Capítulo 8

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Capítulo 8:

Edo suspiró antes de encontrarse con los ojos de Marufuji que lo observaba del otro lado de la mesa, con el ceño fruncido y la mandíbula tensa. Su expresión le decía que nada saldría bien si decía algo, aunque tampoco es que quisiera hacerlo. Edo hizo el ademán de levantarse de la mesa, pero Fubuki lo detuvo cuando habló con un impropio tono serio.

-Será mejor si no salen ahora. Continuemos comiendo, como siempre, mantengámonos normales. Las cosas empeoraran si hacen algo extraño y ahora todos los están viendo.

Edo suspiró con alivio y sin girarse a ver a Ryo, Edo llamó al mesero para que le llevaran un jugo de naranja. Un vaso de jugo era mejor que estar sentado en una mesa mientras todos comen.

Manjoume cambio el tema para crear una atmosfera destendida en la mesa hablando de todo y de nada. Johan, Judai y Kenzan continuaron con la charla mientras los demás estaban demasiado absortos. Edo sintió una repentina necesidad de disculparse con Asuka, sabía que las mujeres eran las que más salían afectadas por los rumores. Ella miraba el periódico como si quisiera prenderle fuego, supo que estaba furiosa por la manera tan despectiva en la que la referían.

Mientras daba una ojeada a todos en la mesa que parecían hablar con cautela y fingida naturalidad. Se preguntaba qué era lo que Ryo estaría pensando. Aún no había figurado porqué lo ignoraba, y ahora tenía una razón para que continuara haciéndolo. Tal vez él sabía que estando con él aumentarían las complicaciones.

Esperaba que Saiou pudiera contrarrestar los rumores, de otro modo los tres se verían en serios problemas si la recepción del publico era mala.

El desayuno le pareció interminable y Edo está seguro que ese fue el diálogo más largo que había tenido consigo mismo mientras estaba rodeado de más personas. En sus cavilaciones se dio cuenta que al menos ahora tenía una razón para enfrentarlo, porque no es como si lo fuera a hacer enojar, era claro que ya estaba molesto. Al terminar, en vez de tomar caminos separados, todos en la mesa se levantaron con intención de acompañar a Ryo y a Edo en sus habitaciones, pero Fubuki les repitió que era mejor si actuaban lo más normal que de costumbre. Sin muchas ganas Johan y Judai se despidieron, Kenzan alcanzó a su pareja, al igual que Fubuki. Shou parecía tener ganas de decirle algo a su hermano que le dio la espalda y le dijo que hablaban luego, el menor se alejó mascullando por lo bajo. Jun hizo una seña a Asuka y entonces comenzaron a caminar con los otros, después de todo, no habría nada de extraño que los cuatro estuvieran juntos. Jun se esforzó de nuevo más por hacer que las cosas se vieran normales, Edo notó que a pesar de su animosidad giraba la cabeza ocasionalmente o que miraba de reojo como si esperara sorprender a alguien.

Una vez en la habitación del mayor, Asuka tomó a Manjoume del brazo y lo llevó de vuelta a la salida, anunciando de forma tranquila que los vería más tarde.

Edo miró la habitación con una sonrisa irónica. Hacía menos de un día en el que creyó que todo iba a ir mejor, que despacio avanza el tiempo y que rápido sucede todo. Tomó asiento en el sofá y se giró a ver a Ryo que se recargó en la pared a lado de la puerta.

-Lo siento.

-¿Ah, sí?-

Preguntó Edo algo confundido y ladeó la cabeza. En realidad, había esperado que le gritara algo por ser imprudente con su cercanía o que él era el culpable de todo lo malo que le pasaba, por supuesto, no es que Ryo Marufuji fuera de gritos, sin embargo, la disculpa lo tomó por sorpresa. Intentó encontrarse con sus ojos, pero este tenía la cabeza agachada y su cara estaba cubierta por sus azulados cabellos. El silencio se hizo tan largo, que creyó por un momento que ya todo se había dicho. En su intento por mejorar algo, Edo buscó acercarse a él, pero antes de que pudiera hacerlo, Ryo levantó el rostro y le dijo de forma tajante. Edo está seguro que sus ojos nunca se habían visto tan serios hasta ese momento.

Edo sabía más de duelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora