UN SUEÑO HECHO REALIDAD

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Cada noche trato de conciliar el sueño pero me es realmente difícil, mi mente no deja de divagar sin rumbo pensando en una infinidad de cosas, cuando creo que ya he caído en un sueño profundo abro los ojos y estoy nuevamente de pie frente al espejo de mi cuarto.

Hace unos meses decidimos con mi novio vivir juntos, buscamos por todos lados una casita que sea cómoda y que podamos pagarla, ya que por el momento sólo él contaba con trabajo fijo, pillamos este pequeño edificio de cuatro plantas que al parecer antes se utilizaba como hotel o vivía una numerosa familia, nos pareció extraño que por el tamaño del Inmueble nos pidan un precio sumamente bajo y accesible a nuestro bolsillo, pero no nos importó porque el lugar era realmente hermoso.

Está ubicado al final de la calle larga de unas 30 casas, justo antes de llegar a una pequeña plazuela donde los niños pasan las tardes divirtiéndose en el parque que tienen, la zona es un barrio tranquilo, con gente amable, donde todos se colaboran entre sí y para las fiestas están más unidos que nunca, festejan en la calle y cada familia trae algo de comer para compartir, sacan mesas, sillas y se reúnen para planificar mejoras en el barrio, los niños corren de aquí para allá con una libertad envidiable. De niña mamá no me dejaba alejarme de ella más de un metro de distancia, tenía un temor horrible de perdernos a mi hermana y a mi, gracias a eso es que soy algo desconfiada con las personas, sino pregúntenle a mi novio. 

Cuando vinimos a conocer el lugar nos pareció majestuoso y que el precio que nos habían dado era un error ya que un inmueble así debería costar el triple o más de lo que pedían, sin embargo el asesor inmobiliario nos aseguró que el precio era el correcto y se dedicó a ensalzar las bondades del lugar, como por ejemplo que tenía varios dormitorios por si queríamos alquilar piezas para ayudarnos a pagarla, que cada pieza tenía baño privado así cada inquilino tendría privacidad, el lugar lo vendían amoblado lo que resultaba ser prácticamente una ganga, todos los cuartos tenían su decoración respectiva, algunos rústicos y otros más modernos. La escalera principal que daba acceso a las habitaciones era como en la película de la Bella y la Bestia, una escalinata ancha en medio que se dividía en dos par acceder a cada ala del lugar, me hacía sentir que vivía en un cuento de hadas, los pisos superiores eran rectangulares, los pasillos eran anchos y tenían banquillos para sentarse y todos tenían un alfombra roja en el medio, de un lado estaban las habitaciones, 3 por cada lado, que eran bastante amplias y del otro lado de la barandilla te permitía ver el salón principal, desde lo alto del techo colgaba una lámpara impresionante llena de cristales en forma de lágrimas.

El lugar me gustaba mucho aunque mi mente desconfiada me puso un aviso latente, el lugar no parecía el adecuado para solo dos personas, pero a mi novio le habían brillado los ojos cuando el agente le dijo que podía ganar dinero y pagarlo sin comprometer nuestros ahorros. Para finalizar nuestro pequeño tour entramos en una habitación en el tercer y último piso que me dejó paralizada, era realmente hermosa pero aterradora a la vez lo que me provocó un pequeño estremecimiento en la piel, el techo era más alto que el de las demás y también el espacio era más grande.

- Esta es la habitación principal - nos dijo el agente, - Como pueden ver es más grande que el resto, la cama es queen size, y tiene espacio suficiente para estos hermoso sillones- un juego completo estilo vintage, forrados con una tela exquisita de color rojo bordo.

Mientras él hablaba, algo llamó mi atención, un hermoso espejo de pie tipo colonial con bordes de madera tallada irregularmente en ondas pintadas de color dorado, estaba en la esquina del cuarto, lucía antiguo aunque se notaba que lo habían restaurado ya que no estaba raspado o desvencijado, sentía que el espejo me hablaba, poco a poco me fui acercando a él sin desviar la mirada hasta quedar frente a frente y verme completamente reflejada, era más alto que yo incluso que mi novio y eso ayudaba a tener una mejor vista de todo el cuarto, posé mis dedos en él y el tacto frío me sorprendió aunque no me hizo retirar la mano, de repente en mi cabeza empecé a oír una voz que no parecía ser mía, ni de nadie que estuviera en la habitación o de alguien que conociera, era suave y melodiosa casi cantarina, endulzante y encantadora - Es la casa de tus sueños - se repitió tantas veces en mi cabeza que incluso mi novio se me acercó sin que me diera cuenta, me abrazó sobresaltandome y me pregunto que pensaba de la casa, di un respingo y dije sin pensar - Es la casa de mis sueños - él me sonrió con esa felicidad que tienen los niños pequeños al abrir un regalo el día de su cumpleaños o navidad, que no me pareció justo retractarme ya que su gesto me enterneció, así que solo posé un beso en sus labios. 

Detrás del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora