Oficina

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Alemania, se muerde el labio inferior, a la vez que admira el voluptuoso y bien trabajado trasero de su secretaria. La mujer finge no darse cuenta de la mirada indiscreta de su jefe.

A la secretaria del alemán antes de salir de la oficina de su jefe se le calleron unos papeles, y gracias a su diminuta falda tuvo que agacharse para poder recoger los papeles, algunos papeles estaban fuera de su alcance tenía que estirar sus brazos para alcanzar esas hojas de papel, sin querer -o tal vez si fue intencional-, levanta un poco su trasero.

Deleitando a su jefe con la vista de su culo.

La fémina termina de juntar los papeles, se levanta, y sale de la oficina de su jefe como si nada hubiera pasado.

El alemán se recordó mentalmente invitar a cenar a su secretaria, después de su junta con los mexicanos. Primero llevará a la mujer a cenar en un lugar elegante, después por unos tragos, y para cerrar con broche de oro la velada, a su cama.

Lo que no sabe el germano es que el destino tiene otros planes para el, y va a terminar entre los brazos de alguien más.

Escucha que tocan la puerta.

-adelante.

Abren la puerta, ve que es la mujer que casi lo pone duro.

-ya llegaron los mexicanos herr.

Apenas acabo de decir esas palabras la mujer cerró la puerta.

El europeo se levantó de su escritorio, toma el saco que está en el respaldo de su silla, se pone el sacó, se lo abrocha, sale de su oficina listo para la junta.

En la recepción de la empresa del alemán, va entrando un trío de mexicanos con trajes sin una sola arruga. Junto al trío de hombres esta la morenasa lleva puesto un vestido rojo que tiene manga larga y le queda arriba de la rodilla, el vestido le queda como una segunda piel, dejando expuesta su fiera anatomía, lleva un saco negro que aprieta más sus senos remarcando esa parte de su cuerpo, lleva unos tacones negros que resuenan con cada paso que da. Sus bucles negros estan sueltos, le llegan hasta la cintura. Lleva un maquillaje sencillo, un perfecto delineado de gato que hace que su mirada se vea inteligente, -no solo se ve, es-, un labial rojo, y una preciosa sonrisa que cautiva a cualquiera.

A su paso, despierta miradas de interés de los empleados, incluso algunos le sonríen -y eso es raro en los europeos, ¡ellos nunca sonríen!-, esperanzados con que les dedique una de sus sonrisas.

El germano esta en la sala de juntas esperando a los mexicanos junto a los ejecutivos. Los latinos entran a la sala.

¿Será la hija de una de ellos?.

Fue el primer pensamiento, -fugaz-, guiado por la curiosidad que vino a la mente del alemán cuando vio a...México.

Le dedico una segunda mirada a la sudaca.

Oh dios que bonitas piernas.

Su mirada se clava en la mexicana, la chica conecta una memoria usb en la lapatop, el proyector de la sala muestra una presentación de diapositivas.

La latina empieza a hablar. Ella habla con una confianza y seguridad increíble.

¡Que confianza!

Halago mentalmente, una mujer con confianza, eso le gusta.

Ella empieza a hablar de números y dinero. Como si nada, incluso el alemán se empezó a sentir un poco mareado de tanto número.

Es un dos por uno ¡guapa y inteligente!

Sin duda la sudaca es una mujer que fácilmente despierta muchas emociones entre ellas admiración y...deseo.

week alemex (editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora