Capítulo XLVI: Redención

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Estaba en una batalla mental contra el Fénix, trataba de recuperar el control sobre mis acciones, sentía que mi cabeza iba a explotar, el Fénix liberó la tensión que sentía dentro de mí volviendo a soltar la energía, bajé al piso nuevamente mientras seguía en aquella batalla, agarrándome la cabeza, la energía que envolvía se apagó, Steve caminó hacia mí.

- ____ – dijo tocándome – yo sé que tú puedes – volteé a verlo – estoy aquí para ti – dijo tocando mi mejilla.

- ¡No! – grité el Fénix volvió a salir con fuerza arrojándolo – Steve – dije asustada por lo que acaba de hacer.

- Debe matarla Capitán o será muy tarde para todos – dijo el Dr. Strange – la fuerza del Fénix es muy poderosa, su alma y su cuerpo no lo resistirán.

- No lo haré, mi ___, mi chica sigue ahí dentro – se paró y se acercó a mí, cubriéndose con su escudo, yo no dejaba de arder, se puso frente a mí, su traje se abría poco a poco, bajo el escudo, sentí preocupación dentro de mi – mírame – Wanda lo protegió de mis llamas desde lejos – tú eres ___, yo sé que estás ahí, dentro de todo este poder, mi dulce ___ está aquí – solo observaba aquellos hermosos ojos azules que podían llenarme de paz, dominarme así tenga la fuerza del Fénix en mi interior, solté lágrimas, mi alma estaba tomando el control de mi mente.

- Steve, vete – dije llorando – no, mejor mátame, antes de que lastime a alguien más, hazlo Steve, no sé cuánto tiempo podré resistir – me tocó.

- No la toques Steve – gritó Wanda, su energía protectora desapareció del cuerpo de Steve, no quería que le pasara lo mismo que a Doom, moví mi brazo para que no me tocara, volvió a ser cubierto por la energía roja de Wanda – su energía es muy poderosa.

- ¿ya lo ves? Mátame, Steve – supliqué – Strange tiene razón.

- No lo haré – me dijo decidido.

- Mira a tu alrededor, mira lo que he hecho, tenías razón soy peligrosa.

- No lo eres – me vio dulcemente.

- Si lo soy – dije llorando – debo alejarme de ti, de todos, debes matarme para que no siga lastimando a más personas.

- Ya te dije que no lo haré, no importa si tengo que morir para tú vivas, te amo ___, no dejaré que nada ni nadie te lastime, sé lo que pasó con nuestro hijo, no te dejaré sola – dijo para acercarse más a mí y besarme, su amor calmaba el fuego en mí, sentí todo su amor en su beso, le correspondí al beso, note que su piel se abría poco a poco por mi energía, lo separé de mí, el fuego se calmó nuevamente, pero esta vez podía controlarlo, Steve cayó al piso.

- Steve – me acerqué y lo tocaba para saber si seguía vivo – ¿Qué hice?

- Te detuviste – dijo, acarició mi mejilla, estaba demasiado herido – te amo – cerró los ojos.

- No Steve, no te dejaré morir – toqué su cuerpo, sentí que su pulso disminuía poco a poco, hasta que su corazón dejo de latir – Steve – lloré apoyando mi cabeza en su pecho, acaricié su rostro – no te perderé, mi amor – me sequé las lágrimas y recordé las palabras de Doom cuando me explico sobre algunos de los alcances de mis poderes, me explicó sobre la fuerza de resurrección, dijo que podía resucitar a cualquiera que desee con mis poderes casi infinitos, ya que representan la encarnación de la vida y la muerte misma, invoqué al Fénix nuevamente, sentí como la energía que emanaba llenaba de vida el cuerpo de Steve, esta energía era diferente a la otra, era más limpia, las heridas de su piel se cerraban, pensé en todo lo que le dije a Loki, el amor podía curarlo todo, en mi interior trataba de enseñarle esa fuerza al Fénix, amor y bondad, él despertó.

ME HACES SENTIR VIVO (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tu) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora