Prologo

87 8 0
                                    

Los cielos eran hermosos como debían ser, aquí no pasaba el tiempo o al menos veías si el tiempo transcurría.

Sin excepción fueron creados amar a Dios junto con sus creaciones, orar y alabarlo, toda su existencia consistía en eso.

Nada más ni nada menos...

Esto no quería decir que su Padre fuera malo, porque no lo era.

Sin embargo esto no le traía satisfacción, ya que él deseaba que algo lo amara por amarlo y no porque ya lo amaba... lo comento ante sus ángeles, pero estos no pudieron decir nada al respecto, ya que desde su creación solo conocían "amar a Dios" y no lograban el entender de su nueva idea.

—¿Qué es lo que lo atormenta padre..?—Hablo uno de la mayoría.—¿Hay algo que podamos hacer tus hijos?

—Oh, mis queridos y amados hijos... me temó que no lo entenderían, puesto que no me aman.—Aclaró tranquilamente su Deidad.

—Padre, ¿Cómo es eso de que no te amamos..? Nosotros te amamos como para entregarte nuestra mera existencia.

—Ese es el problema. Ustedes me aman porque yo quería que me amaran.

—¿Acaso eso es un problema?

—Lamentablemente sí...

Todos sus hijos se quedaron callados ante su respuesta. No querían hablar a menos que su Padre se los ordenara, además de que no podían sentirse mal por decir que su amor hacía él era forzada, porque simplemente no tenían emociones así o semejantes. Un ligero viento resoplo entre los cielos... iluminando el lugar de manera cálida.

—Padre tengo una idea para aquella angustia que nos comentas...—Habló su primogénito hijo llegando a su lado.—Perdóname por hablar de repente.

—¿Qué sugerencia me traes hoy hijo?—Sonrió alegremente.

Los ángeles miraban al primer hijo de todos ellos, quien con elegancia habló.—Tu Padre como sabes, eres el creador de todos nosotros, somos hechos a tu semejanza y sin ti, nuestra mera existencia no serviría de nada sin tus propósitos... Tienes el poder de crear y destruir cualquier cosa.—Sonrío alegremente.—Entonces, ¿Por qué estar tan afligido si puedes crear un nuevo ser como tu desees?

—Lo había pensado... pero quería pedirles su opinión.

—Oh... Eso no debe ser un problema para nosotros.—Cerro sus ojos.—Todas tus ordenes son hechos para nosotros, no podemos decidir por usted.

Todos se habían preparado para que su Deidad creará a un nuevo ser, todos continuaban con su papel, excepto su primogénito que tenía el honor de presenciar como su Padre creaba a su nuevo hermano.

Coloridas luces de formas llamativas volaban al rededor de las manos que creaban como si fuera barro mojado, presionando ligeramente en algún lugar específico para darle la mejor forma deseada.

Un dedo del creador pasó sobre lo que parecía ser el rostro de su obra. Estirando lentamente el barro... Y finalmente cuando obtuvo el cuerpo.

—Hijo debes irte de aquí.—Detuvo sus manos observando a su hijo.

—Por favor Padre, déjame ver en todo su esplendor la belleza de tu poder.—Lentamente se arrodilló y a su vez bajo su mirada.

—Sabes que a nadie le doy el placer de verme trabajar como lo has hecho tú, pero debes recordar que no hay preferencias hijo, el hecho de que veas como otorgó vida a una creación... Ya es avaricia.—Sujeta lentamente su obra y la coloca en algún lugar.

—Padre perdóname por mí extraña conducta... Solo quiero ver por ésta ocasión.

Su deidad no soltó ninguna palabra en negación, continuando con su creación.

Así fue como en ese momento Dios creó a su nuevo hijo. Lo haría tan bello ante sus ojos, con dotes únicos y con sentimientos... teniendo la oportunidad de elegir si amarlo o no. Una bola de cristal brillante fue lo último que coloco en el cuerpo, el cielo y todo el lugar brillaba con los colores tan hermosos, como el arcoíris, el primogénito miro atónito como la luz se reducía y tomaba forma.

Algo dentro de mi latió, dando permiso a más de una sensación por todo mi ser, al principio deducí por que era algo sorprendente el poder de mi Padre, pero cuando vi su creación fue cuando me di cuenta de que esas sensaciones tenían un propósito diferente.

—Hijo, te presento a tu hermana.—Un delicado soplido del creador fue lo que ayudo a quebrar finalmente la luz que no dejaba ver a su hija, cuando se cuarteó desapareciendo cada pieza al momento de entrar en contacto con el suelo, fue cuando hermosas alas color rosadas se extendieron, dejando ver a su hija.—Espero que la cuides hijo mío.

Mi cuerpo temblaba, estás emociones solo se activaban con mi creador, pero cuando la vi... me di cuenta de que ella era muy especial, para mí ella era especial.

El primogénito se acerco lentamente hasta que la creación lo miró a los ojos, fue cuando un destello de colores brillo en sus ojos, haciendo que los dos ángeles se tomarán las manos y extrañamente se abrazaran como si se conocieran desde antes de su creación. 







El ángel sintió algo que se suponía no debía sentir, desear y atesorar, mejor conocido como el sentimiento de Amar. Aquel mismo Amor que lo fue consumiendo. Dejando de amar a su creador y su Padre... para así odiarlo por toda su eternidad, siendo él el odio, rencor y lo peor del Universo.







Ángeles combatían en el lugar, unos dando su existencia. Lo que una vez era un bando ahora eran dos bandos, unos seguían al hijo primogénito y los otros aún obedecían a su creador sin dudarlo. Una completa guerra se estaba presenciando... y lo mismo para el líder de aquella rebelión.

—Hijo, piensa muy bien en lo que haces, aún puedes rendirte y te perdonaré.—Extiende su mano.—Solo detén esto.

—Claro que no, estoy harto de siempre estar bajo tus pies, merezco ser el nuevo creador de todo... ser Dios.—Sonreía insanamente a su padre mientras le extendía una arma filosa.—Y como tú no quieres darme ese privilegio, entonces te lo quitaré yo mismo.

—¿Estás seguro de continuar a pesar de las consecuencias?—Espero pacientemente.—Por que si das un paso más...

—¡No me esquives Padre, soy mejor siendo Dios que tú y lo sabes!—Sus alas se abrieron amenazantes, de lo que antes eran alas rojo durazno terminaron convirtiéndose en rojo guinda.—Así que Padre, te destronaré.

—En ese caso...—Abre sus ojos.—Te destierro.

Un viento feroz se llevo a todos los ángeles que seguían a su hijo primogénito limpiando más de todas sus creaciones. —¡No puedes hacerme esto!—Se aferra a unas columnas.—¡Soy perfecto, demuéstrame lo "grandioso" que eres y pelea!—Un dedo fue lo único que necesito su Padre para lanzarlo lejos de su trono.

Un enjambre era lo más semejante que aparecía en el fondo, donde caían los ángeles rebelados, de igual modo siendo desterrados y echados, él hijo que una vez fue primogénito fue él último que caía, pero antes de caer al oscuro abismo, perdiéndose en la oscuridad eternidad, no pudo evitar ver a su mitad en el límite de lo que una vez fue su hogar, su tesoro, su amor y que a pesar de ver en su mirada el dolor con lágrimas cayendo como cascadas brillosas, no tuvo miedo.

Lilith... Te Amo.

 Te Amo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 20, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

"Sacrificios de espejo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora