8: Reencuentro y rencor

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Desperté en una acogedora cama de dos plazas y observé con extrañeza mi alrededor. No reconocía dónde me encontraba y peor aún, sentía que mis párpados pesaban toneladas y que mi cabeza estaba a punto de estallar. Con dificultad me levanté de donde estaba acostada y fui hacia un lujoso baño que estaba en la misma habitación.

De por sí era una persona pálida, pero esa vez estaba tan blanca como la nieve y ni hablar de mis oscuras ojeras que me hacían ver más demacrada que nunca.
Verme al espejo me espantó así que decidí borrar esa imagen de mi cabeza y salir de la habitación para investigar de que se trataba todo. ¿Acaso había tenido una gran pesadilla o todo había sido real?

-Todavía no puedo entender cómo es que Gen los aguanta- murmuró una voz a lo lejos. Se escuchaba un fuerte griterío el cual sentía que me perforaba los sesos. En cuestión de segundos, perdí el equilibrio y caí.

-¿Escucharon eso?- preguntó alguien notablemente ansioso.- Iré a ver.

Pronto sentí unas pisadas acercándose a la habitación. Corrí con dificultad hacia la cama y me envolví en las mantas picada por los nervios.

-¿Gen?- una suave voz se hizo presente en la puerta del cuarto.- ¿Has despertado?

No hubo respuesta de mi parte. Ni siquiera tenía idea de quién era, ¿y si me habían raptado? Quizás me habían drogado hasta el punto de dejarme inconsciente, aunque era absurdo porque era inmune a cualquier tipo de sustancia (menos al jugo de uvas, claro).

-La puerta estaba abierta, la cama está hecha un desastre. Sé que estás despierta- el chico que me estaba hablando acortó nuestra cercanía.- Muéstrate, Gen. Quisiera ver... cómo es...

-¿Kurapika? ¿Se ha despertado?- un silencio incómodo llenó la habitación. Al reconocer la voz de Killua, destapé levemente mi cara.- ¿Gen? ¡Gen!

El albino salto encima mío y gruñí al instante, ya que todo mi cuerpo me dolía inmensamente.

-¡Killua! ¡Recuerda que se siente mal!- observé al chico que estaba hablando el cual resultó ser Kurapika. Al instante corrí mi mirada, los nervios me atacaron aún más por el hecho de no saber cómo reaccionar. Si había sido un sueño, parecería una loca, si mis recuerdos eran verdad, ¿Cómo se supone que debía reaccionar luego de tantos años sin habernos visto?

-L-Lo siento, Gen- el albino se sonrojó al instante, enderezándose a mi lado.- ¿Cómo te encuentras, Gen? He venido porque... ya sabes, Gon estaba extremadamente preocupado por ti.

-Ehm pues... me siento bien... ¿supongo?- respondí dudosa.- Por cierto, ¿Qué ha sucedido? Mi cabeza está que explota, ni siquiera sé como llegué a...

-¡Gen!- múltiples voces se escucharon y sin ver, parecía que una manada de caballos venía corriendo hacia la habitación. Por inercia, tapé mis oídos: todo lo escuchaba el triple de fuerte y lo que entraba a mi cabeza retumbaba por cada pared de mi cráneo.

-¡Has despertado!- el pequeño Gon brincó hacia mí al igual que Killua, dándome un fuerte abrazo. Me quejé instintivamente pero luego reí.

-H-Hola, Gon- hablé, débilmente. Para ese entonces habían entrado solo Leorio y Gon.

-¡Gon, la harás trizas!- exclamó Leorio agarrándolo para tirarlo a una esquina de la habitación.- ¿Cómo te encuentras, Gen? ¿Acaso te duele algo? ¿El cuerpo, la cabeza, los ojos, la espa...

-Estoy algo decaída, tengo dolor muscular y mi cabeza estalla- comenté, cortando su larga pregunta por impaciencia.

-¡Te traeré las pastillas! ¡Sólo espérame un momento!- el azabache corrió hacia la puerta, sin embargo, Kurapika lo paró.

Complementos [Hunter x Hunter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora