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Pansy— habló Frey desde su cama — ¿Te puedo preguntar algo?—

La chica de cabello azabache asintió mientras Frey le acariciaba la mejilla.

—Estas navidades no iré a la mansión de mi madre, si no que las pasaré en la de mi padre, ¿quieres venir?—

Ella sonrió —Claro que si—

Pansy pensó que sería buena idea, Amelia Avery era una completa zorra, y cuando se trataba de Pansy todavía más, su padre, Marcus, había intentado romper el matrimonio tras enterarse los malos tratos que su hija recibía, pero jamas obtuvo resultado. Solo una persona era capaz de hacerlo, Alexander Avery, pero hacer que aquel hombre entrar en razón era bastante difícil, aunque jamas lo había intentado.

Alexander era bastante intimidante , cabello azabache y unos grandes ojos azules tan fríos como el hielo, media aproximadamente metro noventa; siempre portaba un aura oscura y sombría, al igual que su hija, las mujeres que lo habían visto no tardaron en admitir que era bastante atractivo, pero Alexander no quería a nadie, las únicas mujeres de su vida eran su madre, hermana e hija, sus tesoros más preciados. Que el diablo se apiade del alma de aquellos que dañaran a alguna de las tres, porque la furia de Avery no tenía límites.

Frey comenzó a dar vuelvas en la cama pensando que su padre, él lo odiaba con todo su ser, ¿la razón?.

Ninguna.

Alexander nunca fue un mal padre, el lo trataba de manera distinta a Rexanne, pero no lo menospreciaba, hasta que a Frey se le ocurrió empujar a su hermana por las escaleras desencadenando así la furia del hombre, aún recuerda el guantazo que le propinó este y como le rompió el labio.

Él desde que Frey era pequeño observó como menospreciaba a las mujeres, como insultó a Dánae, su tía, llamándola puta, Alexander volvió a pegarle tras aquello, odiaba que su hijo no fuera como el resto de los Avery, odiaba su narcisismo y su misoginia, porque ni el mismísimo Lord Voldemort había echo un mal comentario hacia aquello.

Frey se acurrucó junto a su novia y suspiró en el hueco de su cuello.

—Cuando vallamos a la mansión Avery debes tener cuidado, mi familia paterna es un poco..., especial, pero no te dirán nada— aseguró el chico de cabello azabache.

—Frey, ¿me quieres?— balbuceo Pansy y el nombrado la miro.

—Claro que si Pansy, todo lo que hago es para que entres en razón, es por tu bien—.

—Te amo Frey—

—Te amo Pansy—

Ambos se durmieron, Pansy con la idea de que Frey verdaderamente la amaba y el chico con la idea de que dentro de poco tendría muchos más galeones en su bóveda.



















Rexanne estaba sentada en su escritorio ordenando sus apuntes de pociones, ella odiaba el desorden.

La puerta se abrió y sin levantar la vista habló sabiendo quién era.

—¿Que se te ofrece Malfoy?—

El rubio tonteó unos segundos —Quiero tu ayuda Avery—

Ella sonrió —¿Asesinato o tortura?—

El no se horrorizó ni lo más mínimo, Draco se había criado entre mortifagos.

—Tortura— declaró indeciso.

Ella olió su miedo pero no alegó nada, sabía que aquel rubio era consciente de lo que hacía por lo que no le llevaría la contraria.

—Nombre y apellido—

PsychopathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora