estar sola por aquí... Podría pasarte una desgracia...

La joven sonrió con la misma arrogancia que el hijo de Enobaria y dijo divertida:

- Vaya que caballeroso gracias por preocuparte por mí pero se cuidarme solita... El que debería ir con cuidado eres tú cariño... Porque yo he venido a ganar...

Elisah levantó su espada y dijo:

- Si puedes tener muchísimas ganas de ganar pero yo lo llevo en la sangre y no es en la primera Arena que estoy...

La joven le dio una mirada interrogante y dijo con curiosidad:

- ¿A que te refieres?

Elijah explicó sin dejar de dar pasos pequeños, lentos y amenazantes:

✔ᴠᴜᴇʟᴛᴀ ᴀ ʟᴀ ᴀʀᴇɴᴀ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora