𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓 | ❝─Todo lo que quiero es estar a tu lado toda la eternidad y que las estrellas sean testigos de nuestro amor❞.
Han sido novios por años y siempre sintieron esa conexión que los une, algo que no se puede describir fácilmente, nunca...
❝Todo lo que quiero es estar a tu lado toda la eternidad y que las estrellas sean testigos de nuestro amor❞.
Siempre se han amado.
Nacieron hechos el uno para el otro incluso si son completamente opuestos.
Hay algo que los atrae sin siquiera ellos comprenderlo. De lo único que estaban seguros es de ese sentimiento que comparten mutuamente.
Shōyō pregunta: ─¿Me amas?
Kei siempre responde: ─¿Cómo no hacerlo?
Y aunque el pelirrojo sabe esto esa pregunta es una costumbre que los dos han adoptado, tal vez para reafirmar el amor que se tienen.
Unos segundos más tarde Tsukishima pregunta: ─¿Yo te gusto?
Hinata sonríe, niega lentamente con la cabeza y dice: ─No. Yo te amo y siempre lo haré.
─¿Toda la eternidad?
─Toda la eternidad y si no me crees que las estrellas sean testigos de nuestro amor.
Entonces Kei da un paso al frente.
─Si eso es cierto o no ya lo veremos. ─dice para molestarlo.
─¿Cómo puedes tener poca fe en mi amor? ─finge enfado.
─Realmente no sé si lo que dices sea cierto. Aún falta algo no estoy seguro... ─parece pensativo.
─Oh, vamos. ¿Qué tengo que hacer para que me creas? ─hace un pequeño puchero.
─Entonces, cierra tus ojos. ─Shōyō suelta un suspiro, pero acata la orden dada por el contrario.
Hay un momento de silencio y el de menor altura quiere abrir los ojos algo curioso, sin embargo, se detiene cuando siente algo frío y pesado, entre su dedo anular.
Kei sigue sin decir nada lo que hace a Shōyō sentir más nervios, ambos lo están.
El rubio tiene ganas de desmayarse, no se da la oportunidad de hacerlo, pues este momento es quizás el más importante de toda su vida.
Toma la mano del opuesto; siente su propia mano temblando como un terremoto y la mano de su novio lo calma al instante, pero incluso la de él está en su misma situación.
─Hinata Shōyō, el amor de mi vida, todo lo que quiero es estar a tu lado toda la eternidad y que las estrellas sean testigos de nuestro amor. ─Abrió sus ojos viendo al chico miope claramente nervioso─. ¿Quieres casarte conmigo?
Sus ojos pican, los frota con su mano para controlarse, lo mira y sonríe.
Su corazón late como loco, posa su mano en su pecho tratando de controlarse, pese a su fallido intento puede sentir correr por sus mejillas las lágrimas que tanto luchó contener. Tsukishima extiende su mano y limpia delicadamente su rostro.
Shōyō con una voz temblorosa al igual que llena de felicidad no duda ni un segundo en decir: ─Que el cielo, las estrellas, la luna y el sol sean testigos de nuestro amor.
Un sonrojo se hace presente en el rostro de Kei, esta avergonzado por las palabras dichas de su prometido, pero no puede evitar pensar que sus palabras son totalmente ciertas.
─Serán testigos y envidiarán la forma en la que nos amamos.Por la eternidad.
El viento mece las ramas de los árboles, el pelirrojo se detiene a ver el anillo que posa en su dedo, en brillo resplandece en sus ojos a la vez que una sonrisa se dibuja en su rostro, voltea viendo a su futuro esposo quien aparta la mirada avergonzado.
Shōyō se acerca lentamente a su pareja rodea su rostro con las manos en sus mejillas, parándose de puntillas para llegar a la altura del más alto, con su rostro a escasos centímetros depósita un beso en sus labios, sellando así la promesa de amarse enteramente.
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