Animaniacs

Pasado

Espero que les guste~

Nota: Me base en un AU en el cual Dot fue criada por Salazar (el de la película "El deseo de Wakko")

Para Dot, tener hermanos es extraño ¡No la malinterpretes! Es extraño pero en el buen sentido. Es lindo tener compañía que esta contigo por gusto y no por obligación; es lindo sentirse quería y acompañada; es lindo que no le griten o castiguen por algún error cometido. Tener hermanos es extraño pero le da una linda sensación. Pasar tiempo con ellos, conocerlos, es realmente increíble pero a veces , su pasado y los recuerdos del maltrato de Salazar vuelven con fuerza a su mente, sin importar cuanto se esfuerce por olvidarlo o ignorarlo.

Están todos juntos, como de costumbre desde que el mayor tomo el trono, comiendo juntos en la cocina. Están hablando, disfrutando de su tiempo juntos, ya que el mayor suele estar ocupado con temas reales. Todo es tranquilidad y alegría, hasta que uno de los mayores levanta la mano y los ojos de Dot se abren con pánico porque frente a ella, ya no están sus amorosos hermanos, está el Rey Salazar, con el rostro contorsionado por la furia y el brazo en alto, su puño firmemente cerrado y dispuesto a golpearla. Ella levanta los brazos sin siquiera pensarlo, queriendo protegerse de alguna manera, cerrando los ojos con fuerza y luchando por no llorar pero perdiendo rápidamente. Se queda así por un tiempo y, al no sentir el golpe o dolor, se decide abrir los ojos y jadea ante los rostros familiares que tiene en frente, luciendo asustados. Sus hermanos la están mirando, luciendo asustado pero muy preocupados, sin saber que hacer.

-Dot...- Wakko tenía las orejas y la cola abajo, ni siquiera tenía su lengua hacia afuera como siempre le gusta.

-...¿Estás bien?- Yakko se ve igual, agarrando el frente de su ropa con sus manos y luchando contra la necesidad de acercarse a ella pero sin querer asustarla.

-Yo...- esta jadeando, puede sentir algo oprimiendo su pecho y le cuesta respirar, sintiendo pánico. Se abraza a sí misma, temblando. Solloza y luego corre, sin poder ver a sus hermanos a la cara.

-¡Dot!- ambos gritan con pánico. Puede escucharlos gritar su nombre, suplicando que se detenga pero ella los ignora, esquivando hábilmente a los poco sirvientes que tiene el castillo y yendo a su habitación, cerrando la puerta detrás de sí. Se mete a su armario y corre un par de cosas de lugar, dejando ver un gran agujero en la pared. Arrima la puerta de su armario antes de meterse al agujero y se acurruca en su pequeño lugar seguro. El agujero lleva a unos túneles algo abandonados y largos, está bastante segura que son para un escape de emergencia. Lo había encontrado huyendo de Salazar, ocultándose allí hasta que el humano se calmo. Tiene algunas cosas escondidas allí, cosas que no quería que él encontrara y destruyera. Una caja música que encontró cuando exploraba el castillo (que ahora que lo piensa, de seguro le habría pertenecido a su madre); un vestido simple y de color rosa (le gustaba porque era cómodo y no tenía los corsé que él la obligaba a usar); un conejo de peluche (que siempre lo había tenido); entre otras cosas. Busca en las cajas en donde escondió sus cosas.

-¡Aquí estas~!- sonrío con cariño al encontrar su muñeco de conejo. Lo saca y lo abraza, sin importarle mucho el olor a guardado que tiene. Se acomoda y se relaja sin poder evitarlo, cerrando los ojos. Estaba a salvo, él ya no estaba cerca para hacerle daño.

... ... ... ...

Se despierta con un sobresalto ante unas voces. Parpadea, intentando despertarse por completo, ni siquiera recuerda haberse dormido. Hace una mueca, al juzgar por las voces de sus hermanos, estuvo dormida un tiempo. Guarda a su conejo, pensando que después sacara sus cosas de allí y las guardará en un lugar mejor, ya que ahora no tiene que ocultar nada.

-¡Sal Dot, de donde quiera que estés! ¡No estoy enojado, solo preocupado!- ese es Yakko, puede reconocer su voz. Se oye nervioso y no algo de pánico, está segura que el pelaje ajeno debe estar despeinado por la desesperación y el estrés.

-¡Sal, por favor! ¡Te dejaré ponerme maquillaje y...y peinarme!- ese es Wakko, debe estar desesperado para ofrecer eso. A él no le gustaba el el peine porque casi siempre tenía nudos en su pelaje y no le gustaba la sensación o el olor del maquillaje. Se levanta y se sacude la falda, saliendo de su escondite y abriendo la puerta del armario lentamente. Sus hermanos le están dando la espalda, mirando a su alrededor. Sale y cierra la Puerta, respirando profundo para armarse de valor.

-...hola...- murmura pero ambos parecen escucharla u olerla (tienen un buen sentido del olfato, siendo la especie que sean) porque se voltean rápidamente.

-¡DOT!- y de repente está siendo alzada, gimiendo al ser apretada entre sus dos hermanos con fuerza. Se queja un poco pero no puede evitar sonreír, abrazándolos con algo de dificultad pero aferrándose a ellos.

-¿Estás bien?- se separan un poco para mirarla pero no la bajan y ella no se va a quejar por eso.

-Si, ahora si- sonrió enormemente.

-¿Estas segura?- el de gorra roja la mira con los ojos entrecerrados, relajándose un poco al verla asentir.

-¿Quieres hablar?- preguntó el mayor en voz baja. Ella duda esta vez pero termina por dar un pequeño asentimiento. Ellos no tardan ni dudan en sentarse en el suelo, dándole toda su atención.

-Te escuchamos- ambos sonríen, alentándola a comenzar. Dot los mira y sonríe con cariño. Si, tener hermanos era extraño pero no los cambiaría por nada.