"Angel" - La Verdad (I)

16- Pesadillas, acoso y sorpresas.

-¡Aaron, sacala de aquí! -una mujer gritó, mientras se oía un golpear de espadas y el cielo tronaba tan fuerte que los oidos retumbaban.

-¡No te dejaré sola! -Gritó un hombre con furia.

-¡Vete de aquí y salvala! ¡Te seguiré en un momento, lo prometo! -contestó ella. Se oía el llanto de un bebé que lloraba a gritos.

Yo no veía nada, simplemente lo escuchaba, todo estaba a oscuras, pero lo sentía tan vivamente que era como estar en medio de aquel caos, estaba asustada y confundida, muy confundida.

De momento se oyó como el viento surcaba en mis oidos con fuerza y también oía unos aleteos que golpeaban el aire con fuerza dando más impulso y no entendía qué sucedía. Aquel bebé siguió llorando, se oía muy asustado.

-Violet, tranquila. Yo estoy aquí, papá está aquí. Ya no llores. -escuché que decia el hombre y de repente sentí automáticamente la voz muy cálida, reconfortante y... familiar.

Al momento pude percibir como unos brazos me sostenían con fuerza, acurrucandome en el pecho de alguien y oí un corazón galopante.

En ese momento caí en la cuenta de que aquel bebe llorando era yo.

¿Pero qué...?

-Violet, despierta. Te has quedado dormida -escuché la voz de mi madre.

Abrí los ojos con fuerza, mi respiración estaba agitada.

¿Todo fue sólo un sueño?, pensé.

Me hallaba en mi cama, en mi habitación... A salvo.

-Date prisa o llegaras tarde... -decía mi madre. -¿Hija, estas bien?

Yo estaba sentada en mi cama apoyada en la cabecera intentando entender aquel sueño. Mi expresión debió ser muy alarmante por que en tanto mi madre me vio se acercó rápidamente a mi.

-Papá... -musité aún metida en mi sueño.

-Está abajo con Peter...

-No, no él, sino... -la interrumpí pero calle al instante dándome cuenta de la realidad. Moví la cabeza- Nada. Lo siento, ha sido una pesadilla. Estaré lista en un minuto.

Mi madre se tensó al instante por alguna razón y me observó detenidamente.

-¿Has... Has hablando con la abuela Rose últimamente? -preguntó detenidamente sin poder ocultar alarma y miedo en la voz.

La mire fijamente al detectar lo último y pregunté:

-¿Por qué?

-¿Has hablado con ella? -preguntó con firmeza ignorando completamente mi pregunta.

-No. Bueno, sólo en mi fiesta cuando me felicitó, pero no he tenido oportunidad de charlar mucho con ella. ¿Por qué?

Aquello pareció aliviar a mi madre, relajo su rostro duro y dijo con tranquilidad que no había empleado antes:

-Nada, nada, sólo olvidalo. Baja rápido a desayunar, ¿está bien?

Sin darme tiempo de objetar algo salio rápidamente de mi habitación dejándome con la duda a flor de piel y muchas preguntas en la punta de a lengua.

¿Qué demonios había sido aquel sueño? ¿Por qué mi madre había reacciónado de aquella manera? ¿Por qué sentía como sí había algo detrás de todo esto que me estaba ocultando? ¿Por qué de repente me sentía tan extraña? ¿Qué estaba pasando?

Al ver la hora y darme cuenta que ya era tarde me saqué aquellas preguntas de la cabeza y las guardé en un ricon muy apartado se mi mente.

Me apresure a ponerme mis jeans, un jersey gris y mis botas.