†Capitulo 15.† Marchita.

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Lucas.
Y allí la vi, en una camilla ingresada, en coma, sin saber si saldrá o nó de aquí. Soy el único que ha venido a verla, Mark y Sophia ni se inmutaron, ellos dos están saliendo juntos, el chico que la trajo al hospital ha desaparecido, y aquí estoy solo, una vez más hundido, mirándola desde un sillón a dos metros de distancia de su silla.
*Doctor.*
-Buenas tardes, ¿eres el único pariente de la señorita Luna?-
-Sí, soy su.. novio por asi decirlo..-
-Vale. La señorita se recuperará pronto del trance, solo tiene una brecha y lesiones poco graves en el cuerpo.-
Salió tras decir eso.
Me quedé dormido sentado en el sillón.
                           ***

Luna.
Me despierto poco a poco del trance, solo veo a Lucas, ¿dónde está Scott?, ¿y Sophi y Mark? Y sobretodo, ¿mi tía?
Intento levantarme de la cama pero algo me lo impide, estoy demasiado débil y al hacer el esfuerzo pego un pequeño jadeo de dolor. Eso hace despertar a Lucas.
-¡Luna!- Me abraza delicadamente para no hacerme daño.
-Lucas.. ¿y los demás?- Pregunto todavía algo confusa.
-Bueno.. no han venido, tu tía te daba por muerta y Mark y Sophi, bueno se fueron los dos juntos a nose donde, Scott se marchó de aqui con una chica y aqui estoy yo..-
-Gracias por vernir.- Sonrío levemente aunque algo triste.
No me esperaba que nadie viniera a verme sinceramente. Era todo una mierda, no le importaba a nadie, solo a Lucas, entonces recuerdo a mis padres, ellos si me querían de verdad. Se me ponen los ojos cristalinos pero me controlo.
Prosigo abrazando  Lucas hasta que nos soltamos, el se sienta a mi lado, decide dormirse ya que pasó mala noche esperando a mi recuperación.
Le dejo dormir y me duermo yo también, mañana sería un día duro, me darían el alta y no sabría que hacer ni donde ir.

Me despiertan los primeros rayos de luz, veo que Lucas todavía esta dormido, asique decido no molestarle, me bajo de la camilla como puedo y sin hacer mucho ruido, las piernas me fallan pero me resisto y consigo avanzar a la máquina de café, me preparo un capuccino y al lado de ella cojo una barrita energética de la máquina expendedora, necesitaba comer algo ya que no tenía fuerza y mucho menos tenía de donde sacarla. Lucas se despierta y me ve apunto de caerme, me temblaba toda la mano la cual sujetaba el café.
-¡Qué haces loca!- Dijo alzando la voz y me sujetó de la cintura suavemente.
-Gracias..- Dije algo más tranquíla.
Él me sentó en la camilla, me arrecostó acomodandome y me tomé el café y la barrita tranquila.
Después de tomarmelo, él se comió lo mismo pero con un zumo de naranja. Preparó mis cosas para salir y me dió una muleta para estabilizarme. Todo iba genial, aunque sentía dolor al saber que solo vino el.
Me dieron el alta por fin, pero no podía salir en bata, y yo sola no me podía vestir.
-Te vestiré.- Dijo Lucas.
Yo me ruborize un poco pero segui sus instrucciones, total solo me vería en ropa interior, como un bikini.
Me vistió con unos pantalones cagados negros finos y una camiseta de tirantes ajustada de color rosa fluorescente. Me hice una cola de caballo bién alta y salimos de allí.

Lucas.
Tras unos días alquilé un pequeño piso para los dos aquí hasta que se reabilitara Luna.
Lo malo esque no la veía como siempre, era una Luna triste. Solo la quedaba yo y ella sabía que dentro de poco no me volvería a ver, que mis padres se mudaban y que no nos veriamos.
La pasaba todo la malo, una persona tan dulce no debería pasar por todo aquello, aveces el destino es cruel y las mejores personas son las que peor lo pasan.
Ese era mi pensamiento, y si fuera por mí preferiría que me pasará a mi en vez de a ella.
Pasaron dos meses los cuales fueron magnificos, era todo un sueño, ella y yo, viviendo juntos, pero no saliendo porque dentro de poco todo el esfuerzo no serviría.
Quedaba un día para irme, solo un día.

Luna.
No podía con esta situación.
Asique decidí elegir el mejor camino para mí, la solución a mis problemas definitivamente y el juntarme con los míos.
Quedaban dos horas para que Lucas se fuera.
Yo me vestí con un vestido corto blanco, cogí una rosa roja del jardín y me encerré en el baño.

Lucas.
No encontraba a Luna por ninguna parte.
Derrepente buscándola por la casa un charco de sangre caía bajo la puerta del baño, la derribé y...
Ahí estába ella. Tumbada en el suelo, su cuerpo estába frio y al lado de ella con una  cuchilla en una mano y enla otra una rosa roja algo marchita y una nota decidí coger la rosa y la nota.
En la nota que no paré de leer nunca ponía:
"Querido Lucas, has sido eres y serás la razón de mi sonrísa, tú y mis padres. Gracias por todo. Te adjunto esta nota y esta rosa marchita a la cuál la faltan pétalos, cuidala como si fuera yo. Espero que seas felíz.
Y espero que recuerdes siempre..
A esta memoria de una rosa marchita. Te quiero."

†Memorias de una rosa marchita.†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora