📖ONCE📖

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-bueno, pues es hora de las indemnizaciones por daños - comentó Ami mirándolo directamente a los ojos.

-¿es una orden? - pregunto mi padre cruzandose de brazos.

-no quieres que sea una orden -amenzo Ami.

Seguí comiendo tranquilamente, o con la poca que pedía permitirme siendo el causante de esta situación peliaguda; no había mucho que pudiera hacer, salvo esperar que alguno cediera, aunque sabía lo suficiente para asegurar que eso no sucediera ni porque llegarán los titanes nuevamente, así que...

-esta bien... - soltó Levi después de un intenso intercambio de miradas.

Un momento... Mire debajo de mi, a los lados, arriba y al horizonte, en busca de posibles titanes (ciertamente no sabía cómo debían verse, pero ya era suficiente con saber que no serían normales en el entorno).

-Kai, andando - pidió mi padre poniéndose de pie.

-¿eh? ¿Yo? - dije desorientado por la situación.

Había ocurrido un milagro o quizá Ami al fin había desarrollado un modo de intimidar a mi padre. Ambas opciones imposibles.

-si, demos un paseo - respondió antes de salir disparado con el equipo.

Mire a mi madre, sonrió y asintió con la cabeza, me estaba dando su aprobación para seguir a mi padre, no tenía de otra. Me levante y seguí a mi padre entre los árboles, mientras la cabeza me daba vueltas con las posibles palabras de Levi o más bien sus posibles acciones.

“...ahora que lo pienso, el capitán siempre me golpeaba, aunque tenía buenas razones para hacerlo. La primera vez fue cuando me hicieron un juicio, que se volvieron costumbre,  digamos que me propase un poco con los jueces y fue Levi el que se acercó sin que lo viera y me propinó unas buenas patadas sin consideración y sin cansarse en lo más mínimo. Sus patadas son mortales...”

Eso había dicho Eren cuando le pregunté por mi padre de joven. Y ahora, esa conversación me estrujaba las ideas, no había manera de que esquivara el golpe o como mínimo no había modo de que huyera, mi padre era demasiado bueno en ambas cosas como para no detenerme de cualquier forma, además...

-Hange y Armin ya te han contado mucho sobre la legión, ¿verdad? - hablo mi padre de la nada.

Ya nos habíamos alejado bastante, no aminoramos la marcha, al contrario parecíamos ir cada vez más rápido, el delante de mi, ocultando su rostro.

- S-si - respondí dudoso.

-entonces sabrás que no matabamos titanes a diario, ni éramos los ganadores siempre - siguió hablando, su voz no parecía ser la misma áspera de siempre, parecía que era otra persona la que hablaba - la legión y la vida en aquel entonces no eran nada como viene en los libros...

-lo sé... - dije mas bajo de lo que esperaba, él aún así me escucho.

Mi padre freno un poco, hasta ir codo a codo conmigo. Siguió mirando al frente, su expresión era tranquila pero indescifrable.

-Kai, yo... - comenzó a decir concentrado en seguir moviéndose.

-lo sé... - repetí automáticamente, sabía lo que quera decir, pero aún no quería que lo dijera - Armin ha sido muy honesto contándome sobre todos los que murieron, se que eran tus compañeros y...

-no, no lo entiendes Kai - me freno Levi - lo que dice Armin no es ni la mitad de la gravedad de la historia...

Lo mire, seguía siendo el mismo Levi indiferente por fuera, lo que pasaba por su mente era un misterio. Si le dijera que he leído su diario, ¿cambiaría algo?

-es lo mejor que tengo, nadie me cuenta nunca nada de lo que sea que haya pasado en realidad - me queje en voz alta, era más un pensamiento, que un comentario.

-no es algo que debas saber, ni con lo que debas cargar - me respondió sereno, seguro ya esperaba que yo dijera aquello - suficiente es conque Amin y Hange te cuenten sobre la legión, la carga es nuestra, no tuya.

-¿y no crees que dejaría de ser una carga si simplemente dejaran de evadirlo? - pregunté retandolo con la mirada.

Me devolvió la mirada, tenía el ceño fruncido sin estar molesto. Había hecho la pregunta señuelo, si funcionaba le diría lo del diario.

-no, porque ahora tengo algo que proteger de todo aquello - respondió regresando la vista al frente - quizá no pude proteger a tu madre de esa historia, pero haré lo posible por protegerte a ti.

Ami y él hacian los mismo, decían cosas esperando que las hubieran dicho demasiado bajo para que no los escuchara, era una tontería si considerábamos el gran oído que teníamos los 3, así que lo único que podía hacer era dejarlos creer que no los escuchaba. ¿Y ellos hablaban de carga? Llevaba años guardando sus comentarios silenciosos como si fuesen secretos entre ellos y yo.

-¿y por ello te haz molestado cuando intente una maniobra? - pregunté, no tenía caso seguir por el mismo hilo de conversación, si no obtendría ninguna respuesta más allá de “no es tu asunto”.

-no estaba molesto - negó rápidamente acelerando su velocidad.

Lo seguí.

-¿entonces? - insistí.

Pará mí sorpresa sonrió de lado, no estaba seguro de que fuera bipolaridad o si simplemente su personalidad hacía más sorprendente sus cambios de humor.

-esa maniobra, la desarrollamos Ami y yo en la ciudad subterránea, y cuando lo hicimos casi caemos del edificio en el que nos habíamos enganchado - comenzó a contar, ¿solo ellos o también Farlan? - así que cuando vi que estabas por hacerla no pude evitar recordarlo, esperaba lo peor...

-pero me salió perfecto - le recordé molesto, por el secretismo, por la censura, porque hablaba como si no hubiera tenido importancia.

-y soy tu padre, lógicamente me preocupe - contraataco.

Le lance una de las miradas que le había heredado a mamá, aquella que decía que su comentario no minimizada el mío y que yo tenía un punto valido.

-aunque, ya sabes que Ami me recordó que eso no era excusa para haberte gritado - continuó Levi, había leído mi mente - así que, lo siento...

Debía estar soñando, mi padre nunca se disculpaba, por lo menos no de la forma directa que había utilizado ahora. Esa franqueza me hizo sentir mejor y olvidé el tema, ¿qué sentido tenía seguir molesto con el? Después de todo, el diario tenía las respuestas que quería.

-volvamos a recargar - anunció Levi frenando en seco.

Lo imite y me detuve a su lado.

-¿una carrera? - pregunté con una sonrisa insinuante. Llevaba toda la tarde esperando tener una carrera con Levi.

-¿Crees estar a mi altura? - respondió con superioridad.

-Soy un Ackerman, por supuesto que lo estoy - le asegure confiado.

-pues adelante...

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora