De odio, amor y venganzas.

Capítulo 9. El caos vive en mí.

¡¡Hola, amores!! ¿Cómo estáis? Aquí os dejamos el cap 9 de la historia. Corred a leer la segunda parte en el perfil de cristy811994 cuando hayáis terminado este ;).

*Capítulo 9. El caos vive en mí.*

(Orden de lectura: 1º)

Estaba muerto.

Un zumbido agudo resonó en mis oídos. Controlé la horrible necesidad de cubrir mis orejas con las manos y aislarme de los horribles gritos. No entendía qué estaba sucediendo, mi mente no terminaba de comprender qué demonios estaba pasando.

Solo entonces la escuché gritar, por encima de ese horrible tumulto. Mi corazón se detuvo cuando me temí que también ella estuviera herida.

Venciendo el miedo, corrí hasta llegar al cuerpo de mi padre. Hermione, abriéndose paso entre la multitud, también consiguió venir a mí y ambos nos quedamos mirando el uno al otro durante un instante. El horror era tal que todo en mí temblaba.

—Mi madre —grité, consiguiendo reaccionar—, Hermione, ¿mi madre?

¿Dónde estaba la reina?

—La vi hace un instante.

La simple idea de que mi madre también estuviera muerta... mi corazón estaba dividido y roto a la vez. Tenía a Hermione conmigo, pero necesitaba encontrar a Narcissa y mi padre... mi padre estaba tendido en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor. Lo habían asesinado, lo habían hecho en mitad de esa oscuridad porque esa era la única forma que la Disidencia tenía de atacar a un mago tan experimentado como lo era Lucius Malfoy.

Hermione desapareció un momento y apareció inmediatamente después llevando a mi madre pendiendo de su brazo. Narcissa estaba bien, al menos estaba viva, pero su rostro parecía vacío y su expresión me provocó un escalofrío.

Ambas mujeres observaron el cuerpo inerte de mi padre: mi madre permanecía congelada y en silencio, como si no llegara a creer aún lo que veían sus ojos, Hermione, por su parte, apartaba la vista, dirigiéndola al suelo. Sus hombros se convulsionaban con el llanto que ya había llegado a sus ojos.

Yo me dejé caer de rodillas ante el cadáver de mi padre. Quería tocarlo, pero me sentí inseguro. Ojalá hubiera algo que pudiera hacer, ojalá pudiera salvarlo...

Mis dedos se mancharon de sangre cuando, por fin, acaricié el pecho de mi padre, vestido con una lujosa túnica oscura.

Solo entonces escuché un gemido ahogado y me di cuenta de que era yo mismo quien lo había proferido.

A pesar de haber esperado un ataque, no había podido detenerlo. Me sentía impotente y destrozado, decepcionado conmigo mismo. No solamente habían arremetido contra mí y mi familia... sino que habían conseguido eliminar al representante del mundo mágico: el rey.

Habían roto algo al matar a mi padre. La Disidencia acababa de declararme la guerra abierta no solo a mí y a mi familia, los Malfoy. Ellos habían fracturado la paz de mi mundo y eso... eso era un precio que yo no estaba dispuesto a pagar.

Cerré los ojos, intentando apartar de mi mente esa horrible imagen que se presentaba ante mí. Solo entonces sentí el cálido abrazo de la princesa a mi espalda. Suspiré y, a pesar del momentáneo alivio, el dolor no se fue.

***

Las cosas cambiaron en los siguientes días, se hicieron más complicadas.

El funeral para el rey fue privado, reservado tan solo a los pocos miembros de las familias Nott, Parkinson y Malfoy.