Parte única.

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Jeon Jungkook creció como un niño completamente normal a pesar de que había sido prematuro. Al principio todo indicaba que tendría muchos problemas de salud o físicos pues había nacido a siete meses de terminar su gestación, pero eso fue todo lo contrario. El pequeño logró sobrevivir y cada día que estuvo en el hospital luchó por fortalecerse y terminar de prepararse para al fin ir a casa con sus padres.

A sus hermosos tres años era un niño increíble, tan risueño, inteligente y lindo, pero había algo que sus padres no sabían. Antiguamente se decía que los pequeños nacidos a los siete meses podrían desarrollar capacidades especiales ya que se creía que, al no terminar el desarrollo completo, su cabeza quedaba más abierta a lo místico, diferente a los niños que lograban los nueve meses. Claro, en un sentido metafórico, haciendo referencia a que el pequeño tenía más capacidades que los niños de su edad. Con esto se decía que muy posiblemente él pudiera mirar a quienes ya no pertenecían más al mundo de los vivos.

Sus padres nunca tomaron importancia a ello, de hecho, ni siquiera estaban enterados de aquello, no era como si eso fuera real, un niño no podía adquirir dones solo por nacer antes de tiempo, era algo imposible y muy fantasioso. Error, Jungkook estaba por desarrollarlos.

El hombre terminó por meter la última caja dentro de casa, ahora caminó hasta su esposa e hijo mientras sacudía sus manos con polvo. Ella lo miró sonriente, todo parecía tan perfecto, eran un lindo matrimonio con un precioso niño, su milagrito, como ella decía y ahora se habían mudado a una casa tan hermosa. Les quedaba muy bien, había un centro comercial a algunas cuadras, tenían una estación de policía que vigilaba la zona todos los días, también a unas cuadras más había un parque donde practicaban diferentes deportes para los pequeños, además de que había muchos juegos para estos.

Todo estaba perfecto, los próximos días estarían acomodando todo en casa, su futuro en su nuevo hogar se veía increíble.

Vamos Kookie, hay que entrar a casa ella dijo, mirando al pequeño que corría por el jardín mostrando sus dos dientitos delanteros con hermosura.

El pequeño corrió a los brazos de mamá, siendo elevado del suelo para pronto la familia entrar en casa.

Los días siguientes fueron completamente tranquilos y normales. Fueron exactamente tres días en los que terminaron por acomodar todo y ahora ya podían mirar la casa amueblada y tan cálida. Era su nidito de amor, estaban tan felices.

Pero las cosas malas comenzaron a suceder.

El llanto del pequeño Jungkook resonó en toda la casa y también en su monitor que descansaba en la mesita de noche. Ambos padres despertaron, su pequeño no paraba de llorar y parecía que por cada segundo que pasaba su llanto se volvía más fuerte e histérico.

El hombre se levantó primero, corriendo a la habitación del pequeño. Ella miró la hora, tallando sus ojos antes de levantarse y caminar fuera de la habitación. Eran las tres de la mañana.

Jungkook se aferró a los brazos de su padre, escondiendo su pequeño rostro entre su cuello, su cuerpecito temblaba y estaba tan asustado.

¿Qué sucede mi amor? No llores más, papá está aquí. Solo fue una pesadilla intentó calmarlo.

Pero Jungkook seguía llorando, algo muy feo lo había despertado.

Su madre había llegado a la habitación, tomando a su pequeño en brazos y en vista de que no quería quedarse solo en el lugar, lo llevaron con ellos donde después de calmarlo se volvió a quedar completamente dormido.

Son las tres treinta y tres, duerme mi amor le susurró a su esposa.

Ella le dio un beso rápido en su mejilla para arropar su cuerpo y el del pequeño con las sábanas, abrazándolo con delicadeza para quedar completamente dormida.

𝐼𝑚𝑎𝑔𝑖𝑛𝑎𝑟𝑦 𝑓𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑 [Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora