Juntos.

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Demir hablaba con Dimitri,  parecía molesto por lo que lograba oír, él le dio la dirección del lugar en que nos encontrábamos, lo miré  un poco molesta, al colgar se disculpo

— al menos ahora seremos cinco —

— un gran consuelo... — notó que solo bromeaba — en lo que esperamos a los demás y a que el viejo nos envie la información de las propiedades podríamos descansar un rato — le sonrei — nos turnamos, duerme tú primero — asintió.

Teníamos solo una habitación ya que solo esperaríamos a los demás para irnos, me senté en el sofa pensando en mi vida, en la época en que me alejé de mi familia porque me sentía mal, me sentía sin rumbo, nada me parecía suficiente, según lo que pensaron Nasor y Neferet yo había intentado quitarme la vida pero no, solo trataba de calmar mi ansiedad. Ahora todo eso se me hacía tan poco daría mi vida entera por volver a verlos, los necesitaba y mucho.

El tiempo pasaba muy lento, demasiado

— te cambio de lugar — miré a mi compañero — no puedo dormir —  me acerqué a la cama, me senté

— tampoco podría dormir pero ¿qué es lo que tanto te preocupa ahorita?  además de lo obvio —

— mi hija, se quedó con mi madre — suspiró — estoy aquí porque de verdad quiero ayudarte pero también porque tengo la esperanza de conseguir el perdón de la corte si logramos rescatar a los secuestrados. No quiero que mi hija crezca con un prófugo como padre —

— lamento eso, sobre todo porque fue por salvarme, pero tienes razón, seguramente mi abuela te perdonará y lograrás volver por la puerta grande — le toqué el brazo a modo de consuelo — tu hija no será la hija de un prófugo sino de un héroe — lo animé

— gracias, eso espero. Ella es mi mundo, quiero que crezca orgullosa de su padre —

— así será — le sonreí

— es una niña hermosa e inteligente  —

—  debe ser, tiene a un excelente padre —

Tocaron la puerta, él se levantó a abrir, era Dimitri. Al entrar se sorprendió de vernos en la misma habitación, pude notar esa mascara de guardián que a mi no me podía engañar.

— bueno, llegaste — le dijo Demir — creo que ahora sí sería bueno pedir otras habilitaciones —

— ¿sabes a quién enviara el viejo? —

— sí, a una dhampir llamada Lidia y a un Dhampir llamado Roger —  

— bueno, yo puedo compartir habitación con ella y ustedes tres se quedan en otra — miré el reloj — aun tardarán unas cuatro horas mas en llegar ¿por qué no duermen? Yo vigilo —

— dormí en el camino — Dimitri estaba muy serio

— bueno, descansa tú, Demir — él asintió, se acomodó,  no pasaron ni cinco minutos cuando ya estaba dormido — pensé que estarías ocupado —

— eso no es justo, lo sabes —

— no dije nada malo, que quieras estar con tu novia es algo normal —

— sí,  es normal. Que hagas un berrinche y te vayas... eso no es normal —

— no fue berrinche — me cruce de brazos — no soy una niña para hacer berrinches —

— ¿entonces cómo le llamas?, es muy injusto —

— no te entiendo — me levanté — iré a ver lo de las habitaciones — me siguió, esperó hasta que ya tuviera las llaves, le di las suyas — estaremos aquí hasta que Zmey consiga la información de las propiedades de los Dashkov — le informé.

Academia de vampiros - realidad BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora